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Historia de una española en la locura inmobiliaria de Holanda
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"UNA tragedia para personas con ingresos medios"

Historia de una española en la locura inmobiliaria de Holanda

Holanda no se libra de la locura en los mercados del alquiler y la venta de viviendas que afecta a las grandes ciudades de Europa. Los expertos aseguran que ya es "territorio de riesgo de burbuja".

Foto: Varias personas hacen cola para ver una vivienda en alquiler en La Haya. (Foto: Imane Rachidi)
Varias personas hacen cola para ver una vivienda en alquiler en La Haya. (Foto: Imane Rachidi)

Isabel tiene 30 años y es gestora de comunicaciones para una multinacional holandesa. Reside en La Haya desde hace 6 años junto a su pareja, un holandés tres años mayor y que trabaja como diseñador de interiores. Ambos planean tener un bebé a corto plazo y para ello necesitan una casa algo más espaciosa que la actual, que tan solo cuenta con 50 metros cuadrados en un espacio abierto que incluye cocina, salón y dormitorio. Lo único separado es el baño con la ducha. Pagan 900 euros al mes, sin gastos incluidos, a unos 3 kilómetros del centro de La Haya. Después de varios meses sin encontrar una opción asequible de alquiler, han decidido dar el paso hacia la compra de una casa, aprovechando el auge del mercado y los bajos intereses que ofrecen los bancos para la compra de la primera vivienda.

“Es verdad que solo llevamos tres meses buscando pero se nos está haciendo cuesta arriba, muy frustrante porque para una casa decente tienes a 60 o 70 personas interesadas, que hacen sus ofertas, con pujas de 30 o 40.000 euros por encima del precio que se pide, y además con limitaciones financieras que no incluyen una hipoteca”, lamenta esta española, que ha perdido la cuenta de las casas visitadas. Su ejemplo es aplicable a miles de parejas que se encuentran en la misma situación de desesperación. El fenómeno se está acelerando y está calentando el mercado inmobiliario en ciudades como La Haya, Rotterdam y Utrecht, donde los precios están subiendo incluso más rápido que en la capital, Ámsterdam. Hay quien busca comprar su primera vivienda, y hay quien aprovecharse y vender la suya en las grandes ciudades para beneficiarse de esta subida de precios, y buscar luego otras opciones en lugares más baratos.

Holanda no se libra de la locura que afecta los mercados del alquiler y la venta de viviendas de la que adolecen muchas grandes ciudades de la región, desde Madrid, pasando por Barcelona, Paris, Bruselas o Berlín. Los precios son más inasequibles que nunca en esta pequeña tierra del norte de Europa y esto lleva una tendencia que amenaza con estallar tarde o temprano, según advierten los expertos en este sector. El año pasado, el índice UBScolocó el mercado holandés de viviendo en "territorio de riesgo de burbuja" en su lista de burbuja inmobiliaria, uniéndolo a otras siete metrópolis, incluidas Londres y Hong Kong. Este medidor combina los ingresos, el precio de alquiler y el crecimiento en el PIB de un país para elaborar este cálculo.

Foto: Manifestantes durante una protesta contra los precios de los alquileres y la gentrificación en Berlín, Alemania, el 14 de abril de 2018. (Reuters)

Los precios de una casa en los Países Bajos alcanzaron su punto más bajo durante la crisis financiera de junio de 2013. A día de hoy, el precio promedio de una vivienda es un 40% más caro que hace cinco años. “Los precios de compra no dejan de subir pero porque esto está siendo una alternativa más económica que alquilar. A día de hoy, la mensualidad de una hipoteca es más o menos la mitad del alquiler de la misma casa”, explica a El Confidencial Jeannet Kleine Staarman, de la agencia holandesa Mevrouw de Aankoopmakelaar, que ayuda a los potenciales compradores a elegir una vivienda basada en sus necesidades y sus posibilidades financieras, a cambio de un porcentaje del precio total del inmueble adquirido.

El procedimiento para conseguir una hipoteca es el habitual en muchos países y los bancos holandeses establecen dos techos: por un lado, unas cuatro veces el salario bruto de la persona o pareja que va a adquirir la vivienda; por otro, la valoración técnica que realiza la entidad financiera y que depende también del precio de mercado de la vivienda (basado en los metros cuadrados, la localización y el estado de casa). Si por ejemplo, un propietario pide 230.000 euros por su vivienda pero dado el interés, las pujas lo elevan a 260.000 euros, el comprador debe tener en cuenta la financiación máxima que podría conseguir. Al ganar unos 50.000 euros al año, un banco le daría algo más de 200.000 euros. Si los técnicos del banco evalúan la casa en 195.000€, este será el dinero que le otorgará como hipoteca, y no hay negociación que valga. Por tanto, deberá hacer frente a los otros 65.000 de sus propios ahorros.

"Los precios de compra no dejan de subir pero porque esto está siendo una alternativa más económica que alquilar"

La seguridad que tiene el comprador sobre sus posibilidades de obtener una hipoteca es clave en la compra de una casa. En una situación como la holandesa, en la que una casa puede tener decenas de personas interesadas, muchos rehúsan incluir en su oferta la necesidad de una hipoteca y se comprometen a adquirir la casa por el precio ofertado, sin limitaciones financieras.

“Esto no supone que tienen la totalidad del coste ahorrado en el banco, simplemente tienen puestos de trabajo fijos y tienen la seguridad de que nada impedirá que obtengan una hipoteca”, explica la agente Kleine Staarman. Si los compradores no incluyen esta cláusula en su oferta pero finalmente, por algún motivo, no obtienen la financiación por parte del banco, están obligados a pagar un 10% del precio de la vivienda como compensación al propietario, que iniciará de nuevo todo el proceso de venta. Por ello, no todos los interesados entran en este juego para obtener la vivienda de sus sueños, arriesgándose a quedarse sin ella, aunque hayan ofrecido un precio mayor por la misma. No obstante, eso es una desventaja para ellos porque, según ha comparado El Confidencial, el vendedor elegirá siempre la oferta más segura, y esta suele ser la que no incluye la necesidad de una hipoteca del 100% de la vivienda.

placeholder Pisos en venta en un edificio de La Haya. (I. Rachidi)
Pisos en venta en un edificio de La Haya. (I. Rachidi)

Tragedia para personas con ingresos medios

Las últimas cifras publicadas por la oficina de Estadísticas y por el Registro de la Propiedad, que corresponden al mes de mayo, sitúan los precios de la vivienda en un record histórico. El coste medio de comprar una casa en los Países Bajos es de 283.945 €, un 9% más que en mayo del año pasado. Esto solo incluye las viviendas ocupadas por sus propietarios, es decir, las nuevas construcciones no figuran en estas cifras, lo cual incluso elevaría más aún el precio de una vivienda media para una pareja con un hijo. En los primeros cinco meses de este año, se vendieron 86.609 casas, unas 18.200 solo en el mes de mayo y por un valor de 5200 millones de euros. Unas cifras que, comparadas por ejemplo con España, pueden no resultar tan llamativas. Sin embargo, al tener en cuenta que en Holanda, cuya superficie de 41.540 kilómetros cuadrados es once veces más pequeña, residen unas 17 millones de personas, entonces los datos pasan a ser alarmantes. Según cifras oficiales de densidad de población en ambos países, hay 405 holandeses en cada kilómetro cuadrado, frente a los 92 españoles por el mismo espacio.

En cuanto al alquiler, los datos no son más tranquilizadores. Existe una escasez tan grande de casas de alquiler con un precio "normal", entre 700 y 1000 euros por mes, que los precios de las casas en el sector libre están aumentando rápidamente. Hace dos años, un nuevo inquilino todavía podía pagar un promedio de 13,28 euros por metro cuadrado por mes, ahora el alquiler ya cuenta con 15,56 euros. Comparado con hace un año, el aumento en el alquiler es del 5.9 por ciento. Un inquilino de una casa de 70 metros cuadrados ahora paga una media de 1.200 euros. "Esta es una tragedia para las personas con ingresos medios", explica a 'AD' el experto en el mercado inmobiliario Peter Boelhouwer. Los aumentos no solo se limitan a alquileres en las cuatro grandes ciudades del país, otras, lejanas de los puntos habituales de trabajo, están siguiendo el mismo camino.

Pararius, el sitio de alquiler más grande de los Países Bajos, refleja que los aumentos de precios en el sector de alquiler continuarán por un tiempo: mientras haya escasez en el mercado de la vivienda y la gente esté dispuesta a pagar los precios, esto permanecerá así. “Estoy buscando un piso de alquiler porque voy a estudiar en Leiden durante los próximos dos años. Al ser estudiante y no tener contrato fijo de trabajo, todas las inmobiliarias me rechazan como candidata. Algunas me permiten pagar un año por adelantado, por ejemplo, pero siempre tendrá prioridad el que tenga un trabajo”, explica una joven madrileña que se encuentra buscando hogar en diferentes ciudades, desde La Haya, hasta Leiden o Delft. “Es una locura. No me esperaba que esto fuera así porque Holanda es muy atractiva para estudiar y pensé que tenían calculado esto”, sentencia. Y es que no solo no lo tienen previsto, sino que las universidades holandesas se encuentran desbordadas y están tratando de reducir el cupo reservado a estudiantes extranjeros. Muchos solicitan plaza pero no encuentran residencia. El curso pasado, el Gobierno tuvo que poner varios campings a disposición de los estudiantes que no encontraban piso.

El sistema Airbnb... otra vez

Una de las causas de la “locura” inmobiliaria fue causada también por el sistema Airbnb. Muchos recurrieron a la compra de una segunda viviendo, en la que no residirían, pero que pagan gracias al alquiler turístico que está siendo un boom y un dolor de cabeza para el Gobierno holandés. Ámsterdam ya le ha puesto coto, limitando los días que una persona puede alquilar su vivienda en Airbnb. Sin embargo, quien hizo la ley, hizo la trampa. Muchos la rentan 2 días por esta aplicación, y el resto de días en 'cash', evadiendo así el sistema y la multa que se arriesgan a pagar si superan los límites.

En definitiva, Holanda se queda pequeña y tiene visos de no mejorar: no hay terreno suficiente para la construcción, y tras el Brexit, un gran número de trabajadores se trasladará a este país como empleados de instituciones tipo la Agencia Europea del Medicamento, o compañías como Unilevero Ferrovial. La ministra holandesa del Interior, Kajsa Ollongren, explicó que el país necesita unas 700.000casas nuevas para 2025, por lo que el Gobierno holandés planea construir 75.000 viviendas nuevas por año, y ha confirmado que la vivienda asequible es una prioridad.

“Mi problema, y ​​eso no es solo mío, es que no tengo un contrato fijo. No tengo ningún ahorro. No tengo padres ricos ni pareja con la que compartir una hipoteca", lamenta Engels, holandesa nacida en Leeuwarden pero residente en La Haya donde trabaja sustituyendo una baja en una ONG local. Ella comparte casa con otras dos personas, una que trabaja a media jornada y otra que estudia un master de un año. “Es lo único que puedo pagar y no parece que mi situación vaya a cambiar pronto”, lamenta esta joven de 28 años, que cuenta con una carrera en psicología y un master en derechos humanos. “No sé a qué espera el Gobierno para regularizar esta situación. Vamos a estallar, como lo hicieron los países del sur”, indica, en referencia a la burbuja inmobiliaria española de hace un década y de la que España aprendió poco, teniendo en cuenta los últimos datos.

Isabel tiene 30 años y es gestora de comunicaciones para una multinacional holandesa. Reside en La Haya desde hace 6 años junto a su pareja, un holandés tres años mayor y que trabaja como diseñador de interiores. Ambos planean tener un bebé a corto plazo y para ello necesitan una casa algo más espaciosa que la actual, que tan solo cuenta con 50 metros cuadrados en un espacio abierto que incluye cocina, salón y dormitorio. Lo único separado es el baño con la ducha. Pagan 900 euros al mes, sin gastos incluidos, a unos 3 kilómetros del centro de La Haya. Después de varios meses sin encontrar una opción asequible de alquiler, han decidido dar el paso hacia la compra de una casa, aprovechando el auge del mercado y los bajos intereses que ofrecen los bancos para la compra de la primera vivienda.

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