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Arous Village, el resort de vacaciones dirigido por espías que ocultó un rescate histórico
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una misión secreta de agentes israelíes

Arous Village, el resort de vacaciones dirigido por espías que ocultó un rescate histórico

Con un folleto vacacional con imágenes de corales y aguas cristalinas, el Mosad ocultó durante años un 'resort' casi de lujo que sirvió de tapadera para rescatar a miles de judiós etíopes en Sudán

Foto: Folleto del Arous Village con el que el Mosad ocultaba su plan secreto. (BBC)
Folleto del Arous Village con el que el Mosad ocultaba su plan secreto. (BBC)

"Arous. Un maravilloso mundo aparte, con mucho que ver y hacer". Con esta frase un folleto vacacional hacía del desierto de Sudán, a orillas del Mar Rojo, un lugar idílico para pasar unos días de descanso. Aguas cristalinas, deportes acuáticos, apartamentos con todas las comodidades y relax, mucho relax. Esto era lo que que Arous Village ofrecía a todos aquellos que querían unas vacaciones distintas en los años 80... pero detrás de los arrecifes de coral y una naturaleza desbordante se escondía una base de agentes israelíes que tenían una misión secreta.

Se imprimieron miles de folletos que se distribuyeron por agencias especializadas de toda Europa. Las reservas solo se podían hacer a través de una oficina situada en Ginebra. Cientos de familias quedaron encandiladas por las imágenes por unas vacaciones de primer nivel y con comida y bebida en pleno desierto de Sudán. Pero, ¿por qué Sudán? Esa es la pregunta que muchos se han hecho hasta ahora y a la que ya hay respuesta.

Un complejo de lujo que era una tapadera

La Corporación de Turismo Internacional de Sudán estaba feliz. Había conseguido alquilar durante tres años un complejo turístico infrautilizado construido por unos italianos a un grupo de personas que se hacían pasar por empresarios europeos. Ellos fueron quienes trajeron los primeros turistas extranjeros al país. Y eso gustó tanto que no levantaron sospechas. Sin embargo este complejo que se promocionaba como un centro de buceo del Mar Rojo era algo completamente falso. Detrás de él, agentes estaban del Mosad, la agencia de inteligencia del Israel.

Según asegura la BBC, Arous Village se utilizó como cobertura para una misión humanitaria: rescatar a miles de judíos etíopes asediados en campos de refugiados en Sudán y evacuarlos a Israel. En aquella época, principios de los años 80, Sudán era para los israelíes un país enemigo, por lo que había que urdir este plan sin que las autoridades del país se enteraran. "Fue un secreto de estado, nunca nadie se enteró de esto", relata Gad Ghimron a este medio británico, en el que asegura, además, que ni su propia familia conocía esta misión.

Era un centro de buceo en pleno desierto que daba cobertura a una misión humanitaria: rescatar a miles de judíos etíopes asediados en campos de refugiados en Sudán para evacuarlos a Israel

El plan estaba tan bien montado que nunca levantaron sospechas. Incluso cuando el complejo fue renovado y se colocaron equipos de fabricación israelí, como aire acondicionado, equipos para deportes acuáticos o motores para las lanchas. Todos de contrabando. Los agentes del Mosad fueron los que introdujeron el 'windsurf' en Sudán y algunos de ellos se hicieron pasar por instructores. En el almacén donde se guardaban los materiales de buceo y de las clases de 'windsurf' fue el elegido para esconder las radios con las que los agentes se ponían en contacto directo con Tel Aviv.

Los judíos etíopes pertenecen a lo que se conoce como los Beta Israel. A muchos les llegaron a colocar el apodo de 'falashas', que significa exiliados o extranjeros. Descendientes de tribus Israel, no fue hasta 1975 cuando fueron reconocidos como tal. Solo pasando por una ligera conversación daban un paso más hacia el judaísmo y podrían ser aceptados como judíos de pleno de derecho en Israel. Con este reconocimiento, los Beta Israel consiguieron el permiso para poder emigrar a Israel, país que negoció por aquel entonces régimen comunista de Etiopía para trasladarles a territorio israelí, sin embargo Etiopía no se lo puso nada fácil y muchos de ellos tuvieron que refugiarse en el país vecino, Sudán. En el camino, más de 1.500 fueron asesinados o murieron en los campos de refugiados de Gedaref y Kassala.

Poco después de que el complejo Arous Village comenzara su andadura convirtiéndose en un punto turístico de primer nivel, comenzaron los rescates a pequeña escala. Primero los grupos de judíos etíopes eran sacados poco a poco de los campos de refugiados con la excusa de que se les iba a ofrecer trabajo. El objetivo era no levantar sospechas entre los judíos etíopes para que no corriera la voz. Con el tiempo, las tareas de rescate se intensificaron. Se les fue evacuados en convoyes que no eran interceptados y cuando esto ocurría se sobornaba a agentes sudaneses o, incluso, se saltaban los controles.

Arous se convirtió en un 'resort' muy rentable

Tras 800 kilómetros de recorrido y casi dos días de viaje llegaban a Arous Village. Allí, en la playa, les esperaban varias zódiacs que les transportaban a un buque de guerra en pleno Mara Rojo. De allí, eran trasladados a Israel. "Cada día era más peligroso que el anterior. Sabíamos que si nos interceptaban terminaríamos ahorcados en un patíbulo", cuenta el agente del Mossad Gad Ghimron. De hecho, en una de las operaciones, en marzo de 1982, uno de los grupos de rescate fue interceptado por soldados sudaneses, que sospechando que se trataba de contrabandistas dispararon varios tiros de advertencia. Nadie resultó herido y lograron escapar.

Comenzaron con rescates a pequeña escala. Eran traslados en zódiacs. Luego se intensificaron y utilizaron aviones. Más de 40 clandestinos lograron liberar a más de 9.000 judíos etíopes

Sin embargo, este hecho hizo que se cambiara el plan de evacuación. Los agentes del Mosad tuvieron que encontrar en Sudán una lugar de aterrizaje aislado casi indetectable para que los refugiados fueran transportados a Israel en avión. Mientras tanto, Arous Village seguía funcionando a pleno rendimiento y ofreciendo servicios cada vez más de lujo. Se mezclaban desde funcionarios de alto nivel de Sudán a diplomáticos extranjeros pasando por miembros del ejército de Egipto o soldados británicos. Todo iba tan bien que el complejo daban importantes beneficios que se destinaban a comprar o alquilar camiones para transportar a cada vez más refugiados.

El primer vuelo se puso en marcha en mayo de 1982. La pista utilizada fue un aeródromo británico abandonado de la Segunda Guerra Mundial. Tras este viaje vino otro, pero las autoridades sudanesas comenzaron a sospechar. Un chivatazo estaba a punto de dar al traste con todo. Así que desde Tel Aviv se ordenó buscar otra pista de aterrizaje más discreta... que no fue otra que parte del desierto. Se llevaron a cabo hasta 17 vuelos clandestinos, que se intensificaron a finales de 1984 con la hambruna que sufrió Sudán. Y aquí fue cuando llegó la ayuda de Estados Unidos, que permitió que los rescatados fueron trasladados también a Europa con la ayuda de un Boeing 707 prestado por un judío propietario de una aerolínea belga. En total, este avión hizo 28 viajes, en los que se trasladó a 6.380 judíos etíopes que desde Bruselas fueron llevados a Israel. Este rescate recibió el nombre de Operación Moisés. En los siguientes cinco años, hubo más operaciones para trasladar a 18.000 'beta israelíes' a Israel, donde comenzaron una nueva vida.

"Arous. Un maravilloso mundo aparte, con mucho que ver y hacer". Con esta frase un folleto vacacional hacía del desierto de Sudán, a orillas del Mar Rojo, un lugar idílico para pasar unos días de descanso. Aguas cristalinas, deportes acuáticos, apartamentos con todas las comodidades y relax, mucho relax. Esto era lo que que Arous Village ofrecía a todos aquellos que querían unas vacaciones distintas en los años 80... pero detrás de los arrecifes de coral y una naturaleza desbordante se escondía una base de agentes israelíes que tenían una misión secreta.

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