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La UE, con el dedo en el gatillo, espera que Trump clarifique si la exime de los aranceles
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habrá una nueva reunión la semana que viene

La UE, con el dedo en el gatillo, espera que Trump clarifique si la exime de los aranceles

La reunión de la comisaria de Comercio Cecilia Mälmstrom con su homólogo de EEUU se cierra sin resultados concluyentes. Bruselas espera aún evitar una guerra comercial devastadora

Foto: Cecilia Mälmstrom junto a Robert Lighthizer y Hiroshige Seko, antes de la infructuosa reunión en Bruselas. (EFE)
Cecilia Mälmstrom junto a Robert Lighthizer y Hiroshige Seko, antes de la infructuosa reunión en Bruselas. (EFE)

"Puede ser un día muy largo", había advertido la comisaria europea de Comercio, Cecilia Mälmstrom, sobre la reunión de hoy en Bruselas con sus homólogos de Japón, Hiroshige Seko, y sobre todo de EEUU, Robert Lighthizer. Mälmstrom llegaba al encuentro con un objetivo muy claro: averiguar si la Unión Europea se puede beneficiar de una exención a los aranceles a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) impuestas por el presidente Donald Trump, que podrían suponer el primer disparo de una guerra comercial a ambos lados del Atlántico.

La reunión, sin embargo, se ha cerrado este domingo sin resultados concluyentes. "He tenido una discusión franca con la parte estadounidense sobre el grave asunto pendiente de los aranceles al acero y aluminio", ha indicado Mälmstrom al cierre del encuentro en su cuenta de Twitter. "Como un estrecho socio de EEUU en seguridad y comercio, la UE debe ser excluida de las medidas anunciadas. No ha habido una claridad inmediata en el procedimiento exacto de EEUU para dicha exención, sin embargo, así que las discusiones continuarán la semana que viene", ha añadido.

Así, el de Lighthizer puede considerarse uno de los trabajos más ingratos de la Administración estadounidense: tras haberse encontrado en Buenos Aires con Seko y Mälmstrom el pasado diciembre para acordar una estrategia común respecto al problema de la sobreabundancia de aluminio en el mercado (a causa, principalmente, de las exportaciones de China), ha sido ahora el encargado de viajar a Europa para defender lo que Bruselas percibe como una puñalada por la espalda por parte de la Casa Blanca. "Si uno pone aranceles contra quienes son tus aliados, uno se pregunta quién son los enemigos", declaró esta semana Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, al diario 'The Economist'.

La UE, de hecho, tiene preparada su respuesta: la imposición a su vez de unos aranceles del 25% a una larga colección de productos —se ha informado ampliamente sobre los más célebres, como las motocicletas Harley-Davidson y el bourbon, pero la lista completa, de 4 páginas, abarca todo tipo de elementos, desde yates a mantequilla de cacahuete, pasando por fregaderos—, por un valor total de 2.830 millones de dólares. Los productos han sido escogidos cuidadosamente para no dañar ningún sector económico europeo.

Además, la Unión Europea llevará el tema ante la Organización Mundial del Comercio. No obstante, Mälmstrom había advertido de que no se tomaría ninguna medida hasta que no se clarifique la posición estadounidense respecto a la UE, pero que, si llega el momento, el Bloque "responderá".

placeholder Un trabajador de la planta de acero Salzgitter AG delante de un horno en Salzgitter, Alemania, el 1 de marzo de 2018. (Reuters)
Un trabajador de la planta de acero Salzgitter AG delante de un horno en Salzgitter, Alemania, el 1 de marzo de 2018. (Reuters)

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La ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries, asegura que Berlín acordará con la Comisión Europea una respuesta "sensata, pero clara" a los aranceles. Alemania, el principal productor de acero de la UE, es uno de los países que más perjudicado resultaría por la decisión estadounidense, aunque los resultados no serían necesariamente catastróficos, puesto que el grueso de las exportaciones alemanas se dirige a otros países europeos.

"No hay pánico al respecto" entre los productores alemanes, señala Sabine Stephan, del Instituto de Política Macroeconómica de Dusseldorf, en una entrevista con 'The Washington Post'. Pero "si fuese un hecho aislado nadie hablaría sobre ello. Pero la señal es que algo bastante fundamental puede cambiar entre los importadores y los exportadores de EEUU y la UE": en concreto, que desemboque en una escalada de medidas y contramedidas para presionar a la otra parte que acabe por ser profundamente dañina. "Las acciones de EEUU rompen las reglas de la Organización Mundial del Comercio y ponen en peligro muchos empleos, no solo en Alemania. Una guerra comercial no tiene ganadores", ha declarado Jörg Hofmann, presidente del sindicato de trabajadores del metal de Alemania.

Foto: Donald Trump anuncia en rueda de prensa la introducción de aranceles a la importación de acero y aluminio, el pasado 1 de marzo de 2018. (Reuters)
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Pero sobre todo, a muchos líderes europeos les preocupa que las verdaderas intenciones de Trump sean utilizar estos aranceles como medida de presión para lograr concesiones en un acuerdo comercial transatlántico de mayor alcance, ahora que el TTIP ha perdido fuelle. En ese sentido, la Casa Blanca ha prometido eximir a Canadá y México de los aranceles siempre y cuando se ajusten a las demandas estadounidenses en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

"Estamos entrando en una nueva era en la que una guerra comercial está empezando a mostrar los dientes. La política estadounidense hoy, estableciendo unilateralmente un régimen de aranceles adicionales sobre el acero y el aluminio, viene pisándole los talones a otra política que intenta eviscerar el sistema de arreglo de disputas de la Organización Mundial del Comercio", ha declarado el secretario de Comercio de Francia, Jean-Baptiste Lemoyne, a la publicación 'Politico Europe'. "Hemos dicho que para llevar a cabo nuevos acuerdos de comercio, deben hacerse con países que sean parte del Acuerdo de París. Bloquearnos potencialmente con el acero y el aluminio para forzar un acuerdo de libre comercio no es el camino adecuado", asegura.

Así, Bruselas queda a la expectativa, con el dedo puesto en el botón de las represalias; una situación que, parece, va a mantenerse así durante al menos una semana más. Una semana de incertidumbre.

"Puede ser un día muy largo", había advertido la comisaria europea de Comercio, Cecilia Mälmstrom, sobre la reunión de hoy en Bruselas con sus homólogos de Japón, Hiroshige Seko, y sobre todo de EEUU, Robert Lighthizer. Mälmstrom llegaba al encuentro con un objetivo muy claro: averiguar si la Unión Europea se puede beneficiar de una exención a los aranceles a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) impuestas por el presidente Donald Trump, que podrían suponer el primer disparo de una guerra comercial a ambos lados del Atlántico.

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