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Linchamientos en la India: las ejecuciones grupales que nadie puede (o quiere) erradicar
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desde 2015 la cifra no deja de aumentar

Linchamientos en la India: las ejecuciones grupales que nadie puede (o quiere) erradicar

Las ejecuciones colectivas de presuntos criminales, o incluso simples víctimas del odio nacionalista, han resurgido desde la llegada al poder de Narendra Modi. Aquí, algunas claves del fenómeno

Foto: Imagen de un linchamiento ocurrido en el estado de Jharkhand el pasado 18 de mayo, difundida en las redes sociales
Imagen de un linchamiento ocurrido en el estado de Jharkhand el pasado 18 de mayo, difundida en las redes sociales

La cara de Madhu apareció en seguida en todas las redes sociales. Sucio, despeinado, descamisado, vistiendo un 'lunghi' y con los brazos atados. Lo que más impresionaba era su gesto, mirando como si no entendiera bien qué es lo que estaba pasando a su alrededor. El hombre de 27 años perteneciente al grupo tribal de los Adivasi aparecía rodeado por una multitud que le acusaba de un robo menor. Según publicaron medios locales, fue golpeado durante horas en un bosque en Kerala, en el sur de la India. Murió en un coche policial de camino al hospital. El informe postmortem confirma el fallecimiento por heridas en la cabeza y magulladuras en todo el cuerpo.

El video del linchamiento se hizo viral, y una foto selfie que se tomó uno de los participantes en la que se ve al chico maniatado, también. De momento hay 16 detenidos.

Varios días después, en Arunachal Pradesh, la otra punta del país, una turba entró en una comisaría y sacó a rastras a dos hombres acusados de violación y asesinato de un niño de 5 años. Su linchamiento duró 30 minutos. Y fue ampliamente celebrado en redes sociales.

placeholder El joven Madhu antes de ser linchado, en una imagen difundida en las redes sociales
El joven Madhu antes de ser linchado, en una imagen difundida en las redes sociales

Esto son sólo dos ejemplos recientes de este tipo de ejecuciones grupales. La violencia de multitudes no es nueva en India: imágenes de turbas arremetiendo contra un individuo solitario e indefenso copan titulares de prensa y televisión a menudo. Las redes sociales se llenan de fotos y los videos de testigos se hacen virales. Suele seguir un mismo procedimiento: un grupo rodea a un individuo, se va cargando el ambiente, de repente alguien suelta el primer golpe, los demás llegan en cadena. Es cuestión de minutos.

Se trata de una forma de "justicia" colectiva donde la violencia es extrema, el individuo se disuelve en la turba y ataca a alguien indefenso: suele ser contra un supuesto delincuente, alguien perteneciente a una minoría, pero también hay ataques de tinte racista y casos relacionados con el honor o la brujería. Se han acuñado ya términos como "Mobocracy" o "Lynchistan".

Los musulmanes, víctimas frecuentes

En los últimos años la mayoría de los linchamientos colectivos están relacionados con el consumo y transporte de carne bovina. Los denominados grupos de vigilantes de vacas atacan a sus víctimas, generalmente musulmanes, para proteger al animal sagrado símbolo del hinduismo.

La muerte de Mohammad Akhlaq en septiembre de 2015 a manos de una turba hindú que le acusaba de haber robado y matado a una vaca se considera el primer caso de linchamiento en nombre de la protección a estos animales. Otro de los casos más recientes que conmocionaron al país fue la muerte de un chico de 16 años que viajaba en tren junto a sus hermanos en junio de 2017. Murió de una puñalada, mientras la turba enfurecida le acusaba de “anti-nacional”, “terrorista”, “pakistaní” y “comedor de carne de vaca”.

No existen datos oficiales de cuántas personas han muerto a manos de turbas en India. A nivel nacional o estatal, cuando se registra un crimen por muerte violenta, no se concreta si fue por linchamiento. Por eso, IndiaSpend, una plataforma digital de periodismo de datos, creó el año pasado una base de datos compilando los casos publicados por los medios de comunicación. Según este registro online, desde 2010 29 personas han muerto por “delitos relacionados con las vacas”, 25 de los cuales eran musulmanas. Desde 2015 el número de incidentes no ha parado de aumentar (12, 14 y 37 consecutivamente)

Foto: Niños disfrazados de Papá Noel en una escuela católica de Amritsar, India. (EFE)

Otra investigación del Observer Research Foundation, cuyos datos se basan también en la información publicada en medios, analiza estos incidentes desde enero de 2011 a junio de 2017. La autora, Rupa Subramanya, identifica que hasta 2014, las muertes por linchamiento tenían una tendencia a la baja, volviendo a subir de nuevo a partir de mediados de 2014. La experta llama a este momento el “punto de ruptura”, señalando que coincide con el momento en el que el Primer Ministro, Narendra Modi, llega al poder. “Las estadísticas dejan claro que efectivamente ha habido un cambio en las fuerzas subyacentes que impulsan las tendencias en la violencia callejera entre mayo y junio de 2014”, explica.

No son pocas las voces que denuncian que los grupos radicales hindúes se sienten más cómodos desde que el BJP está en el poder. Para Aftab Alam, profesor de la Universidad de Aligarh, es “debido al aumento de la política basada en la identidad”.

Según este profesor de Ciencias Políticas, la falta de oportunidades para acceder a una educación de calidad y el creciente desempleo proporcionan un terreno fértil para que los partidos de la derecha hindú exploten la situación. “Tratan de convencer de que, a pesar de ser mayoría, los hindúes han sido descuidados por los llamados partidos seculares liderados por el Partido del Congreso. También han proyectado falsamente la idea que después de un período de tiempo los musulmanes tomarán el país en términos de población y los hindúes serán colonizados una vez más. Este tipo de ideas se propaga fácilmente a través de las redes sociales haciendo que muchos crean en esta falsedad”, dice a El Confidencial.

placeholder Musulmanes indios protestan contra el linchamiento de correligionarios suyos acusados de comer carne de vaca, en Ahmedabad, el 26 de junio de 2017. (Reuters)
Musulmanes indios protestan contra el linchamiento de correligionarios suyos acusados de comer carne de vaca, en Ahmedabad, el 26 de junio de 2017. (Reuters)

¿Espontáneos o planificados?

Ante la duda de si estos ataques violentos son actos espontáneos o previamente planeados, para el profesor Alam son una combinación de ambos. “Para muchos agresores puede ser una expresión espontánea de rabia, pero creo que están atrapados en un plan más amplio que sirve a propósitos políticos. Incitar la ira hindú contra musulmanes, cristianos u otras minorías ayuda políticamente a la derecha hindú”.

Pero, ¿qué lleva a un individuo a unirse a una multitud y atacar a una persona indefensa? Según la doctora Gopa Bhardwaj, “la multitud proporciona al individuo un espacio para el anonimato”. Esta experta en psicología del comportamiento grupal explica que en India la socialización de la persona comienza por ser parte del grupo social o familiar y esta pertenencia debe continuar de por vida. “El yo individual que está separado de lo social no se fomenta y muchas veces esto da una sensación de frustración e incluso depresión”.

Así, según explica Bhardwaj, bajo la multitud el individuo identifica a la víctima indefensa desconocida como un objetivo contra el que puede expresar su ira o frustraciones reprimidas. “Sin la presencia de un grupo y de su apoyo, el individuo no se involucraría en ciertas acciones que sí se ven fomentadas en cambio bajo la identidad que proporciona el “nosotros””, explica la psicóloga a este diario.

Foto: El actor Salman Khan sale de los tribunales tras ser absuelto de homicidio, en diciembre de 2015 (EFE)

Un análisis del International Journal of Academic Research and Development señala que aunque es complicado declarar el motivo particular que lleva a una multitud a formar parte de un linchamiento, “sabemos que la víctima ha cometido cierto crimen a ojos de esa multitud, que lastima sus sentimientos como comunidad y que sienten que hay una falta de una acción legal por parte del gobierno. Esto les lleva a tomar la justicia por su mano”.

En la investigación, llevaba a cabo por la Escuela de Derecho de la Universidad de Saveetha, en Tamil Nadu, se subrayan varios casos importantes de linchamientos en India, entre los que destaca, como forma de "justicia social", el ataque a Mithun Hansda, acusado de violar y asesinar a una niña de 8 años en junio de 2017, en el estado de Jharkhand. Fue linchado por los hombres del pueblo donde ocurrió el delito del que se le acusaba.

Para quienes participaron en el linchamiento de Madhu en Kerala, él también había cometido un delito: algunos medios publican que había robado comida, otros que se había llevado 200 rupias. Para el profesor Alam, sin embargo, hay otras razones más profundas que cuestionan el status quo del sistema social: “Aunque la discriminación por casta está oficialmente abolida, aún se sigue practicando. La Constitución ha permitido que una nueva clase de Dalits ["intocables"] emerja resistiendo el opresivo sistema de castas, lo que les hace ser el objetivo de quienes pretenden enseñarles una lección de que no deberían alzar sus voces en contra de la violencia”.

La cara de Madhu apareció en seguida en todas las redes sociales. Sucio, despeinado, descamisado, vistiendo un 'lunghi' y con los brazos atados. Lo que más impresionaba era su gesto, mirando como si no entendiera bien qué es lo que estaba pasando a su alrededor. El hombre de 27 años perteneciente al grupo tribal de los Adivasi aparecía rodeado por una multitud que le acusaba de un robo menor. Según publicaron medios locales, fue golpeado durante horas en un bosque en Kerala, en el sur de la India. Murió en un coche policial de camino al hospital. El informe postmortem confirma el fallecimiento por heridas en la cabeza y magulladuras en todo el cuerpo.

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