Tusk desata una tormenta por su propuesta sobre refugiados: "No es solidaria ni europea"

“El texto presentado por Donald Tusk es inaceptable”. Con esta dureza ha valorado el comisario europeo responsable de Migración, Dimitris Avramopoulos, el documento preparado por el presidente del Consejo Europeo para centrar el debate que mantendrán este jueves los líderes europeos sobre el futuro de las políticas migratorias. En su primero borrador, Tusk no oculta su disconformidad con las políticas promovidas por la Comisión Europea presidida por Jean-Claude Juncker. Y, muy en concreto, apunta contra las cuotas de refugiados, que considera que “crean divisiones” y que “no son efectivas”.

Las cuotas de refugiados que debían acoger cada país europeo son una de las propuestas estrella de Juncker, y también una de la que más quebraderos de cabeza le ha causado. Su puesta en marcha puso en pie de guerra a varios países, en especial a los que conforman el grupo de Visegrado: Polonia, República Checa, Hungría y Eslovaquia.

El "deber" de acoger refugiados

Juncker y su Comisión empujaron a las capitales a acoger un número determinado de refugiados llegados a Italia o Grecia durante lo más duro de la crisis de refugiados de 2015. Pero a los países nunca les ha gustado que Bruselas les “obligue” a actuar, y mucho menos en cuestiones tan delicadas políticamente como esta.

Más de dos años después, algunos países han cumplido, pero la mayor parte arrastra los pies y otros directamente boicotean el sistema. La Comisión ha tenido que llegar a recurrir a la justicia europea. La semana pasada presentó una denuncia contra Polonia y Hungría, que no han acogido a ningún refugiado, y República Checa, que ha abierto sus puertas a doce.

“Tenemos el deber de acoger a los refugiados (…) La solidaridad no puede escogerse al gusto, no puede ser a la carta”, ha lamentado Avramopoulos. Pero, pese a los esfuerzos de la Comisión, el sistema se encuentra encallado.

Un documento contra la solidaridad

En esta situación, el documento preparado por Tusk no podía haber sentado peor en la Comisión Europea. “Es antieuropeo y niega todo el trabajo que hemos hecho en los últimos años, que lo hemos hecho juntos. El papel del Consejo Europeo es defender la unidad y los principios europeos y este documento socava uno de los principales pilares del proyecto europeo: el principio de la solidaridad”, ha dicho Avramopoulos.

Tusk, ex primer ministro polaco, refleja en su texto las preocupaciones de parte de los países ante la migración. Pero también plasma una visión de una Unión Europea en la que priman las capitales por encima de Bruselas, lo que choca con las posturas más europeístas, promovidas por Juncker, pero también países como España o la Francia de Emmanuel Macron.

Tensión al más alto nivel diplomático

No todos han acogido con agrado el planteamiento de Tusk, cuyo trabajo es coordinar a los jefes de Estado y de Gobierno a nivel comunitario. Durante las dos reuniones mantenidos por los altos diplomáticos nacionales -'sherpas'- para preparar la cumbre europea del próximo jueves y viernes, el papel ha causado bastante controversia.

“Los ‘sherpas’ han confirmado que este enfoque de las cuotas causa tantas divisiones como en 2015”, ha señalado una fuente comunitaria. Y esto es cierto, pero también que el malestar de muchos de ellos con el texto ha obligado a incluir importantes cambios que lo suavizan y “europeízan”.

Por ejemplo, si Tusk afirmaba que lo que mejor funciona en migración son aquellas iniciativas que lidera un país -como es el caso de Italia y la relación tejida con Libia-, el texto final recalca que “ningún Estado miembro puede lidiar solo con este reto común”. Un argumento reiterado una y otra vez desde Roma.

¿Una solución de aquí a junio?

Pese al revuelo, la opinión de Tusk se mantiene: “Cree que tal y como están las cosas ahora, es difícil que se encuentre una solución sobre la base de las cuotas obligatorias”, apuntan las fuentes. El objetivo final es lograr un acuerdo para mejorar la política migratoria -tanto su gestión en los Veintiocho como la manera de prevenirla, actuando en los países de origen- de la Unión Europea. Pero esto no será esta semana, sino de cara a junio, cuando Tusk aspira a lograr una “solución consensuada”.

Dentro de la discusión, el presidente del Consejo Europeo ha planteado otra iniciativa menos controvertida: que en los futuros marcos presupuestarios plurianuales de los que se dote la Unión Europea, se cree un “instrumento” para respaldar los diferentes programas e iniciativas de migración, en lugar de tener que buscar fondos 'ad hoc' para cada uno.

En cualquier caso, el jueves los jefes de Estado y de Gobierno europeos mantendrán un debate al respecto durante su cena formal en Bruselas, pero no se espera que tomen decisiones. “No esperéis decisiones este jueves sobre dejar caer uno u otro aspecto de las políticas de migración”, apuntaron las fuentes.