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El “Skype” que sustituye las visitas a presos en Estados Unidos
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UNA PRÁCTICA QUE SE EXTIENDE POR EL PAÍS

El “Skype” que sustituye las visitas a presos en Estados Unidos

Cada vez más prisiones reemplazan las visitas por llamadas en vídeo. Hasta 600 cárceles han adoptado este sistema. En algunos estados se ha registrado un aumento en los suicidios

Foto: El preso Sean Vines en su celda durante una visita de medios a la prisión de San Quintín, en California. (Reuters)
El preso Sean Vines en su celda durante una visita de medios a la prisión de San Quintín, en California. (Reuters)

Cada vez más prisiones en Estados Unidos limitan o cancelan la opción de los presos de recibir visitas y reemplazan estas por llamadas en vídeo a distancia. Las empresas que dan este servicio, llamado “visitación en vídeo”, o, coloquialmente, “Skype para presos”, aprovechan un vacío legal para ganar dinero y ahorrárselo a las prisiones, que gastan menos en celadores y se llevan una parte de los beneficios de este sistema.

Porque, a diferencia de Skype o de la visita física, las llamadas en vídeo desde prisión no son gratis. Una compañía, Securus Technology, cobra al preso 12,99 dólares por veinte minutos de llamada. “¡Visite a un preso desde casa!”, anuncia su página web. La empresa invita a cantar nanas o cumpleaños feliz a distancia, o a ver un capítulo de una serie de televisión con tus seres queridos al otro lado de una pantalla.

Esta práctica se está extendiendo por todo el país. Aunque de momento resulta difícil conocer la cifra exacta, la ONG Prision Policy Iniciative dice que en torno a 600 prisiones en 46 estados ya han adoptado las vídeollamadas. El 74% de ellas han reducido o eliminado las visitas físicas. Y el camino judicial para protestar no está claro.

“Realmente no hay un derecho legal en Estados Unidos a tener visitas”, dice a El Confidencial Hannah Riley, criminóloga y miembro del Southern Center for Human Rights. “Algunos tratados internacionales dicen que sí, que esto es un derecho humano, pero estos no son vinculantes. En este momento, no hay un precedente legal en EEUU que diga que un prisionero tiene el derecho de recibir visitas”. Algunos estados, como California y Texas están aprobando leyes que garantizan este derecho, pero son las excepciones de un cambio lento que se da desde hace años.

Foto: Guardias de la prisión de Rikers Island, en Nueva York, en la unidad de Enhanced Supervision Housing, el 12 de marzo de 2015 (Reuters).

La prisión de Jefferson Parrish fue la primera del estado de Luisiana en reemplazar las visitas en persona, a través de un cristal, por el sistema de vídeo de Securus. En declaraciones a ‘The Times-Picayune’, el sheriff Joe Lopinto justificó el cambio en términos personales y económicos: “Este sistema da [a los presos] más tiempo con sus familias, y libera activos para los contribuyes de Jefferson Parish (...). Podemos asignar esos recursos allí donde creemos que se necesitan, en las calles”, declaró. Los presos pueden llamar desde el portátil o por unos armatostes colgados en la pared de una zona de la cárcel, con una pantalla y un teléfono, sin altavoces. Se les permite hacer hasta tres videollamadas diarias de 20 minutos y a 12,99 dólares cada una.

El portavoz del sheriff de Bristol County, Johanthan Darling, dice que esta medida, tomada en la prisión del condado, limitará el contrabando. “Estamos haciendo esto para mantener las armas y las drogas fuera de nuestra cárcel”, declaró a ‘The Register’. “Si no podemos eliminar el hecho de que la gente traiga armas y drogas a la cárcel, sólo puede funcionar mantener seguros a los seres queridos estén donde estén”.

Hannah Riley asegura que las videollamadas van a tener, al final, el efecto contrario: un aumento en la inseguridad debido al deterioro de la salud mental de los presos. “Algunos estados han visto un aumento en los suicidios en las cárceles que sólo tiene visitas en vídeo. Creo que hay un vínculo muy claro”, explica. “Si la vasta mayoría de esta gente va a ser liberada de vuelta a la sociedad un día, tiene más sentido para ellos tener estos fuertes vínculos con la comunidad y sus seres queridos”.

placeholder Pharaoh Haywood juega con su hija durante el día de visitas en la prisión estatal de Folsom. (Reuters)
Pharaoh Haywood juega con su hija durante el día de visitas en la prisión estatal de Folsom. (Reuters)

La industria de las telecomunicaciones penitenciarias, a la que pertenecen Securus, Telmate o GTL, está valorada en 1.300 millones de dólares. Algunas cobran hasta 1,5 dólares el minuto de llamada, pese a los problemas técnicos. Prison Policy Center dice en su informa que “la tecnología de vídeo está pobremente diseñada, no funciona bien, y hace que un momento difícil para las familias sea aún más complicado”.

En la cárcel de Cheshire Keene, en New Hampshire, los equipos dan problemas constantemente, según el testimonio recogido por la radio NPR. Las personas que vienen a visitar a los presos no pueden verlos en carne y hueso, a pesar de estar físicamente cerca, separados sólo por unos muros. “Está en ese edificio y no puedo llegar a él”, declaró Dawn Herbert, cuyo hijo cumple condena allí. Dado que se ha desplazado al lugar, Herbert puede usar gratis el monitor de Securus. Un ordenador al que se le va la voz y cuya imagen se congela a menudo.

El condado pagó 30.000 dólares por el sistema y la cárcel se lleva el 20% del dinero que hace Securus. El superintendente de Cheshire County Jail, Richard Van Winckler, dijo a NPR que es cuestión de acostumbrarse. “La visitación por vídeo, quiero decir, es como cualquier otro avance tecnológico de nuestra sociedad al que realmente nadie está acostumbrado. Pero luego empezamos a ver sus ventajas”.

Cada vez más prisiones en Estados Unidos limitan o cancelan la opción de los presos de recibir visitas y reemplazan estas por llamadas en vídeo a distancia. Las empresas que dan este servicio, llamado “visitación en vídeo”, o, coloquialmente, “Skype para presos”, aprovechan un vacío legal para ganar dinero y ahorrárselo a las prisiones, que gastan menos en celadores y se llevan una parte de los beneficios de este sistema.

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