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¿Dónde es legal la prostitución? El mapa de la industria del sexo en Europa
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un 'negocio' legal y regulado en alemania

¿Dónde es legal la prostitución? El mapa de la industria del sexo en Europa

Mientras los países en el centro de Europa la han legalizado y regulado, otros castigan a quienes venden su cuerpo. Entremedias, un abanico de clasificaciones legales que prohíben el proxenetismo

Foto: Trabajadoras sexuales en el club Pascha en Salzburg, Austria. (Reuters)
Trabajadoras sexuales en el club Pascha en Salzburg, Austria. (Reuters)

Europa está lejos de ser una unión en muchos ámbitos. También en el de la regulación de la prostitución. Mientras los países en el centro del continente la han legalizado y regulado, otros castigan a quienes venden su cuerpo, mayoritariamente mujeres, pero también hombres. Entremedias, un abanico de clasificaciones legales que prohíben los prostíbulos o el proxenetismo. Por el camino, también, el oscuro mundo del negocio ilegal, profuso en muchos países, azuzado en algunos casos por los agujeros legales y en otros, por la permisividad de quienes prefieren, directamente, mirar hacia otro lado.

El Pascha club de Colonia es, posiblemente, el mayor prostíbulo de Europa. Con unos 9.000 metros cuadrados, acoge a unas 120 prostitutas y a un millar de clientes al día. 24 horas al día, 365 días al año. El edificio, un anodino bloque de doce plantas pintado a franjas horizontales en distintos tonos de azul, destaca sólo por su altura en un polígono industrial gris y chato no muy lejos del casco antiguo de la ciudad alemana. Sólo el cartel gigante de la fachada que explicita gráficamente la oferta del local y los excesivos neones nocturnos en rosa y azul llaman la atención. Sin tapujos. Porque en Alemania la industria del sexo es legal.

Desde 2002 la prostitución es en Alemania un negocio legal y regulado que factura al año unos 16.000 millones de euros. El entonces Gobierno de socialdemócratas y verdes del canciller Gerhard Schröder buscaba "mejorar la situación legal y social" de las personas que ejercen la prostitución, según el propio texto de la ley. En concreto, mejorar las condiciones laborales de las personas que venden su cuerpo y asegurarles acceso a la seguridad social, así como la posibilidad de aportar a un fondo para obtener una pensión en el futuro. Además, se buscaba así acabar con los proxenetas que muchas veces abusan de las personas que ejercen la prostitución.

Alemania tiene así una de las leyes de prostitución más liberales del mundo por una reforma que, según sectores críticos, ha convertido al país en el burdel de Europa. El posicionamiento legal de Alemania es similar al de vecinos continentales como Holanda (famosa por el barrio rojo de Ámsterdam), Austria y Suiza. Pero a sólo unos kilómetros del Pascha club de Colonia, cruzando las fronteras belga o francesa, el contexto regulatorio cambia de forma radical. Mientras Bélgica permite la prostitución pero prohíbe -al menos en el papel- los prostíbulos y el proxenetismo, Francia dio un vuelco a su legislación al respecto cuando en 2016 ilegalizó esta práctica.

Francia, aproximándose al denominado "modelo nórdico" de Noruega y Suecia, prohibió la prostitución en abril de 2016, cuando la Asamblea Nacional aprobó castigar con 1.500 euros a quienes paguen para obtener servicios sexuales. La medida ha sido asimismo controvertida, ya que si amplios sectores la han aplaudido, otros han apuntado que ha dado alas a un mercado ilegal, aumentando los riesgos que padecen quienes ejercen la prostitución.

Luego, a medio camino están países como España, Portugal e Italia, donde la prostitución esta permitida o tolerada (al no estar totalmente regulada), pero no que terceros se lucren de esta actividad, ya sea proxenetas o propietarios de prostíbulos. Abundan además las restricciones. Y se encuentran aquí también otros países, como Lituania, Rumanía y Croacia, donde lo que está penado con multas es la oferta del sexo de pago (y no la demanda).

Irlanda mantendría la posición más extrema, al prohibir la prostitución en términos generales. En lo que todos los países coinciden es en unos básicos. La prostitución de menores está prohibida en toda Europa, al igual que el tráfico de personas y la prostitución forzada. Pero en todos los territorios, independientemente del tipo de regulación, la prostitución está ligada a estos delitos y al abuso de mujeres y hombres vulnerables, en muchos casos inmigrantes -del este de Europa y África, principalmente-, forzados a vender su cuerpo para pagar a las mafias y proxenetas que les explotan.

El crimen organizado, muchas veces a escala internacional. Lo demuestran los casos que salen a la luz de operaciones policiales tanto en contextos regulatorios restrictivos, como el de Francia, como en entornos con leyes liberales, como la alemana. Además, los cambios legales en un país dentro de la zona Schengen tiene inmediatamente efectos en sus socios más inmediatos. La reforma francesa, por ejemplo, benefició de forma perceptible a la industria del sexo alemana, sobre todo en las localidades fronterizas.

Europa está lejos de ser una unión en muchos ámbitos. También en el de la regulación de la prostitución. Mientras los países en el centro del continente la han legalizado y regulado, otros castigan a quienes venden su cuerpo, mayoritariamente mujeres, pero también hombres. Entremedias, un abanico de clasificaciones legales que prohíben los prostíbulos o el proxenetismo. Por el camino, también, el oscuro mundo del negocio ilegal, profuso en muchos países, azuzado en algunos casos por los agujeros legales y en otros, por la permisividad de quienes prefieren, directamente, mirar hacia otro lado.

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