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El Senado está en juego: tres consecuencias de la crucial derrota de Trump en Alabama
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NO ELEGÍA UN SENADOR DEMÓCRATA DESDE 1990

El Senado está en juego: tres consecuencias de la crucial derrota de Trump en Alabama

Cuando Trump nombró fiscal general a Sessions nadie imaginó que uno de los estados más conservadores elegiría, diez meses después, a un senador demócrata por primera vez en 27 años

Foto: Votantes de Roy Moore rezan durante la noche electoral, en Montgomery, Alabama. (Reuters)
Votantes de Roy Moore rezan durante la noche electoral, en Montgomery, Alabama. (Reuters)

Cuando Donald Trump nombró fiscal general al entonces senador por Alabama Jeff Sessions, nadie imaginó que uno de los estados más conservadores de EEUU elegiría, diez meses después, a un senador demócrata para la Cámara Alta por primera vez en 27 años. Doug Jones, un exfiscal del Gobierno de Bill Clinton, obtuvo un 49,9% (670.551 votos) frente al 48,4% de Roy Moore, fanático religioso acusado de abusos sexuales durante la campaña. Un hecho que ha tenido un peso decisivo en el resultado, junto a la movilización del voto afroamericano.

Aunque en un principio Moore no obtuvo el respaldo de los republicanos moderados de Washington -que llegaron a amenazar con expulsarle del Senado si ganaba-, Trump apoyó su candidatura en los últimos compases de la campaña ante la frágil mayoría que el Partido Republicano mantiene en la Cámara Alta, y que ahora se reduce de 52 a 51 legisladores, mientras que los demócratas se quedan en 49. Este estrecho margen ya impidió al presidente derogar el Obamacare (la ley sanitaria de su predecesor) y ha obligado al vicepresidente, Mike Pence, a acudir al Senado hasta en seis ocasiones para deshacer empates a 50.

Moore creía que sus postulados ultraconservadores -entre ellos, "América era grande cuando las familias estaban unidas, aunque hubiera esclavitud", "la conducta homosexual debería ser ilegal" o pretender que se realice una interpretación bíblica de la Constitución- bastarían para ganar en la Alabama rural y evangélica, donde Trump logró una ventaja de 28 puntos ante Hillary Clinton en las últimas presidenciales.

Sin embargo, cuando este exjuez -fue expulsado del Tribunal Supremo de Alabama por desafiar órdenes judiciales- ganó por sorpresa las primarias y fue proclamado candidato, ocho mujeres le acusaron de abusos sexuales, que habrían ocurrido en la década de 1970, cuando algunas de ellas eran menores de edad y Moore ya superaba la treintena. El movimiento #MeToo (Yo también, contra el acoso) entró de lleno en la campaña y Trump recibió su mayor revés electoral desde que ocupa la Casa Blanca. Estas son las consecuencias de su derrota.

El Senado está en juego

A principios de 2017, la idea de que los demócratas tuvieran posibilidades de obtener una mayoría en el Senado sonaba a chiste. Ya no es así. Jones es el primer demócrata en ganar un asiento del Senado por Alabama desde que Howell Heflin lo hiciera en 1990, hace 27 años. La derrota de Moore no solo es un duro revés para el presidente Trump: conlleva que el Partido Demócrata está a solo dos legisladores de lograr una mayoría. Los números todavía favorecen a los republicanos -25 escaños demócratas están en juego en 2018, frente a los 8 republicanos- pero, dado que la carrera estará reñida en estados como Nevada, Arizona o Tennessee, el Partido Demócrata tiene opciones de hacerse con la mayoría.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, y la primera dama, en la Osan Air Base, Corea del Sur. (Reuters)

Las bases demócratas se vienen arriba

Para que Jones tuviese una oportunidad, los pilares de la base demócrata en Alabama -especialmente los votantes afroamericanos- tendrían que votar en masa, como si se tratase de unas generales. Nadie creía que fuese posible, pero así ha sucedido. Los votantes negros representaron el 29% de los electores en Alabama y el 92% apoyó al demócrata, un porcentaje mayor incluso que el conseguido por Barack Obama en 2012.

Cierto es que Moore representa todo lo que odian los demócratas pero, desde que Trump se involucró en el último tramo de la campaña, estas elecciones se convirtieron en una oportunidad para los militantes del partido para enviar una advertencia al presidente: si hemos ganado en Alabama, podemos ganar en cualquier estado.

Una nueva derrota de Trump

Pese a las inquietantes acusaciones de abuso sexual, Trump decidió apoyar a Moore en los últimos días de campaña por la importancia de estas elecciones. Este miércoles, el presidente se ha distanciado de la derrota del candidato republicano ("La razón por la que originalmente apoyé a Luther Strange (y sus cifras subieron poderosamente) es que dije que Roy Moore no sería capaz de ganar las elecciones. ¡Tenía razón!", escribió en Twitter), pero el viernes en la ciudad de Pensacola, en el extremo nororiental de Florida y próxima a la frontera estatal con Alabama, el presidente se dirigió a sus bases para pedir el voto para Moore.

No funcionó. La participación en los condados rurales no fue comparable a la registrada en los bastiones demócratas de un estado que votó masivamente por Trump en las presidenciales. Moore arrastra en su caída al presidente y a su antiguo ideólogo de referencia, el supremacista Steve Bannon, 'promotor' del candidato derrotado.

Cuando Donald Trump nombró fiscal general al entonces senador por Alabama Jeff Sessions, nadie imaginó que uno de los estados más conservadores de EEUU elegiría, diez meses después, a un senador demócrata para la Cámara Alta por primera vez en 27 años. Doug Jones, un exfiscal del Gobierno de Bill Clinton, obtuvo un 49,9% (670.551 votos) frente al 48,4% de Roy Moore, fanático religioso acusado de abusos sexuales durante la campaña. Un hecho que ha tenido un peso decisivo en el resultado, junto a la movilización del voto afroamericano.

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