Macron alerta de una "especie de guerra civil" europea por el nacionalismo

Hay una "especie de guerra civil europea que reaparece". La contundente advertencia la firma, ni más ni menos, que Emmanuel Macron. El presidente francés ha arrancado su intervención ante el pleno de la Eurocámara con fuerza, apuntando contra los grandes males que amenazan la Unión Europea. Su llamada ha sido clara: los debates abiertos no son "ordinarios" y necesitan respuesta.

Por una parte, Macron ha cargado contra "los egoísmos nacionales que parecen más importantes que aquello que nos une frente al resto del mundo". Por otra, contra el auge del autoritarismo y su "pretendida efectividad que fascina a algunos", encarnado por victorias como la de Viktor Orbán en Hungría. "Ante el autoritarismo que nos rodea, la respuesta no es la democracia autoritaria, sino la autoridad de la democracia", ha dicho, arrancando aplausos en el hemiciclo.

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María Tejero Martín. Bruselas

Macron ha puesto una importante carga emocional en su defensa de la Unión Europea. "¿En qué otro lugar de mundo, en este momento, hay estas libertades, esta igualdad, esta defensa de las minorías, esta igualdad entre los hombres y las mujeres?", ha recalcado. "Hay divisiones entre los países, pero más allá de estas, es un modelo que nos une, único en el mundo".

El presidente galo, que ha decidido ceder parte de su tiempo para debatir cara a cara con los eurodiputados, ha defendido la necesidad de crear una verdadera "soberanía europea", complementaria a las nacionales, pero más fuerte y capaz de hacer frente a los retos presentes a escala mundial. Una idea, dice, que no es abstracta.

Macron ha ido también a lo concreto y ha pedido "resultados tangibles" de aquí a finales de la legislatura, en mayo de 2019. En concreto, ha pedido que se resuelva el "envenenado debate sobre la reforma de Dublín —que marca las políticas de asilo— y la relocalización de refugiados, e ir más allá" con un programa de financiación de las entidades locales que reciben a los migrantes.

No podía faltar una referencia a la necesidad de reformar la Unión Económica y Monetaria, un "frente imprescindible" en el que es consciente de que las dudas alemanas y las divisiones de otros países, como Holanda, lo complican. Macron ha hecho hincapié, en concreto, en la necesidad de contar con un presupuesto para la eurozona. Unos propósitos que apenas han sido acogidos con tibios aplausos.

Francia está dispuesta a aumentar su contribución al presupuesto comunitario, ha dicho Macron, aunque a cambio pide una reforma con nuevas formas de ingresos (como con tasas verdes o digitales), poner fin a las excepciones como el cheque británico y un cambio de prioridades (hacia cuestiones sociales, hacia políticas de migración).

Pide una Europa sin divisiones "norte-sur, este-oeste, grandes-pequeños", donde se ponga coto a los "egoísmos nacionales" para evitar errores

También ha pedido que se materialice el impuesto europeo sobre los gigantes digitales que impulsan Francia, Alemania, España e Italia, y reforzar el "sentimiento de pertenencia a una cultura" europea, con la creación de universidades europeas, el fortalecimiento de las becas Erasmus y una mayor protección de los derechos de autor.

Macron no renuncia al "renacimiento europeo" que aspira a encarnar. Una Europa sin divisiones "norte-sur, este-oeste, grandes-pequeños", donde se ponga coto a los "egoísmos nacionales", para evitar caer en los errores del pasado. "Formo parte de una generación que no ha conocido la guerra y que está sufriendo el lujo de olvidar lo que sus predecesores han sufrido", ha advertido.