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El 'príncipe de las tinieblas' que se ofrece en secreto para ayudar a Bruselas con el Brexit
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PETER MANDELSON, el MAYOR "traidor" de UK

El 'príncipe de las tinieblas' que se ofrece en secreto para ayudar a Bruselas con el Brexit

Mandelson es un político que nunca ha pasado desapercibido. Egocéntrico, sibilino y brillante negociador, se ha ofrecido para ayudar a Bruselas con el Brexit. En su país le tachan de “traidor”

Foto: Peter Mandelson posa para una fotografía durante una entrevista con la agencia Reuters, en Londres. (Reuters)
Peter Mandelson posa para una fotografía durante una entrevista con la agencia Reuters, en Londres. (Reuters)

En su propio círculo le conocen como el "príncipe de las tinieblas"; en Westminster le comparan con Maquiavelo, y la prensa le bautizó en su día como el “ministro siniestro”. Peter Mandelson es un político que nunca ha pasado desapercibido. Es amado y odiado. Pero, ante todo, temido… tanto por enemigos como por amigos. Egocéntrico, sibilino, oscuro. Inteligente, sin escrúpulos y, sobre todo, brillante negociador. Así que el hecho de que se haya ofrecido ahora en secreto para ayudar a Bruselas con el Brexit no ha caído con agrado en Downing Street. En el Reino Unido le han tachado de “traidor”. Pero no se le ve especialmente afligido.

El lord laborista, claramente europeísta, siempre ha atendido a sus propios intereses. Además, está a punto de cobrar una pensión de la Unión Europea de 34.600 libras al año por sus labores como comisario europeo del Reino Unido. Por lo que no le ha temblado el pulso al escribir una carta a Michel Barnier ofreciéndose para dar consejos al bloque, dando detalles sobre las “presiones en la política británica. La misiva acaba de salir a la luz y ha creado desasosiego en el Número 10.

En la carta, el político da a entender que el negociador de la UE para el Brexit y él ya han mantenido conversaciones privadas en una conferencia a la que ambos asistieron en Bruselas el pasado mes de noviembre.

“Me gustaría tener la oportunidad de reservar algo de tiempo para que compartamos algunas ideas sobre las negociaciones Brexit. Como saben, estoy profundamente comprometido con el futuro de la UE en su lucha por la solidaridad frente a los crecientes desafíos de los movimientos populistas, la geopolítica y una economía aún en recuperación. Me gustaría informarles sobre las presiones actuales en la política británica y compartir con ustedes mi evaluación de cómo se desarrollarán”, asegura en la misiva, que también hace mención a las conversaciones ya mantenidas con Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea.

El laborista considera que el electorado fue engañado durante la campaña del plebiscito y demanda una segunda consulta en que la gente pueda estar previamente bien informada de todo lo que hay en juego.

Pero ¿por qué temer a un hombre que hace ya ocho años dejó de estar en primera línea?

La respuesta es simple: porque es Mandelson. Empecemos por el principio. El 'príncipe de las tinieblas' nació en 1953 en el seno de la aristocracia laborista. Su abuelo Herbert Morrison ya había sido ministro. Estudió en Oxford. Cuando el Ejecutivo apoyó a Estados Unidos en la guerra de Vietnam, se pasó a la Joven Liga Comunista. Pero volvió pronto al redil porque quería ser diputado. Consiguió el acta en 1992, representando la circunscripción de Hartlepool.

placeholder El lord laborista Peter Mandelson habla a los medios tras conocerse los resultados del referéndum del Brexit. (Reuters)
El lord laborista Peter Mandelson habla a los medios tras conocerse los resultados del referéndum del Brexit. (Reuters)

Pese a ser un cargo público, siempre defendió de manera feroz su vida privada. Cuando el columnista Matthew Parris reveló que era homosexual, tiró de sus contactos y consiguió que en la mismísima BBC —que nunca se casa con nadie— se distribuyera un memorando ordenando a los redactores que no se hablara nunca de sus asuntos sentimentales.

Los tabloides, sin embargo, no respetaron el pacto y sacaron a la luz su relación con el brasileño Reinaldo Avila da Silva, con el que el político lleva ya emparejado más de 20 años.

Los noventa fueron su década. Fraguó amistad con Tony Blair y Gordon Brown y se convirtió junto a ellos en uno de los inspiradores del New Labour. Brown se enfureció cuando Mandelson apoyó a Blair como líder del partido. Se convirtieron en grandes enemigos, pero luego pasaron a jurarse amor eterno. (Vayamos con calma, sigan leyendo).

En 1996, se convierte en el jefe de la campaña electoral que desemboca en la mayoría absoluta para los laboristas y entra en el nuevo Ejecutivo como ministro sin cartera y especial consejero de Blair. Por aquel entonces ya empezaba su fama. “Para algunos que creían en el cambio, yo era un héroe. Para otros, yo era el Anticristo. Para el público era alguien al que podían admirar por su tenacidad y su determinación, pero también una figura tenebrosa, el ministro siniestro. No alguien cálido. No alguien humano”, revela en sus memorias.

placeholder Peter Mandelson, junto a Tony Blair y el expresidente de EEUU Bill Clinton, en diciembre de 2000. (Reuters)
Peter Mandelson, junto a Tony Blair y el expresidente de EEUU Bill Clinton, en diciembre de 2000. (Reuters)

En julio de 1998, pasó a encargarse del Ministerio de Comercio, pero a los seis meses se ve obligado a dimitir al conocerse que, cuando los laboristas aún no estaban en el poder, aceptó un préstamo de su compañero de filas Geoffrey Robinson por valor de 373.000 libras (420.000 euros) y no lo declaró al ser nombrado ministro.

Blair no tuvo muchas alternativas para forzar su dimisión. Pero Cherie Blair le invitó la tarde de su renuncia a pasar el fin de semana en su residencia campestre en Chequers y a celebrar la Navidad con ellos.

Mandelson volvió al Gobierno en octubre de 1999 como ministro para Irlanda del Norte. Pero nuevamente otro escándalo le obliga a apartarse del cargo en enero de 2001, debido a sus supuestas gestiones para facilitar un pasaporte británico al empresario indio Srichand Hinduja. En esta ocasión, no hubo llamada de consuelo de Cherie ni tampoco invitaciones a Chequers.

A pesar de sus dos manchones en el currículo, consigue que tres años más tarde Blair le nombre nuevo comisario europeo del Reino Unido. Por aquel entonces ya empezaba a preocupar el creciendo sentimiento euroescéptico en el país. “Cómo se desarrolle Europa será crucial para el Reino Unido y eso es por lo que necesitamos una persona muy buena que represente al país. Peter Mandelson reúne los conocimientos, la habilidad y los contactos para tener un gran éxito”, aseguró entonces el 'premier'.

Foto: Emmanuel Macron y Theresa May observan el desfile militar aéreo en la academia de Sandhurst, en Camberley. (EFE)

En Bruselas, 'el Maquiavelo británico' despliega todas sus dotes de conspirador, desarrollando aún más si cabe sus actitudes como trabajador incesante y seductor brillante con sus interlocutores. Pero en 2008, ocurre lo inimaginable. Brown, que por aquel entonces agoniza como primer ministro, necesita su auxilio y le pide que regrese al Ejecutivo. Al no ser diputado, tienen que nombrarle lord. Él no desaprovecha la ocasión para ponerse no uno, sino dos títulos —lord Mandelson de Foy y Hartlepool—. Es egocéntrico. ¿Por qué ocultarlo? Sin embargo, en esta ocasión, ni con Mandelson en el gabinete los laboristas consiguen evitar la desastrosa derrota de 2010.

Desde entonces, el 'ministro siniestro' ocupa su asiento en la Cámara Alta desde donde trabaja cada día para acabar con el liderazgo de Jeremy Corbyn. “El problema con Jeremy no es que sea una especie de maníaco, no es que sea una persona desagradable. Es que literalmente no tiene idea de cómo comportarse en el siglo XXI como líder de un partido que se presenta en una elección democrática para convertirse en el Gobierno de nuestro país”, aseguró recientemente en un evento celebrado por la revista 'Jewish Chronicle'.

En sus entrevistas no tiene pelos en la lengua. El pasado mes de abril, en declaraciones al periódico alemán 'Die Zeit', aseguró que es “absolutamente imposible” que el Reino Unido y la UE lleguen a un acuerdo comercial dentro del periodo de dos años prescrito por el artículo 50, culpando a la actitud del Gobierno de Theresa May. “Uno solo puede aconsejar a los europeos una cosa: olvidarse del Reino Unido y ocuparse de sus propios intereses”, matizó.

Foto: Un trabajador saca una bandera británica tras una conferencia de prensa en Bruselas. (Reuters)

Queda por tanto claro en el bando en que se encuentra. Así que el malestar creado en Downing Street por su carta a Barnier es comprensible. Si alguien se sabe mover, ese es Mandelson; si alguien maneja a su antojo a sus contactos, ese es Mandelson; si alguien puede pasar información, ese es Mandelson; si alguien sabe negociar, ese es Mandelson; si alguien mira por sus propios intereses, ese es Mandelson. Y si hay una jugosa pensión que está en juego, esa es la de Mandelson. Las normas de la UE establecen que los comisarios deben mantener un “deber de lealtad tanto durante como después de su mandato”.

La oficina de Barnier no pudo organizar una reunión para las fechas sugeridas por el laborista, pero expresó su “sincero agradecimiento” por la oferta y preguntó si les sería posible reunirse en el próximo viaje a Bruselas del lord.

El negociador de la UE para el Brexit ya ha mantenido varias reuniones con otros políticos británicos en la última quincena, incluidos los rebeldes conservadores Anna Soubry y Dominic Grieve, el laborista Chuka Umunna y el exlíder de UKIP Nigel Farage. Son figuras relevantes todas ellas, pero nada comparable con el 'príncipe de las tinieblas'.

En su propio círculo le conocen como el "príncipe de las tinieblas"; en Westminster le comparan con Maquiavelo, y la prensa le bautizó en su día como el “ministro siniestro”. Peter Mandelson es un político que nunca ha pasado desapercibido. Es amado y odiado. Pero, ante todo, temido… tanto por enemigos como por amigos. Egocéntrico, sibilino, oscuro. Inteligente, sin escrúpulos y, sobre todo, brillante negociador. Así que el hecho de que se haya ofrecido ahora en secreto para ayudar a Bruselas con el Brexit no ha caído con agrado en Downing Street. En el Reino Unido le han tachado de “traidor”. Pero no se le ve especialmente afligido.

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