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Merkel y Macron escenifican sus diferencias: Berlín rechaza más integración económica
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Merkel y Macron escenifican sus diferencias: Berlín rechaza más integración económica

Para Merkel, se necesita una política europea común en materia migratoria, la construcción de una inexistente política exterior común y la integración de la unión económica y monetaria

Foto: La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ofrecen una rueda de prensa. (EFE)
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ofrecen una rueda de prensa. (EFE)

Buena sintonía, pero con diferencias. Así ha sido la escenificación ofrecida este jueves en Berlín por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron. La líder conservadora alemana recibía por segunda vez al mandatario galo desde su victoria en las elecciones francesas en mayo del año pasado. Pese a la cantidad de frentes abiertos que el eje franco-alemán afronta desde hace meses en la Unión Europea y en política exterior, el llamado motor de la UE tuvo que retrasar el segundo encuentro bilateral en la capital alemana a causa del medio año que la canciller necesitó para formar Gobierno tras las últimas elecciones federales del pasado septiembre.

Como anfitriona, Merkel abrió la comparecencia de prensa conjunta en el edificio todavía en construcción de Forum Humboldt, un complejo cultural que lleva años levantándose sobre el terreno que un día ocupó el Parlamento de la desaparecida República Democrática Alemana (el régimen socialista germanooriental). Un recuerdo de que no hay proyectos políticos eternos y toda una metáfora de la sensación que transmite el proyecto europeo: que la UE se encuentra sumida en una crisis de identidad y a la espera de una refundación.

Merkel enumeró abiertamente los puntos en los que Berlín ve necesidad de reforma: una política europea común en materia de asilo y migración, la construcción de una todavía inexistente política exterior común, así como la integración de la unión económica y monetaria en la UE (la largamente anunciada pero no implementada unión bancaria es un ejemplo). “Necesitamos un debate abierto y, al final, la capacidad de llegar a un compromiso”, dijo la canciller, quien no esquivó la palabra 'diferencias'.

Como llevan informando desde hace meses los medios alemanes, el ímpetu europeísta en favor de una mayor integración económica (con medidas como la creación de un Ministerio de Economía comunitario o un presupuesto conjunto para la eurozona) con que Macron llegó al Palacio del Elíseo encuentra resistencias en Alemania. Desde el inicio de la crisis financiera y de deuda de la UE, el 'establishment' del llamado motor económico europeo ha mostrado recelos hacia propuestas como la mutualización de la deuda pública o una mayor convergencia de las políticas económicas entre el centro y la periferia de la UE.

Ante tales resistencias, Macron ha echado mano de grandes palabras para lo que él considera una fase histórica excepcional: “Vivimos un momento de la aventura europea realmente único. También dentro de nuestros estados aparecen dudas y visiones fuertemente nacionalistas”, ha dicho el presidente galo para referirse al creciente euroescepticismo en el seno de la UE. “Debemos encontrar respuestas comunes”, ha añadido.

Foto: Viktor Orbán celebra el resultado de las elecciones en Budapest, Hungría. (Reuters)

Si Merkel ha optado por poner el acento en la palabra 'competitividad', Macron ha preferido enfatizar su discurso en la necesidad de no olvidar que la UE descansa en el compromiso de “solidaridad” entre sus miembros. Esas dos diferentes perspectivas son aplicables a la distribución de los refugiados, la política económica, las inversiones públicas, las balanzas comerciales o los rescates de estados con problemas financieros.

Una vez puestas en evidencia las diferencias de forma que siguen existiendo entre los gobiernos de las dos principales potencias políticas y económicas europeas, Merkel y Macron siguen estando de acuerdo en el fondo: la UE necesita una reforma que reviva la confianza en el futuro del proyecto europeo nacido precisamente de una guerra mundial que enfrentó a ambos países.

Merkel y Macron no han presentado este jueves propuestas concretas. Simplemente han prometido que París y Berlín trabajarán codo con codo para impulsar las reformas. Berlín y París quieren convocar una cumbre comunitaria para el próximo junio en la que las propuestas del eje franco-alemán deberían ser presentadas al resto de países de la unión. El resto de Europa espera.

Buena sintonía, pero con diferencias. Así ha sido la escenificación ofrecida este jueves en Berlín por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron. La líder conservadora alemana recibía por segunda vez al mandatario galo desde su victoria en las elecciones francesas en mayo del año pasado. Pese a la cantidad de frentes abiertos que el eje franco-alemán afronta desde hace meses en la Unión Europea y en política exterior, el llamado motor de la UE tuvo que retrasar el segundo encuentro bilateral en la capital alemana a causa del medio año que la canciller necesitó para formar Gobierno tras las últimas elecciones federales del pasado septiembre.

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