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Los defensores de la línea dura contra la migración se abren paso en la UE
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Los defensores de la línea dura contra la migración se abren paso en la UE

A menos de 24 horas de la cumbre de los líderes europeos que estará dominada por la migración, la incertidumbre es alta y ganan terreno los favorables a la mano dura

Foto: Protesta a favor del la reforma de las normas europeas de asilo ante el Parlamento Europeo (EFE)
Protesta a favor del la reforma de las normas europeas de asilo ante el Parlamento Europeo (EFE)

“Francamente, no sé qué esperar de la cumbre”. Lo dice un diplomático europeo, pero lo podría decir cualquier político, observador o periodista pendiente de los últimos movimientos del ajedrez europeo. Quedan menos de 24 horas para que arranque el encuentro de jefes de Estado y de Gobierno europeos en Bruselas, una cita clave que estará dominada por la migración, pero la incertidumbre sobre qué sucederá sigue siendo alta.

¿Habrá acuerdos concretos? Angela Merkel, la canciller alemana, necesita volver a Berlín con algo que ofrecer a sus socios bávaros de la CSU para apaciguar la rebelión encabezada por su líder y ministro de Interior, Horst Seehofer, que tiene en vilo a su gobierno. Y la presión puesta por el nuevo gobierno italiano a sus socios ha llevado a primera línea la discusión migratoria en un momento en el que las llegadas de personas sin papeles no hace sino aumentar. Pero la cuestión es espinosa y la división entre las capitales es grande sobre qué hacer.

placeholder Donald Tusk con el nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte (EFE)
Donald Tusk con el nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte (EFE)

El pasado domingo, en la minicumbre migratoria celebrada de urgencia en Bruselas sin parte de los países menos abiertos a la migración, la balanza se inclinaba del lado de los que ven una prioridad crear un mecanismo de solidaridad europeo para repartir a los llegados a suelo europeo con derecho a quedarse, a la vez que se reducen los flujos migratorios. Sin embargo, apenas tres días después, ganan fuerza los planteamientos más duros. Y la reforma del reglamento de Dublín, el sistema por el que el primer país al que llega un refugiado debe hacerse cargo de él, ha quedado eclipsada.

“Una precondición para una verdadera política de migración en la UE es que los europeos decidan efectivamente quién entra en el territorio europeo”, afirma Donald Tusk, presidente del Consejo, en su carta de invitación a los líderes a la cumbre, que también contará con un apartado sobre las tensiones comerciales entre la UE y EEUU, y que el viernes estará dedicada a las reformas del euro y el Brexit.

Foto: Pedro Sánchez, con la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el ministro de Exteriores, Josep Borrell, este 27 de junio en el Congreso. (Reuters)

La discusión migratoria se centrará en cómo parar a los que tratan de llegar, antes que en cómo repartir a los que ya están aquí. Las medidas para ello incluyen desde instalar “plataformas regionales de desembarco fuera de Europa”, en la costa del Norte de África, según figura en la carta enviada por el anfitrión de la cumbre, Donald Tusk. Esta idea contrasta con la propuesta defendida por Francia y España, que daba prioridad a la creación de centros “controlados” o “cerrados” en territorio europeo donde desembarcar a las personas rescatadas en alta mar.

Ambos planteamientos no son incompatibles, y es posible que acaben abriéndose centros o plataformas a uno y otro lado del Mediterráneo. Sin embargo, lo primero es que los líderes europeos se pongan de acuerdo en qué es exactamente lo que serán esos centros, bajo qué condiciones se establecerían y cómo se aseguraría el cumplimiento de los derechos humanos, un tema muy espinoso. “No se trata de campos”, recalcan fuentes europeas.

Foto: Pedro Sánchez, este 23 de junio en París, tras su almuerzo con Emmanuel Macron. (EFE)

En realidad, nadie sabe de qué se trata. Y eso es precisamente lo que los líderes discutirán este jueves, junto con otras medidas como la manera de cerrar acuerdos con los países de origen y de tránsito africanos para evitar que la gente decida echarse al mar para tratar de alcanzar las costas europeas. ¿Cómo? Ese es aún otro enigma. Los acuerdos cerrados por España con Marruecos y Senegal a raíz de la crisis de los cayucos de 2004 y 2005, así como el pacto UE-Turquía durante la crisis de 2015 de refugiados sirios, sirven como de inspiración.

Pero también se discutirá qué financiación está la UE dispuesta a asignar al desarrollo de estos países. Tusk propone crear un “instrumento financiero” dedicado en concreto a combatir con la migración ilegal. También están sobre la mesa medidas como reforzar la protección de las fronteras exteriores de la UE, con una guarda costera. Pero, sin duda, la cuestión clave será las plataformas o centros para migrantes. Y, aunque no se espera que se definan por completo en la cumbre, sí se estima que los líderes darán luz verde a discutir cómo crearlas.

“Francamente, no sé qué esperar de la cumbre”. Lo dice un diplomático europeo, pero lo podría decir cualquier político, observador o periodista pendiente de los últimos movimientos del ajedrez europeo. Quedan menos de 24 horas para que arranque el encuentro de jefes de Estado y de Gobierno europeos en Bruselas, una cita clave que estará dominada por la migración, pero la incertidumbre sobre qué sucederá sigue siendo alta.

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