Es noticia
Trump pide cooperación y reivindica el “nuevo momento americano”
  1. Mundo
discurso de estado

Trump pide cooperación y reivindica el “nuevo momento americano”

Históricamente, el partido en el poder pierde 33 escaños a mitad del primer mandato. Y a esto hay que sumar la impopularidad de Trump. Así, los demócratas podrían obtener unos 40 escaños

Foto: El presidente Donald Trump sonríe durante su discurso de Estado. (EFE)
El presidente Donald Trump sonríe durante su discurso de Estado. (EFE)

El paisaje de crimen, corrupción y cascotes humeantes que pintó Donald Trump a brochazos durante la campaña electoral ha sido remplazado por su antítesis: una América fuerte, próspera y dispuesta a todo. El Trump de Twitter se quedó en casa; fue el Trump de Teleprompter quien reiteró las mismas propuestas, pero bañadas en la promesa de “tender la mano” a la oposición. Sus palabras resonaron ante un Congreso nítidamente partido.

El presidente de EEUU empezó su discurso del estado con un alegato por la unidad más allá del “origen, la raza y el credo” y anunció su lema de la noche: “Nuevo momento americano”. La hora y veinte minutos fue jalonada por las historias de invitados que fueron poniéndose en pie para las numerosas ovaciones, desde un niño de 12 años que hace campaña por adherir una bandera a las tumbas de los soldados caídos, a la epopeya de un disidente norcoreano que mostró sus maltrechas muletas, símbolo del sacrificio, al Congreso.

placeholder El presidente Donald Trump gesticula durante su discurso de Estado. (Reuters)
El presidente Donald Trump gesticula durante su discurso de Estado. (Reuters)

La economía llenó la primera parte. El presidente mencionó los 2,4 millones de empleos creados, 200.000 de ellos en el sector manufactuero, y acarició el America First: “La era de la rendición económica se ha terminado”, declaró, y repitió la nueva palabra mágica aplicada a la relación con China o a la renegociación del NAFTA, que está en sus últimas fases: “Comercio recíproco”.

A continuación esbozó su siguiente objetivo legislativo: el plan de inversión masiva en infraestructuras, que sumaría 1,5 billones de dólares a través de dinero federal, estatal y privado. “Construimos el Empire State Building en sólo un año. ¿No es una desgracia que ahora pueda llevar 10 años sólo conseguir el permiso para una simple carretera?”.

Históricamente, el partido en el poder pierde 33 escaños a mitad del primer mandato. Y a esto hay que sumar la impopularidad de Donald Trump

Aproximadamente un tercio del discurso consistió en los aplausos de la bancada republicana, que no escatimó energía. Mientras, los demócratas, siete congresistas de los cuales no asistieron en señal de boicot, con algunas mujeres vestidas de negro en solidaridad con las víctimas de acoso sexual, asistieron rígidos al discurso. Quizás soñando en silencio con la que podría ser su venganza contra el magnate: las elecciones legislativas de noviembre.

La ecuación es esta: los demócratas necesitan al menos 24 escaños para recuperar el control de la Cámara de Representantes en el otoño. Los beneficia la inercia, ya que, históricamente, el partido en el poder pierde 33 escaños de media a mitad del primer mandato. Y los beneficia la impopularidad sin precedentes de Donald Trump. Así, los demócratas podrían obtener unos 40 escaños. Más de lo que necesitan para arrojar un palo en las ruedas del trumpismo. El Senado es algo más difícil de voltear.

placeholder La líder de la minoría Nancy Pelosi habla con otras demócratas que visten de negro en apoyo al movimiento #MeToo. (Reuters)
La líder de la minoría Nancy Pelosi habla con otras demócratas que visten de negro en apoyo al movimiento #MeToo. (Reuters)

La oposición aún trata de recuperar el aliento tras la derrota de 2016, pero el descontento político es grande y ya surgen algunas voces de mando con vistas a 2020. Senadores como Corey Booker, de Nueva Jersey, o Kamala Harris, de California, endurecen su discurso, plantan batalla y tienen ganas de arengar a los votantes contra un presidente al que apoya menos del 40% de los ciudadanos.

Lo único capaz de amortiguar el golpe a Trump es la economía. Todos los indicadores están por los cielos: el PIB ronda una expansión anual del 3%, la confianza empresarial está en máximos, el índice Dow Jones no crecía tan rápido desde la época del New Deal, hace ocho décadas, y el paro bajaría hasta el 3,5% a finales de año, lo cual redimiría por fin la bestia negra de la economía: los salarios, después de años de anemia, por fin despegarían.

Foto: El presidente Trump y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, antes de un encuentro en la sede de la UE, en Bruselas. (Reuters)
TE PUEDE INTERESAR
¿Guerra comercial con EEUU? La UE, “preparada para responder” a Trump
María Tejero Martín. Bruselas

Las políticas trumpianas, basadas en la reducción agresiva de las regulaciones en todos los sectores y en una recorte de impuestos especialmente generoso a las grandes fortunas y a las empresas, pueden dar un coletazo: diferentes previsiones alertan del crecimiento del déficit, de la desigualdad y de una posible espiral inflacionista. Pero, si estos efectos se materializan, probablemente no será antes de las elecciones del Congreso.

Trump, ante el Congreso

El presidente metió alguna moneda en la hucha de su base electoral. Hubo un dardo a los jugadores de fútbol americano que hincan la rodilla durante el himno antes de los partidos (en protesta por la violencia policial contra los afroamericanos) y guiñó el ojo a la Asociación Nacional del Rifle con su apasionada defensa de la segunda enmienda, el derecho a llevar armas.

También decretó mantener abierta la cárcel ilegal de Guantánamo: “En el pasado, hemos liberado tontamente a cientos de peligrosos terroristas"

Ninguna conciliación ocurrirá sin reforma migratoria, el momento en el que Trump volvió a sonar como de hormigón y a relacionar directamente a las personas sin papeles con la delincuencia, pese al peso de los datos. Sus acusaciones fueron puntuadas con la presencia de los familiares de la víctima de un criminal sin papeles. También estaba presente un policía que se había enfrentado, entre amenazas de muerte, a la banda criminal MS13.

Donald Trump reiteró su oferta de regularizar y permitir un camino a la ciudadanía para 1,8 millones de personas que llegaron ilegalmente, de jóvenes, a EEUU. A cambio de que los demócratas acepten la financiación del muro con México y la intensificación de las detenciones y deportaciones. “Es el momento de reformar estas reglas migratorias caducadas, y finalmente llevar a nuestro sistema de inmigración al siglo XXI”, exigió.

placeholder Donald Trump tras finalizar su discurso de estado. (Reuters)
Donald Trump tras finalizar su discurso de estado. (Reuters)

También habló de la cárcel ilegal de Guantánamo, que decretó mantener abierta justo antes de empezar su discurso. “En el pasado, hemos liberado tontamente a cientos de peligrosos terroristas, sólo para encontrárnoslos de nuevo en el campo de batalla: incluido al líder del ISIS, Al Baghdadi”, declaró.

El texto fue escrito por Stephen Miller, de 32 años, consejero y autor habitual de los discursos presidenciales y guardián de las esencias populistas de la administración. El responsable de evocar las “fábricas oxidadas esparcidas como tumbas en el paisaje de nuestra nación”, o la “masacre americana”, usó las mismas expresiones plásticas y afiladas, pero en la dirección contraria: la del optimismo. El papel distópico hace tiempo que está en la oposición.

El paisaje de crimen, corrupción y cascotes humeantes que pintó Donald Trump a brochazos durante la campaña electoral ha sido remplazado por su antítesis: una América fuerte, próspera y dispuesta a todo. El Trump de Twitter se quedó en casa; fue el Trump de Teleprompter quien reiteró las mismas propuestas, pero bañadas en la promesa de “tender la mano” a la oposición. Sus palabras resonaron ante un Congreso nítidamente partido.

El redactor recomienda