La nueva esperanza de la derecha francesa: "Macron no es firme contra el islamismo"

Con una mayoría aplastante del 74,6%, Laurent Wauquiez se ha convertido a sus 42 años en la nueva esperanza de la derecha francesa tras la derrota en las elecciones presidenciales y legislativas de la pasada primavera. Elegido este domingo como nuevo presidente de Los Republicanos, el actual presidente de la región Auvernia Ródano Alpes intentará convertirse en el jefe de la oposición al presidente Emmanuel Macron, el primer paso antes de lanzarse a la carrera por el Elíseo. En su primera comparecencia pública, Wauquiez, un brillante orador cuyas propuestas le acercan al Frente Nacional de Marine Le Pen, dejó claro el enfoque que pretende dar al partido: la suya será una derecha "que no se avergüenza de sus valores".

Macron "es pasivo con la cuestión de la delincuencia" y "le falta firmeza frente al integrismo islámico". Los primeros dardos contra el presidente de Francia que ha lanzado por Wauquiez marcan la estrategia a seguir: rescatar la identidad de la formación y dar un vuelco a sus propuestas para marcar distancias con Macron, representante de "la derecha" para un 20% de los franceses -solo un 27% identifica a Los Republicanos con el aniguo partido de Fillon, Alain Juppé y Nicolas Sarkozy-.

El nuevo líder de los Republicanos, del ala derecha de la formación, conecta con el votante católico, que respeta sus valores. Sus posiciones rozan en algunos aspectos las de la extrema derecha. No tiene una gran experiencia al frente de grandes ministerios, pero se estrenó como diputado de la Asamblea Nacional con 29 años. 'Hijo político' de Nicolás Sarkozy, ejerció como portavoz en uno de sus gobiernos hasta que fue nombrado ministro delegado para asuntos económicos y después para asuntos europeos enree 2008 y 2012.

"El viejo paisaje político se ha hundido. Tanto mejor porque vamos a reinventarlo", indicó Wauquiez, en alusión al descalabro que supuso la candidatura de François Fillon, quien ni siquiera consiguió calificarse para la segunda vuelta de las presidenciales, después de que se hiciera público el escándalo por los supuestos empleos ficticios que atribuyó a su mujer. El nuevo líder prometió "sacar lecciones de los fracasos" de su partido, minado por la lucha entre corrientes internas y personalidades y las deserciones pensando en futuros puestos tras las revelaciones del 'Penélope-gate'.

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Según las cifras ofrecidas por la dirección de LR, 99.597 personas participaron en estos comicios internos, lo que supone un 42,46% de los que podían hacerlo por estar al día del pago de su cuota. Muy lejos por detrás del actual presidente de la región Auvernia Ródano Alpes, quedaron los otros dos candidatos que le disputaban la presidencia.

Florence Portelli, alcaldesa de la localidad de Taverny en la región de París y antigua portavoz del candidato de LR para las presidenciales de la primera primavera, François Fillon, obtuvo el 16,11% de los sufragios. Maël de Calan, consejero de su departamento de Finistère, en Bretaña, que había recibido el apoyo del ex primer ministro Alain Juppé, se tuvo que contentar con el 9,25 %.

El secretario general del partido, Bernard Accoyer, valoró en una comparecencia el nivel de participación al recordar que algunos habían augurado que solo votarían entre 50.000 y 60.000 afiliados: "es un éxito para nuestra familia política" pero también "para la democracia en nuestro país".