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Ejecutan al líder de la secta que atacó con gas sarín el metro de Tokio... 23 años después
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Shoko Asahara, CABEZA VISIBLE DE 'VERDAD SUPREMA'

Ejecutan al líder de la secta que atacó con gas sarín el metro de Tokio... 23 años después

Treinta y dos años después del atentado más terrorifico que se haya producido en la capital de Japón, las autoridades confirmaron la ejecución del principal responsable

Foto: Shoko Asahara, el líder de la secta 'Verdad Suprema'
Shoko Asahara, el líder de la secta 'Verdad Suprema'

Este viernes 6 de julio de 2018 se ha puesto fin a una de las grandes pesadillas de Japón. Veintitres años después del mayor atentado que ha sufrido Tokio en toda su historia, las autoridades niponas han ejecutado a Shoko Asahara, el líder de la secta 'Verdad Suprema' que en 1995 llevó a cabo un ataque con gas sarín en el metro de la capital en el que fallecieron 13 personas y que dejó lesiones a otras 6.000. Ahora, el gobierno japonés ha anunciado que ya ha sido ajusticiado.

A través de un comunicado, el gobierno japonés ha dado a conocer que tanto Asahara como otras decena de miembros de la secta han sido ejecutados en la horca este viernes a primera hora, además de confirmar que otros 190 miembros de 'Verdad Suprema' han cumplido o están cumpliendo las penas que se les impusieron tras el terrible atentado sucedido en Tokio. Pero, ¿cómo llegó una secta como esta a tener tanto poder como para crear gas sarín? Esta es su historia.

Foto: Un hombre carga con el cuerpo sin vida de un niño tras el ataque químico en Jan Sheijun, en Siria. (Reuters)

En 1987, Chizuo Matsumoto realizó un viaje a India que le cambió la vida. Allí conoció el budismo, una doctrina filosófica y espiritual que quiso establecer en su Japón natal, pero con importantes matices: él se convertiría en el líder supremo bajo el nombre de Shoko Asahara, al que todos sus seguidores deberían de venerar para que les mostrase el camino hacia la iluminación a través de lecturas sagradas y seculares, con las que se alcanzaría la 'Verdad Suprema' de la que solo él era portador.

Su éxito no se hizo esperar. En pocos años, la organización contaba con más de 10.000 seguidores, en buena parte gracias a la gran capacidad de oratoria de Asahara, que aparecía de manera bastante habitual en medios de comunicación. Pero la gran masa que apoyó la doctrina no eran individuos con poca preparación, sino que muchos de ellos eran jóvenes, gente con estudios universitarios y con cargos de responsabilidad en diferentes empresas. Un peligroso caldo de cultivo.

Tanto poder tomó Asahara que pronto fue trazando las líneas maestras de su plan. Para alcanzar la 'Verdad Suprema' era necesario proceder a la destrucción para volver a construir sobre ella, crear el apocalipsis. Sus convicciones pronto corrieron como la pólvora entre sus seguidores, de los que se ha llegado a calcular que fueran más de 40.000 fuera de las fronteras de Japón. Sería a mediados de los noventa cuando la secta empezó a dar síntomas de sus verdaderas intenciones.

En junio de 1994, tras varias pruebas previas en laboratorios e incluso al aire libre, decidieron liberar gas sarín en la ciudad de Matsumoto, donde murieron trece personas. Tras esos experimentos, solo unos meses después, llegó la tragedia: el 20 de marzo de 1995, cinco personas de 'Verdad Suprema' colocaron varias bolsas con gas sarín en varios vagones del metro de Tokio. Tras pinchar los recipientes con la punta de un paraguas, comenzó el caos.

El agente nervioso se liberó en un espacio cerrado como es el metro, y miles de personas se vieron afectadas: las escenas de gente cegada saliendo por la boca de metro tosiendo compulsivamente dieron la vuelta al mundo. El resultado fue de 13 fallecidos por la acción directa del gas, así como más de 6.000 afectados de diversa consideración. Aunque en un principio se sospechaba que Corea del Norte podría estar detrás, pronto se supo la verdad: 'Verdad Suprema' era la responsable.

placeholder Las autoridades montaron un hospital de campaña en las calles para atender a los heridos en le metro de Tokio. (Reuters)
Las autoridades montaron un hospital de campaña en las calles para atender a los heridos en le metro de Tokio. (Reuters)

Un caso que ha durado tres décadas

Entonces, las autoridades comenzaron una carrera contrarreloj para detener a todos los responsables del atentado, siendo Shoko Asahara uno de los primeros en ser apresado. La policía japonesa le encontró en una pequeña habitación incomunicada de una de la decena de edificios que tenía en propiedad, donde estaba meditando. Curiosamente, en otra de las sedes registradas en busca del líder, se encontró un helicóptero con el que se especulaba que se iba a realizar el siguiente ataque.

Desde entonces, la policía nipona detuvo a 190 personas, pero la última de ellas no fue apresada hasta el 15 de junio de 2012. Ahora, 32 años después del mayor atentado que haya sufrido nunca Tokio, Shoko Asahara, el líder de 'Verdad Suprema' ha sido ejecutado en la mañana de este viernes: el principio del fin de una pesadilla para muchos japoneses que sufrieron en sus propias carnes el esplendor de una secta cuyo único objetivo era destruir.

Este viernes 6 de julio de 2018 se ha puesto fin a una de las grandes pesadillas de Japón. Veintitres años después del mayor atentado que ha sufrido Tokio en toda su historia, las autoridades niponas han ejecutado a Shoko Asahara, el líder de la secta 'Verdad Suprema' que en 1995 llevó a cabo un ataque con gas sarín en el metro de la capital en el que fallecieron 13 personas y que dejó lesiones a otras 6.000. Ahora, el gobierno japonés ha anunciado que ya ha sido ajusticiado.

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