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¿Imprudente o héroe? No todos ven igual al entrenador de los 'jabalíes'
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había sido monje budista durante 10 años

¿Imprudente o héroe? No todos ven igual al entrenador de los 'jabalíes'

En Tailandia se le ve como un héroe, cuyo liderazgo mantuvo a los menores con vida durante los primeros nueve días, hasta que fueron encontrados por dos buzos británicos

Foto: Ekapol Chantawong dentro de la cueva, y en otra fotografía junto a algunos de sus jugadores. (EFE)
Ekapol Chantawong dentro de la cueva, y en otra fotografía junto a algunos de sus jugadores. (EFE)

Cuando la semana pasada los equipos de rescate llevaron cartas de los 12 niños tailandeses atrapados en una cueva a sus familias, el entrenador, que había quedado atrapado junto a sus estudiantes, mandó una nota para su familia y una segunda para los padres de los niños. "Muchas gracias a todos por el apoyo y lo siento mucho", les dijo.

Los padres también le contestaron, pero en vez de con palabras de rabia, con frases de consuelo. "Queremos que sepas que ninguno de los padres está enfadado contigo, así que no te preocupes en absoluto", le escribió la madre de Nattawut Takamsai, de 14 años, uno de los niños que quedaron atrapados. "No te culpes". Este martes, sobre las 14:00 hora española, se completó el rescate de los 13 atrapados.

Foto: Una ambulancia abandona rápidamente el complejo de la cueva de Tham Luang con uno de los niños rescatados este lunes. (Reuters)

La figura de Ekkapol Chantawong, el entrenador de 25 años que ha estado más de dos semanas atrapado con 12 niños en una cueva en el norte de Tailandia, ha sido muy controvertida desde el principio. Según la versión más extendida, Ake, como también se le conoce, habría entrado en la cueva el pasado 23 de junio junto a los chavales tras un entrenamiento y se habría quedado atrapado con ellos después de que las lluvias torrenciales inundaran la gruta. En algunos medios locales se ha señalado la posibilidad de que el entrenador hubiera ido a buscarlos por la noche, alertado por los padres, aunque ninguno de los padres lo ha confirmado.

Sin embargo, su responsabilidad se juzga desde dos perspectivas muy diferentes. Así, mientras que en muchos medios, fundamentalmente occidentales, se ha señalado su imprudencia al permitir que los niños entraran en la gruta, en Tailandia se le ve como un héroe, cuyo liderazgo mantuvo a los menores con vida durante los primeros nueve días, hasta que fueron encontrados por dos buzos británicos. Algo similar se ve en las redes sociales: mientras que los comentarios procedentes de Europa o América a menudo culpaban al entrenador, en Tailandia muchos le agradecían su apoyo a los niños.

"Si no hubiera ido con ellos, ¿qué le hubiera pasado a mi hijo?", le dijo a una televisión tailandesa la madre de Pornchai Kamluang, otro de los niños atrapados. Los medios tailandeses han destacado así que el entrenador enseñó a los niños a meditar, para que mantuvieran la calma, y les cedió la poca comida que tenían, no ingiriendo nada durante los primeros nueve días.

Ake había sido monje budista durante 10 años antes de abandonar la vida eclesiástica y convertirse en el entrenador de fútbol de los 'jabalíes', como se llamaba el equipo. Varios amigos y familiares han destacado a diversos medios que para él la meditación era una parte importante de su vida y que sus técnicas probablemente ayudaron a los niños a no perder la esperanza.

Las autoridades informaron este martes que el entrenador y los otros cuatro niños que aún seguían con él atrapados fueron rescatados. Durante los dos primeras jornadas de la operación, se consiguió rescatar a ocho de los niños, aunque sus identidades no han sido facilitadas. Hoy, la operación ha finalizado sobre las 14:00 hora española, según confirmaron esas mismas autoridades.

Las autoridades calificaron las operaciones como un éxito debido a la dificultad que entrañaban, ya que los menores debían bucear varios tramos peligrosos, algo que nunca habían hecho. Sin embargo, los equipos de rescate llevaban varios días bombeando agua fuera de la cueva día y noche, lo que permitió que las zonas inundadas se redujeran de forma importante y facilitaran el rescate.

Un rescate budista

El aura mística que envuelve a la figura del entrenador encaja como anillo al dedo en la filosofía budista tailandesa. Tailandia es un país conservador y religioso, donde un 95% de la población profesa el budismo, lo que ha sido también determinante a la hora de juzgar al entrenador dentro del país. Así, el budismo es una filosofía con cierto componente fatalista, en que el destino debe ser aceptado porque es una consecuencia del karma, bueno o malo, de vidas pasadas. Mejorar el karma, meditando o siendo generoso con los demás, como hizo el entrenador, es visto con buenos ojos en la sociedad tailandesa.

Sin embargo, el budismo tailandés está influenciado por toda una serie de ritos locales que también son importantes en la cultura tradicional. La misma cueva, donde según las leyendas del lugar habita el espíritu de una antigua princesa, sería una representación de estos ritos locales. El rescate, no obstante, se está utilizando como una transgresión de esas tradiciones regionales con el objetivo de imponer la filosofía budista centralizada, según Edoardo Siani, antropólogo especializado en Tailandia de la Universidad de Kyoto.

Foto: Buceadores del equipo de rescate se preparan para entrar en la cueva de Tham Luang, el 6 de julio de 2018. (Reuters)

"Están deslegitimizando los cultos espirituales locales y presentando la operación de rescate como una victoria del budismo sobre las creencias supersticiosas locales", asegura el académico. "Yo lo leo como una oposición entre el Estado central budista y la periferia supersticiosa. A nivel político, se replica el mismo modelo", continúa. Así, todo el rescate se ha presentado en Tailandia con aires budistas y se han organizado continuamente ceremonias a las que han acudido decenas de monjes.

El respiro que las lluvias monzónicas han dado durante la última semana también se ha interpretado como consecuencia de las plegarias de los monjes que han ido al lugar. Fruto de los cánticos budistas o no, la operación de rescate de las cinco personas que aún quedaban este martes dentro de la cueva se pudo completar con un éxito rotundo.

Cuando la semana pasada los equipos de rescate llevaron cartas de los 12 niños tailandeses atrapados en una cueva a sus familias, el entrenador, que había quedado atrapado junto a sus estudiantes, mandó una nota para su familia y una segunda para los padres de los niños. "Muchas gracias a todos por el apoyo y lo siento mucho", les dijo.

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