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"Golpe encubierto": los medios pro-Trump buscan oscurecer la investigación sobre Rusia
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"quieren derrocar al comandante en jefe"

"Golpe encubierto": los medios pro-Trump buscan oscurecer la investigación sobre Rusia

Parte de la prensa conservadora afirma que el fiscal especial Robert Mueller es partidista y califica de 'caza de brujas' sus pesquisas. La estrategia podría funcionar entre las bases republicanas

Foto: Captura de pantalla de un video de Fox News en el que Kellyanne Conway, asesora de Trump, critica la investigación del fiscal Robert Mueller
Captura de pantalla de un video de Fox News en el que Kellyanne Conway, asesora de Trump, critica la investigación del fiscal Robert Mueller

Al presidente Donald Trump no le dejan gobernar Estados Unidos. Hay un Deep State, un “estado profundo” controlado por los restos demócratas del anterior Gobierno que le pone trabas y que trabaja día y noche para derrocarle usando como arma la investigación del Rusia-gate. Esta narrativa cobra fuerza en los medios conservadores y parece encaminada a quitar credibilidad a las pesquisas de Robert Mueller.

“Esta noche, más información y más evidencias de la investigación corrupta y extremadamente tendenciosa del equipo de cruzados progresistas del investigador especial Robert Mueller”, comenzó su programa, en horario de máxima audiencia, Sean Hannity. “Ahora están intentando crear una crisis constitucional que amenaza el imperio de la ley en este país”. El objetivo, según el presentador, es “destruir a vuestro presidente elegido, Donald Trump, y derrocar al comandante en jefe”.

Foto: El fiscal especial Robert Mueller tras informar al Senado de la investigación sobre la trama rusa. (Reuters)

El programa pasó luego a desgranar las simpatías demócratas de los investigadores. El grupo conservador Judicial Watch está exigiendo los correos electrónicos y mensajes privados del equipo de Mueller para demostrar que algunos han defendido a la Fundación Clinton o han tenido simpatías con la causa demócrata. Hay un antecedente: el agente del FBI Peter Strzok fue relevado por haber enviado mensajes privados a una compañera en los que favorecía a Hillary Clinton y criticaba duramente a Trump. Mensajes que de momento no han sido publicados.

“Robert Mueller y su tendencioso equipo de fiscales se tienen que ir”, tituló el analista legal de Fox, Gregg Jarrett. Hablando con Hannity, añadió que “Mueller ha estado usando al FBI como un arma política. Y el FBI se ha convertido en la policía secreta de América. Vigilancia secreta, escuchas, intimidación, acoso y amenazas. Es como el viejo KGB que viene a por ti en la oscuridad de la noche, tirando tu puerta abajo”.

El canal conservador también ejerce de altavoz a las crecientes críticas del Partido Republicano. A principios de diciembre varios congresistas celebraron una conferencia de prensa para exigir que se investigara a los investigadores, porque estos “odian al presidente”, en palabras del representante de Florida, el conservador Matt Gaetz. Hablando, poco después, en Fox News, Gaetz recurrió a esa vieja expresión americana: “caza de brujas”. Otro congresista, Louis Gohmert, declaró que lo que Mueller desea es ser despedido para convertirse en “un héroe de la izquierda”.

placeholder El fiscal especial Robert Mueller sale de una sesión de un comité del Senado en el Capitolio de Washington, Estados Unidos, el 21 de junio del 2017. (EFE)
El fiscal especial Robert Mueller sale de una sesión de un comité del Senado en el Capitolio de Washington, Estados Unidos, el 21 de junio del 2017. (EFE)

El regreso del 'Estado Profundo'

Además de Fox, otros medios como Breitbart News han vuelto a hacerse eco de la amenaza del Deep State, que haría lo posible para deshacerse de un presidente anti-establishment que ha elegido el pueblo. “Trabajando mano a mano con la oficina del investigador especial, el FBI/Estado Profundo está a pleno rendimiento”, escribieron los consultores políticos Dick Morris y Eileen McGann.

Las críticas siguen el guión marcado por el presidente de Estados Unidos en Twitter y en sus mítines. “No pueden ganarnos en las urnas, así que están intentando hacer trampas arrebatándoos el futuro y el futuro que queréis”, declaró el presidente el pasado agosto, cuando la pesquisa de Mueller, elegido después de que Trump despidiese al director del FBI, iba a ganando fuerza. El neoyorquino tuiteó hace poco que la reputación del FBI estaba “en harapos” y que era “la peor de la historia”.

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“Es la única manera que va a tener de librarse de esto: intentando hacer que la investigación parezca partidista”, declaró a The Guardian Max Bergmann, miembro del think tank progresista Center for American Progress. “Hacer que su base esté con él y que los republicanos en el Congreso no lo hagan responsable”.

Donald Trump emplea una táctica que ya usó durante las elecciones presidenciales: cuando, pocas semanas antes del 8 de noviembre, alertó sin ninguna prueba sobre el fraude electoral que estarían fraguando los demócratas. Al final del último debate contra Hillary Clinton, rechazó aclarar si aceptaría el resultado en caso de perder. Un torpedo a la línea de flotación de la confianza en las instituciones.

En estos momentos cualquier pregunta que se haga a los estadounidenses y que esté relacionada con Donald Trump, siempre arroja el mismo resultado: algo más de la mitad del país no puede ni ver al presidente, y en torno a un tercio daría la vida por él. La investigación de Mueller no es una excepción. Según un sondeo del Pew Research Center, el 55% de los norteamericanos están “confían algo o mucho” en que Mueller está actuando justamente. El 35% dice que “no o nada en absoluto”.

placeholder El presidente Donald Trump saluda a miembros de los Guardacostas, invitados a jugar al golf en el Club Internacional Trump en West Palm Beach, Florida, el 29 de diciembre de 2017. (Reuters)
El presidente Donald Trump saluda a miembros de los Guardacostas, invitados a jugar al golf en el Club Internacional Trump en West Palm Beach, Florida, el 29 de diciembre de 2017. (Reuters)

La evolución de Fox News

Fox News no siempre apoyó a Donald Trump. Cuando este inició su campaña presidencial en 2015 insultando a los inmigrantes mexicanos indocumentados, el CEO del conglomerado, Rupert Murdoch, lo criticó en Twitter y se llegó a preguntar “cuándo va Donald Trump a dejar de avergonzar a sus amigos, por no hablar de al país entero”. Los presentadores de Fox Chris Wallace y Megyn Kelly dirigieron a Trump sus preguntas más duras en las primarias y este arremetió contra ellos fuera de los platós, y llegó a cancelar su presencia en uno de los debates celebrados en el canal.

Pero Donald Trump acabó llevándose el gato al agua. Cada vez que la televisión emitía contenido crítico con el candidato, la audiencia bajaba. “Fox recibió un aluvión de correos electrónicos y mensajes y llamadas de televidentes enfadados por el enfrentamiento de Megyn Kelly con Trump”, declaró a Vox.com Gabe Sherman, autor de 'The Loudest Voice in the Room', un libro sobre la manera de funcionar del canal conservador. “La audiencia de Murdoch estaba firmemente del lado de Trump”.

A principios de 2016, cuando era obvio que el magnate de pelo rubio era algo más que una anécdota de campaña, Fox News cambió las tornas. Presentadores como Sean Hannity o Tucker Carlson, que reemplazó en horario de máxima audiencia a Megyn Kelly, desplegaron su simpatía por Trump, la audiencia revivió y esta alianza mediática se ha ido intensificando hasta el día de hoy. Según Sherman, “casi todas las historias que se producen tienen que ser filtradas por una narrativa pro-Trump”.

Foto: Donald Trump estrecha la mano de dos niños disfrazados de él y del vicepresidente Mike Pence, en Salt Lake City, Utah, el 4 de diciembre de 2017. (Reuters) Opinión

Este apoyo al presidente no sería gratis. Días antes de jurar el cargo, Donald Trump habría ofrecido a Rupert Murdoch la posibilidad de proponer candidatos a integrar la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC): la agencia del Gobierno que regula, por ejemplo, las grandes fusiones del sector mediático. Una política que afecta directamente a los negocios de Fox News y de su competencia.

A punto de cumplir un año en la presidencia, las líneas del mapa político están plenamente marcadas: el Partido Republicano, salvo excepciones que tienen poco que perder al estar fuera de la política, se muestra unido a Trump y tiene en su haber la reforma fiscal. Quedan otras en el tintero, y las elecciones legislativas de otoño.

Al presidente Donald Trump no le dejan gobernar Estados Unidos. Hay un Deep State, un “estado profundo” controlado por los restos demócratas del anterior Gobierno que le pone trabas y que trabaja día y noche para derrocarle usando como arma la investigación del Rusia-gate. Esta narrativa cobra fuerza en los medios conservadores y parece encaminada a quitar credibilidad a las pesquisas de Robert Mueller.

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