El guatemalteco que desafió al Volcán de Fuego para buscar a sus perros

A la orilla de la carretera, camino a su casa en el pueblo evacuado de El Porvenir, Milton Pérez va en busca de dos de sus cuatro perros para rescatarlos de la tragedia de la erupción del volcán de Fuego en Guatemala, que hasta hoy se ha cobrado la vida de 99 personas. Va caminando, tras dejar atrás el albergue en la municipalidad de San Juan Alotenango, adonde fue trasladado junto a su familia después de que El Porvenir fuese declarada zona de riesgo, a pesar de no haber sido parte de los poblados devastados por la erupción del pasado domingo y sus deslizamientos de flujo piroclástico y lahares.

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Lleva consigo atado a una cadena a Tofy y en brazos a La Chata, sus otros perros a los que sí logró sacar a tiempo de la evacuación, del pasado domingo, quienes lo acompañan durante los ocho kilómetros de caminata hacia el sitio que fue su hogar. Allí están todavía todas sus pertenencias pero no tiene certeza de si podrá volver algún día, por ubicarse en una zona que no debería ser habitada.

Los perros -y los animales en general- "también son seres vivos y no nos podemos preocupar sólo por los humanos", aseguró mientras era abordado por Efe y un grupo de periodistas que lo encontró a un costado del camino. "Hubo bastantes muertos [en El Porvenir]. A mis vecinos que están a la par de mi casa no los han encontrado todavía y algunos [conocidos] otros ya los enterraron también", describe el joven de 23 años, uno entre los 3.655 albergados y 12.277 evacuados de la zona cero y sitios de riesgo.

La trágica actividad volcánica del coloso de 3.676 metros de altura sobre el nivel del mar, ha dejado escenas similares a las descritas de Pompeya, la ciudad de la Antigua Roma enterrada por la furiosa acción del Vesubio en el año 79 después de Cristo. Los pueblos se han despintado y presentan un aspecto áspero, grisáceo, y aún, a más de 72 horas de pasada la explosión más contundente del cono -cuya ceniza llegó a los 6.000 metros de altura y que se esparció hasta el norte del país centroamericano-, el suelo arenoso permanece con temperaturas superiores a los 100 grados centígrados.

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Milton cuenta que esta tarde ya no lo dejaron entrar a El Porvenir, pese a que "hoy en la madrugada logré pasar para alimentar a mis otros dos perros". A ellos les pudo dar pan y agua, pero no logró sacarlos del lugar, cada vez más inaccesible y con mayores controles estrictos de las autoridades, tras aumentar la actividad volcánica este martes y continuar desprendiéndose flujo pirotécnico y deslizándose lahares por las principales barracas del volcán.

Mientras Milton espera poder regresar a por sus dos amigos restantes, la cantidad de muertes sigue ascendiendo, así como los desaparecidos, que de los 192 de esta mañana pasaron a 197 en la tarde del miércoles.