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Morir al dar a luz en la primera potencia: ¿por qué EEUU triplica la media europea?
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Morir al dar a luz en la primera potencia: ¿por qué EEUU triplica la media europea?

La proporción triplica la de Canadá y la media de la UE. Estados Unidos también es el único país industrializado en el que este índice ha aumentado en 20 años, a contracorriente del resto. ¿Por qué?

Foto: Una madre disfrazada con su bebé en el Big Apple Comic Con, en Nueva York. (Reuters)
Una madre disfrazada con su bebé en el Big Apple Comic Con, en Nueva York. (Reuters)

Se suele decir que Estados Unidos es un país con dos velocidades: por un lado revoluciona industrias, domina el mundo, alcanza las estrellas, y por otro arroja estándares de vida propios de otras latitudes. Como si varios países totalmente diferentes conviviesen en la inmensidad de Norteamérica.

Pongamos una cifra: 24,6 por cada 100.000. La proporción de mujeres estadounidenses que mueren al dar a luz: el triple que en Canadá y que la media de la Unión Europea, ocho veces más que en Suecia, e incluso por delante de países menos prósperos como China, Irán o Líbano. Estados Unidos también es el único país industrializado en el que este índice ha aumentado en los últimos 20 años, a contracorriente del resto. ¿Por qué?

Hablamos de mortalidad materna cuando la mujer fallece durante el embarazo o en el año siguiente, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Esta anomalía, normalmente apartada del debate público al considerarse un asunto íntimo, es atribuida a una combinación de causas.

El medio sin ánimo de lucro ProPublica y la radio NPR concluyeron en una investigación conjunta que parte del problema se debe a un protocolo médico incompleto: la disciplina materno-infantil se habría centrado en proteger al bebé, desatendiendo el cuidado de la madre. “Nos preocupamos mucho de los bebés vulnerables”, dijo la doctora Barbara Levy, vicepresidenta del Congreso Americano de Obstretas y Ginecólogos. “No prestamos atención suficiente a esas cosas que pueden ser catastróficas para las mujeres”.

Un estudio de la Librería Nacional de Medicina de EEUU estimó que, cuando la madre abandona el hospital, suele carecer de los consejos básicos para detectar problemas de salud no ya en su bebé, sino en ella misma. En 2016 solo un 6% del dinero público destinado a la salud de madres y niños se invirtió en programas para cuidar a la progenitora. El programa Medicaid suele cubrirla durante 60 días desde el parto; al niño lo cubren un año.

placeholder Lakia Ramsey besa su hija Arian en una iglesia presbiteriana de Charlotte. (Reuters)
Lakia Ramsey besa su hija Arian en una iglesia presbiteriana de Charlotte. (Reuters)

Las causas más comunes de mortandad son la hemorragia y la preeclampsia, una complicación asociada a la hipertensión inducida durante el embarazo y el posparto, responsable del 8% de las muertes maternas en EEUU. Reino Unido, por dar un ejemplo alternativo, ha desarrollado protocolos específicos contra la preeclampsia y ha logrado reducir su impacto a una muerte de cada millón. Otro factor es el uso creciente de la cesárea, que puede causar acreta o 'placenta adherida'. Cuando la cesárea no era tan común, la acreta ocurría en uno de cada 30.000 partos en EEUU. Con cesárea, se da en uno de cada 500. Y uno de cada 14 casos de acreta acaba con la muerte de la madre.

La investigación de ProPublica y NPR gira en torno al caso de Lauren Bloomstein, una enfermera neonatal y por tanto experimentada en el proceso del embarazo y el parto. Pese a ello, Bloomstein, de 33 años, murió horas después de dar a luz en el hospital donde trabajaba, en Nueva Jersey. Un ejemplo de cómo nadie, sea cual sea su estatus o su cobertura sanitaria, está a salvo de lo que parece ser una serie de lagunas médicas estructurales.

Las especialistas en medicina materno-fetal Cara Heuser y Chavi Eve Karkowsky bajaron un nivel más y denunciaron lo que para ellas es la razón principal de la mortalidad materna: la pobreza, el mal acceso a la sanidad y la falta de políticas anticonceptivas. Mejorar los protocolos “no nos ayudará a abordar el problema real”, escribieron en 'Slate'. “Es hipócrita por nuestra parte como sociedad pretender que nos importa reducir las muertes y minusvalías maternas al mismo tiempo que limitamos la sanidad para las mujeres, incluida la sanidad de rutina, cuidados anticonceptivos y aborto”.

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Si bien el índice de mortalidad materna es alto en todas las regiones y segmentos de EEUU comparativamente al resto del mundo industrializado, hay algunos grupos especialmente perjudicados. El riesgo de muerte es mayor entre la gente de bajos ingresos y en las zonas rurales, y está ligado a poseer seguro médico. Precisamente el estado que más padece esta mortalidad es aquel en el que hay menos personas con cobertura sanitaria: Texas.

La diferencia más nítida se ve en la raza: la mortalidad de las madres afroamericanas es de 44 de cada 100.000, más del triple que las madres blancas. Una proporción idéntica a los recursos: los afroamericanos tienen el triple de posibilidades más que los blancos de vivir bajo el umbral de la pobreza; tienden a padecer más obesidad y diabetes y a tener peor cobertura sanitaria.

En el otro extremo del caso tejano está California. Ante el aumento de la mortalidad materna entre 1999 y 2006, el 'estado dorado' tomó medidas y logró reducirla un 55%, hasta dejarla pareja a los estándares de la Unión Europea: 7,3 fallecimientos por cada 100.000 partos. ¿Cómo lo hicieron?

Doctores como David Lagrew, del hospital Saint Joseph, tomaron nota del aumento general de las muertes maternas y decidieron cotejar los datos, las causas, y afinar el protocolo para tratar problemas como la acreta, la preeclampsia o la atonía uterina. Así nació la iniciativa CMQCC, siglas de Colaboración de California para el Cuidado Maternal de Calidad.

El CMQCC obliga a cada hospital del estado a poseer un 'carrito de hemorragias', una pequeña unidad móvil con todo lo necesario para tratar una hemorragia: instrumentos, medicamentos, globos uterinos. “Los minutos cuentan, así que no puedes permitirte pensar, ey, ¿qué medicamento necesito usar a continuación?”, declaró el doctor Lagrew a 'Vox.com'. El personal médico y de enfermería sabe usar la Triton-D, una máquina capaz de medir la pérdida de sangre, que puede matar a una madre en minutos. Este protocolo hace que la mortalidad sea casi nula también en zonas más pobres.

La iniciativa californiana está intentando extender sus éxitos a otros estados en un paisaje político-legislativo cambiante. La Administración Trump ha recortado la protección anticonceptiva incluida en la Ley de Cuidado Asequible y recortado la financiación de programas como Planned Parenthood; además, planea disminuir la cobertura pública del Medicaid: el seguro estatal para gente de bajos ingresos, que cubre la mitad de los embarazos de EEUU.

Se suele decir que Estados Unidos es un país con dos velocidades: por un lado revoluciona industrias, domina el mundo, alcanza las estrellas, y por otro arroja estándares de vida propios de otras latitudes. Como si varios países totalmente diferentes conviviesen en la inmensidad de Norteamérica.

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