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La ofensiva “anti-Soros” y otras medidas de Orbán para modelar Hungría a su antojo
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"estamos ante el peor escenario posible"

La ofensiva “anti-Soros” y otras medidas de Orbán para modelar Hungría a su antojo

En los últimos ocho años, Orbán ha sido acusado de socavar las leyes democráticas y colocar a sus fieles en puestos clave. Tras su victoria, todo apunta a que mantendrá su deriva autoritaria

Foto: Votantes del partido Fidesz durante el anuncio de los resultados preliminares de las elecciones, en Budapest. (Reuters)
Votantes del partido Fidesz durante el anuncio de los resultados preliminares de las elecciones, en Budapest. (Reuters)

La contundente victoria obtenida en las elecciones de este domingo da carta blanca a Viktor Orbán para ahondar en sus reformas en Hungría y mantener su pulso con la Unión Europea. El primer ministro ultranacionalista, cuyo partido obtuvo casi el 50% de los votos -seguido de la formación de extrema derecha Jobbik-, inicia su tercer mandato consecutivo con más de 4 puntos porcentuales por encima del apoyo logrado en 2014 y una altísima participación (cercana al 70%). Una “gran victoria para Hungría, que ahora podrá seguir en el camino iniciado para poder defender nuestra patria (de la inmigración)”, en palabras del propio Orbán.

Su arrolladora victoria puede traducirse en una mayoría parlamentaria de dos tercios con la que podría aprobar en solitario medidas legislativas de rango constitucional. A la oposición, que ha sido incapaz de superar sus divisiones, le esperan otros cuatro años de deriva autocrática: tras haber cosechado otro éxito con un discurso alarmista contra la inmigración, Orbán redoblará su ofensiva contra la sociedad civil y los medios de comunicación independientes. Sus primeras 'víctimas' serán las ONG defensoras de los derechos de inmigrantes y solicitantes de asilo, como parte de su estrategia para impedir que Hungría se convierta en “un país de inmigrantes”.

Orbán sostiene que el Gobierno necesita “mejores armas legales para luchar contra los organizadores de la inmigración”, es decir, las ONG, muchas de ellas apoyadas por la fundación Open Society del magnate estadounidense de origen magiar George Soros.

Altos cargos de Fidesz, el partido e Orbán, declararon este lunes que sus diputados esperan aprobar en mayo un proyecto de ley contra las ONG, un paquete legislativo denominado “Stop Soros”, el gran enemigo político de Orbán, quien mantuvo durante meses una campaña pública contra el multimillonario para acusarle de pretender introducir en Europa, colaborando con la ONU y la UE, a millones de inmigrantes musulmanes.

Entre otras medidas, dicho paquete legislativo incluye un impuesto del 25% a las donaciones desde el extranjero, introduce la obligatoriedad de contar con una autorización de Interior para que una ONG puede trabajar y prevé medidas punitivas para colaboradores de estas organizaciones, como la expulsión del país de los foráneos.

Foto: Viktor Orbán celebra el resultado de las elecciones en Budapest, Hungría. (Reuters)

El poder judicial

Estamos sin duda ante el peor escenario posible. Esta nueva mayoría acompañada de una alta participación supondrá que Fidesz se sienta más legitimado, y Orbán podrá aprovechar esta nueva fuerza en sus relaciones con Bruselas”, declara Zsuzsanna Szelényi, un exdiputada independiente, al diario 'The Guardian'.

Durante los últimos ocho años, Orbán ha sido acusado de socavar las leyes democráticas, colocar a figuras conservadoras fieles a su Gobierno al frente de instituciones anteriormente independientes y hacerse con el control de la mayoría de los medios. Dado el control del Parlamento que ha conseguido Fidesz, todo apunta a que el primer ministro mantendrá su deriva autoritaria. “A Orbán no le gusta que haya islas de autonomía a su alrededor, por eso en este nuevo mandato veremos más movimientos contra las que aún quedan, incluidas ONG y el poder judicial, que todavía es bastante independiente”, explica Szelényi.

Mientras, los observadores electorales de la OSCE indicaron este lunes que las elecciones no ofrecieron a la oposición igualdad de condiciones frente al Fidesz de Orbán, cuya victoria celebraron ayer euroescépticos como el Gobierno polaco y formaciones de ultraderecha como el Frente Nacional de Le Pen o Alternativa por Alemania (AfD). "El solapamiento de los fondos monetarios del Estado y del partido gubernamental determinaron las elecciones del 8 de abril, socavando la posibilidad de los candidatos para competir de una manera equitativa", indica el informe elaborado por los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

La contundente victoria obtenida en las elecciones de este domingo da carta blanca a Viktor Orbán para ahondar en sus reformas en Hungría y mantener su pulso con la Unión Europea. El primer ministro ultranacionalista, cuyo partido obtuvo casi el 50% de los votos -seguido de la formación de extrema derecha Jobbik-, inicia su tercer mandato consecutivo con más de 4 puntos porcentuales por encima del apoyo logrado en 2014 y una altísima participación (cercana al 70%). Una “gran victoria para Hungría, que ahora podrá seguir en el camino iniciado para poder defender nuestra patria (de la inmigración)”, en palabras del propio Orbán.

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