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No, la ultraderecha alemana no apoya al independentismo catalán
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"cONFÍO EN EL ESTADO DE DERECHO ESPAÑOL"

No, la ultraderecha alemana no apoya al independentismo catalán

Algunos comentarios de líderes de Alternativa para Alemania (AfD) han hecho pensar que la extrema derecha es partidaria de la independencia de Cataluña, pero no es la postura oficial del partido

Foto: Manifestantes piden la liberación de Carles Puigdemont frente a la prisión de Neumünster, el pasado 3 de abril, cuando el expresident todavía permanecía confinado allí. (Reuters)
Manifestantes piden la liberación de Carles Puigdemont frente a la prisión de Neumünster, el pasado 3 de abril, cuando el expresident todavía permanecía confinado allí. (Reuters)

“Yo, personalmente, tengo confianza en el Estado de derecho español, que experimentó una evolución muy complicada. Siempre admiré como el rey de España y el primer ministro consiguieron completar una transición desde el Estado franquista a una democracia. Eso es algo que no se consigue a menudo, así como no se consigue a menudo la restauración de una monarquía”. Son palabras de Alexander Gauland, copresidente de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y colíder de la tercera fracción parlamentaria más numerosa del Bundestag. Las pronunció en un reciente encuentro con periodistas extranjeros en Berlín.

Gauland no es una figura cualquiera dentro de AfD: es, sin duda, la referencia ideológica del partido y una especie de autoridad moral dentro del mismo. Este exmilitante de la CDU de Angela Merkel juega un rol fundamental en la organización de los ultras: pese a representar al ala nacionalconservadora de la formación, Gauland está dispuesto a pactar con la fracción etnonacionalista más radical, rayana con el neonazismo y predominante entre sus bases, para mantener unido a un partido que ya ha sufrido dos escisiones. Gauland es actualmente la figura más respetada dentro de AfD y sus declaraciones suelen marcar las posiciones futuras de una fuerza muy joven que todavía genera dudas respecto a asuntos de política exterior.

Foto: El 'expresident' Carles Puigdemont, durante una comparecencia de prensa en Berlín, el 7 de abril de 2018. (Reuters)

“No quiero inmiscuirme en esta cuestión y tampoco creo que la injerencia de funcionarios de la Unión Europea o de otros gobiernos sea conveniente”. Es otra de la frases que dejó Gauland sobre la cuestión catalana en su encuentro con corresponsales tras ser preguntado sobre una posible mediación internacional en el conflicto catalán. Una de las grandes líneas maestras del programa político de AfD es, precisamente, la defensa del Estado nación como unidad política fundamental de Europa. Los ultraderechistas alemanes no sólo se oponen a una mayor integración de las estructuras de la UE, sino que además demandan que los Estados miembros recuperen competencias que delegaron en Bruselas.

Tiene sentido, por tanto, que el líder de AfD asegure que Cataluña es un asunto interno del Estado español que tiene el derecho a resolverlo internamente, sin injerencias. Salvando las diferencias, es la misma lógica que la ultraderecha alemana utiliza, por ejemplo, para defender que Alemania tiene derecho a cerrar sus fronteras sin necesidad de negociar ni acordar nada con sus socios europeos. La soberanía nacional de los Estados es algo innegociable para la ultraderecha germana.

placeholder Alexander Gauland durante el congreso de AfD en Hanover, el 2 de diciembre de 2017. (Reuters)
Alexander Gauland durante el congreso de AfD en Hanover, el 2 de diciembre de 2017. (Reuters)

Puigdemont y el oportunismo

Preguntado por la decisión de los jueces de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein de no extraditar al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont por el delito de rebelión, Gauland se alineó, por una vez, con la postura del Gobierno federal de la canciller Merkel: respeta la decisión de los jueces y no tiene nada que comentar al respecto.

“AfD no tiene una opinión acordada sobre toda la cuestión catalana”. Esta frase de Gauland explica por qué ha habido algunas voces discordantes dentro del partido ultra respecto respecto al 'caso Puigdemont'. El parlamentario federal de AfD, René Springer, fue una de ellas: “Un presidente regional, que ha representado los intereses de su pueblo, es encarcelado en Alemania, mientras un ejército de millones de inmigrantes ilegales es aplaudido y se le permite inmigrar a nuestro estado social. Algo aquí no funciona”, tuiteó Springer el mismo día en que Puigdemont fue detenido por la policía alemana tras cruzar la frontera con Dinamarca.

Más que una afinidad ideológica con Puigdemont y su partido, o con el movimiento independentista catalán en su conjunto, en el tweet de Springer se puede observar más bien oportunismo para seguir desgastando al Gobierno alemán con el que ha sido el gran talón de Aquiles de Merkel: su política de migración. AfD ha sido, no en vano, un partido que ha sabido aprovechar muy bien la coyuntura informativa para introducir insistentemente su agenda en el espacio público: cierre de fronteras, discurso antimigratorio, islamofobia, renacionalización de las grandes cuestiones y militante euroescepticismo. El 'caso Puigdemont' no fue, en ese sentido, una excepción entre algunos de los miembros del partido. Sin embargo, sería falso afirmar que AfD apoya al independentismo catalán por este tweet. La opinión del parlamentario Springer no representa al conjunto de la ultraderecha alemana.

Apoyo a referéndums

Todo apunta a que el oportunismo fue también la razón que llevó a Bernd Lucke, economista conservador y euroescéptico que cofundó AfD en 2013, a convertirse en el primer político alemán en visitar a Puigdemont en la prisión de Neumünster. Lucke abandonó AfD en 2015 tras perder un congreso en el que peleó por mantener al partido en la senda de la relativa moderación. Tras fracasar en esa batalla interna, mantuvo su escaño en el Parlamento europeo y fundó el partido Reformistas Liberales Conservadores (LKR), electoralmente irrelevante hoy en Alemania. Se puede decir que Lucke es un cadáver político.

“Carles Puigdemont es perseguido penalmente de forma injusta. Le apoyo en la salvaguardia de sus derechos de libertad de opinión y actividad política. El conflicto catalán tiene que ser resuelto políticamente, y no penalmente”, escribió Lucke en su cuenta de Twitter el día en que visitó a Puigdemont en prisión. Medios alemanes y extranjeros se hicieron eco de la visita y, por un día, Lucke recuperó la atención mediática que había perdido tras caer en desgracia en AfD, partido con el que ya no tiene relación alguna.

La sucesora de Lucke en la presidencia del partido ultra fue Frauke Petry, una exintengrante del ala nacionalconservadora de AfD que abandonó justo el día después de las últimas elecciones federales del pasado septiembre. A mediados de 2016, cuando todavía era presidenta del partido ultraderechista y aspiraba a convertirse en toda una estrella política, sí tuvo palabras en favor del soberanismo catalán en una entrevista con la televisión autonómica TV3: “El derecho de autodeterminación de los pueblos va por delante. Los cambios de fronteras son posibles si se deciden a través de un proceso democrático. Si los catalanes lo deciden democráticamente, entonces nosotros, los alemanes, no tenemos por qué meternos”, contestó entonces Petry.

placeholder Frauke Petry en el Bundestag, el pasado octubre. (Reuters)
Frauke Petry en el Bundestag, el pasado octubre. (Reuters)

El hecho de que AfD incluyera en su programa político la celebración de referéndums (al estilo suizo) sobre la salida del euro o sobre otras cuestiones fundamentales de la vida del país pareció jugar un papel fundamental en esas declaraciones de Petry. Tras su salida del partido, fundó con su marido, Marcus Pretzell (exdirigente de AfD), la formación Die blaue Partei (El partido Azul), también irrelevante políticamente hoy en Alemania. Petry, que sigue siendo diputada independiente del Bundestag y que tiene ante sí un futuro político muy negro, ha guardado silencio hasta ahora sobre el 'caso Puigdemont'. Ni siquiera el oportunismo la ha llevado a aprovechar la coyuntura para ganar una cuota de pantalla que perdió prácticamente por completo tras abandonar AfD.

Cataluña como arma arrojadiza

El único partido alemán que hasta ahora se ha posicionado claramente y sin reservas a favor del derecho de autodeterminación de Cataluña y en contra de la extradición de Puigdemont ha sido Die Linke (La Izquierda), formación de poscomunistas germanoorientales y exsocialdemócratas germanoocidentales, la quinta facción del Bundestag. Tras el pasado 1 de octubre, la dirección de Die Linke aprobó una resolución en la que condenaba la represión policial y con la que pedía una solución política para el conflicto catalán.

Sin embargo, políticos de otros partidos sí se han pronunciado individualmente sobre la cuestión catalana, que, sin ser un asunto de primera línea en la política alemana, sí se ha ido colando repetidamente en la agenda del país. El último líder político en posicionarse al respecto ha sido Alexander Dobrindt, líder regional de la Unión Socialcristiana (CSU), partido hermano de Merkel en el Estado federado de Baviera: “La Unión Europea sólo se mantendrá unida si se respetan las tradiciones y particularidades de cada una de sus regiones. Lo que fue reconocido como un derecho de autodeterminación para los escoceses, no puede ser presentado como golpismo para los catalanes”, dijo Dobrint recientemente en una entrevista con un diario regional alemán.

Con la llegada de Puigdemont a Berlín y con un proceso judicial que apunta a alagarse durante meses en Alemania, la cuestión catalana amenaza con convertirse en un arma arrojadiza en la vida política del país más importante y poderoso de la UE.

“Yo, personalmente, tengo confianza en el Estado de derecho español, que experimentó una evolución muy complicada. Siempre admiré como el rey de España y el primer ministro consiguieron completar una transición desde el Estado franquista a una democracia. Eso es algo que no se consigue a menudo, así como no se consigue a menudo la restauración de una monarquía”. Son palabras de Alexander Gauland, copresidente de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y colíder de la tercera fracción parlamentaria más numerosa del Bundestag. Las pronunció en un reciente encuentro con periodistas extranjeros en Berlín.

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