SCC pone la mirilla en Europa: ruta europea para contrarrestar el relato 'indepe'
La primera parada del recorrido fue la capital alemana, donde recalaron hace un par de semanas y constataron que la presencia de Puigdemont se estaba ya dejando notar
Cuatro manos. Un par de maletas. Cuatro capitales europeas. Decenas de voluntarios. Y unos 30.000 socios que contribuyen, de cuando en cuando, a financiar un ajustado presupuesto. Estas son las armas con las que cuenta Sociedad Civil Catalana para la ruta europea con la que pretende plantar cara al independentismo. Un 'tour', que hoy los lleva a Bruselas, con el que quieren contrarrestar el avance de la "internacionalización del 'procés", que se ha acelerado desde que Carles Puigdemont puso rumbo a Bélgica.
"El problema internacional es ahora estratégico", señala a El Confidencial José Rosiñol, presidente de Sociedad Civil, quien junto a su vicepresidenta, Miriam Tey, se ha liado la manta a la cabeza para emprender esta gira que los llevará desde Berlín a Edimburgo, pasando por Bruselas, Luxemburgo y Londres. La primera parada del recorrido fue la capital alemana, donde recalaron hace un par de semanas y constataron que la presencia de Puigdemont se estaba ya dejando notar. "Nos chocó que ha calado, incluso miembros del partido socialista alemán habían comprado el relato", recalca Rosiñol.
La receta: reuniones con expertos de centros de estudios, con políticos, con periodistas, con grupos civiles. El eslogan: 'Cataluña es un asunto europeo'. El mensaje: "El problema del independentismo catalán es un síntoma de una enfermedad que afecta a toda Europa", apunta Rosiñol, que lo relaciona con fenómenos como el de Marine Le Pen en Francia. Ante el relato épico del independentismo —presos políticos, exilio, represión, franquismo—, Sociedad Civil trata de contraatacar con argumentos como la defensa del Estado de derecho ante la declaración unilateral de independencia y la importancia de preservarlo como base democrática. "Son argumentos sensatos, y eso, en Alemania, resuena", recalca.
En Bruselas, adonde llegan hoy tras su paso por Luxemburgo, Rosiñol y Tey mantendrán varias reuniones y ofrecerán una rueda de prensa, especialmente orientada a la prensa extranjera. En la capital europea, SCC cuenta con bastante predicamento. Hace cuatro años, cuando la Unión Europea trataba de mantenerse completamente al margen del 'procés' para evitar que le salpicara, la organización recibió el Premio Ciudadano Europeo que concede la Eurocámara. El galardón le fue concedido a iniciativa del PP español y con él logró imponerse a otros candidatos, como la independentista ANC. El duelo se mantiene, pero si en lo institucional los unionistas llevan las de ganar, en la calle es otra cosa. Y ahí es donde SCC pretende marcar la diferencia.
La elección de los destinos no es casual. Además de Bélgica —corazón de la UE, epicentro de la expansión del independentismo desde que Puigdemont eligiera Waterloo como su sede para poner en marcha la 'república catalana' telemática y país en el que permanecen tres de los 'exconsellers'—, SCC ha viajado a Berlín, la ciudad donde se encuentra Puigdemont a la espera de que se resuelva el proceso para su extradición en uno u otro sentido. Su última parada, previo paso por Londres, es Edimburgo, la capital de Escocia donde se encuentra la cuarta 'exconsellera' a la fuga, Clara Ponsatí.
La gira servirá también a SCC para consolidar su red internacional, que es especialmente amplia en Europa con voluntarios que residen en ciudades como Roma, París, Bruselas o Londres, entre otras, pero que también tiene presencia al otro lado del Atlántico, en Nueva York, Washington y Miami. Pero Rosiñol ambiciona dar un paso más, con la creación de una Sociedad Civil Europea con europeos que observan con preocupación el avance del populismo. "La estrategia contra el populismo es importante y queremos tratarlo a nivel continental", dice.
Llenar el vacío que deja el Gobierno
Sociedad Civil no es la única organización que ha decidido defender por su cuenta y riesgo las tesis contrarias al independentismo. La iniciativa coincide con otro 'tour', el emprendido por el líder socialista, Pedro Sánchez, con el objetivo también de combatir el secesionismo catalán. Tras viajar a Berlín, Sánchez centra ahora sus esfuerzos en Reino Unido, donde busca explicar la posición de las fuerzas constitucionalistas en defensa de España. Una labor de 'pedagogía' que muchos consideran que correspondería al Gobierno, aunque por el momento sus intentos han sido tímidos y poco efectivos.
Cuatro manos. Un par de maletas. Cuatro capitales europeas. Decenas de voluntarios. Y unos 30.000 socios que contribuyen, de cuando en cuando, a financiar un ajustado presupuesto. Estas son las armas con las que cuenta Sociedad Civil Catalana para la ruta europea con la que pretende plantar cara al independentismo. Un 'tour', que hoy los lleva a Bruselas, con el que quieren contrarrestar el avance de la "internacionalización del 'procés", que se ha acelerado desde que Carles Puigdemont puso rumbo a Bélgica.