Assad ya ha ganado la guerra: el ataque de Trump deja intacto al régimen de Damasco
La intervención de Trump deja intacto al régimen. Tras la caída de Guta, Assad podrá destinar más esfuerzos a la otra provincia de los rebeldes: Idlib. Un área con activos militares turcos
"¡Misión Cumplida! (La intervención militar) no podría haber tenido mejores resultados". Es el tuit triunfal del presidente Donald Trump horas después de la operación en Siria liderada por Estados Unidos en coordinación con Francia y Reino Unido. Un ataque con un blanco exclusivamente militar, según los propios líderes de la intervención, "que no persigue un cambio de régimen (en Siria)" y que deja intacto al Gobierno de Bashar al Assad.
"La agresión de EEUU, Reino Unido y Francia viola las leyes internacionales, aumenta la tensión y amenaza la paz y la seguridad internacional", ha publicado la agencia estatal de Siria SANA en un comunicado. Sin embargo, una respuesta militar por parte del ejército de Damasco o de Rusia parece poco probable. El Pentágono y sus aliados han insistido en que este es un ataque exclusivamente contra el uso de armas químicas. Tampoco Rusia tomará represalias, porque el ejército estadounidense ha cumplido los acuerdos con Moscú para evitar un enfrentamiento.
Rusia y EEUU comparten en Siria una línea de distensión para impedir una escalada mayor. "Esto hace referencia al espacio aéreo", expone a El Confidencial Tony Badran, analista de seguridad en la Fundación de la Defensa de las Democracias (FDD). "Esto significa que EEUU notificó a Rusia que sus cazas iban a sobrevolar el espacio aéreo de Siria (…) Pero esto no quiere decir que compartieran la información de cuáles eran los objetivos". Aun así, la tensión de los últimos días puso en alerta a las tropas rusas y sirias, que se desplazaron a las áreas con menos probabilidades de sufrir una agresión.
A pesar de la operación, Assad avanza en Siria
Pocos días después del ataque químico en Duma, el catalizador de la intervención militar de EEUU, el Gobierno de Damasco tomó el control de uno de los últimos bastiones de la oposición, Guta, después de varias semanas de intensa campaña de bombardeos. La policía militar rusa se desplegó en las calles de Guta como consecuencia del acuerdo alcanzado con los grupos insurgentes, como Jaish al Islam —Ejército del Islam—. "La bandera del Estado sirio ha vuelto a ondear en un edificio del pueblo", declaró el oficial ruso Yuri Yevtushenko.
Además de la victoria del régimen en el foco de insurgencia rebelde más próximo a su capital, las tropas del ejército y sus aliados —Rusia e Irán— amenazan con invadir los territorios que todavía alojan a población opositora. Tras la definitiva caída de Guta, el régimen podrá destinar más esfuerzos bélicos a la otra provincia de los rebeldes: Idlib. Un área con activos militares turcos donde la estrategia de Damasco podría ser más política que militar: Rusia y Al Assad podrían presionar a Turquía en una futura ronda de negociaciones para forzar la entrada de tropas leales al Gobierno.
Assad conserva la impunidad
"La decisión del presidente Trump de lanzar bombardeos contra el Gobierno sirio sin la aprobación del Congreso estadounidense es ilegal e inconsciente", declaró este sábado el senador demócrata Tim Kaine. La operación no solo ha sido criticada por parte de la clase política de EEUU, también por China, Irán, Irak o Rusia, que la ha calificado de un intento de "neocolonialismo de Occidente" por no seguir los procedimientos legales ni de esperar a las conclusiones de la OPCW —Organización contra la Proliferación de las Armas Químicas—.
"La llegada de los inspectores de la OPCW y el retraso de los bombardeos es lo que ha provocado que hayan sido limitados"
Precisamente este sábado llegó a Damasco el equipo de investigadores de la OPCW, que será trasladado a las localizaciones de Duma donde cayeron los proyectiles cargados con munición química la semana pasada. Así que, ¿por qué la Administración norteamericana no ha esperado a obtener los resultados de una investigación respaldada por la ONU? "Esta resolución (del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) pone a Rusia y al régimen de Al Assad al frente de la visita de los investigadores de la misión que analiza los hechos", ha expresado la embajadora estadounidense Nikki Haley, "son ellos quienes dictan dónde tienen que ir los investigadores". Washington no ha querido esperar a un informe de la OPCW que pudiera ofrecer resultados no concluyentes o que no se ajusten a sus propósitos.
Además, el tiempo corría en contra de los intereses de Trump. "Si hubieran esperado más días Al Assad podría haber movido de sitio el material", afirma a El Confidencial Joanne Stocker, editora de la revista 'Defense Post'. Y apunta a un asunto de retórica, "no creo que nadie esperara la propuesta de la OPCW para ir, y cuando anunciaron su viaje a Damasco los líderes ya se habían comprometido públicamente. (…) Creo que la llegada de los inspectores y el retraso de los bombardeos es lo que ha provocado que hayan sido limitados".
"El tiempo para el diálogo terminó la pasada noche", declaró Haley en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de este sábado. Una sesión convocada por Rusia para solicitar una investigación contra la agresión de la madrugada. A pesar de la dura retórica, la operación de Estados Unidos, Francia y Reino Unido ha sido quirúrgica y muy selectiva —101 misiles de crucero y aviones de combate golpearon tres objetivos del gobierno de Damasco y no hubo víctimas mortales— y no ha causado ningún daño a la capacidad militar del régimen.
"¡Misión Cumplida! (La intervención militar) no podría haber tenido mejores resultados". Es el tuit triunfal del presidente Donald Trump horas después de la operación en Siria liderada por Estados Unidos en coordinación con Francia y Reino Unido. Un ataque con un blanco exclusivamente militar, según los propios líderes de la intervención, "que no persigue un cambio de régimen (en Siria)" y que deja intacto al Gobierno de Bashar al Assad.