Los dos españoles que se pudren en una cárcel kurda tras luchar contra el ISIS
Dos voluntarios en la lucha contra Daesh llevan encarcelados en una prisión de Erbil desde agosto. Han iniciado una huelga de hambre y, según sus allegados, su situación es desesperada
“Estamos mal, muy mal. Haced algo por nosotros porque la Embajada no va a mover un dedo y nos tienen recluidos como ratas”. Es la súplica que lanzó un brigadista español, conocido como Doctor Delil, el 19 de octubre en la primera de las dos llamadas que le permitieron hacer a uno de sus familiares desde la cárcel de Érbil (Irak), donde permanece detenido desde el 23 de agosto.
Casi un mes después -el 14 de noviembre-, realizó una segunda llamada en la que la voz del español, voluntario en la lucha contra el Estado Islámico que combatía en la zona de Sinjar (norte de Irak), se tornaba aún más dramática y su demanda de auxilio, más desesperada: “Llevamos quince días con mi compañero Agir en huelga de hambre, aunque nos obligan a comer para evitar escándalos. Movedlo en prensa, explicad qué está pasando, solicitad ayuda y no creáis lo que dice la Embajada porque no han hecho nada por nosotros. Han liberado a todos los combatientes extranjeros, excepto a mí y mi compañero”.
No se conoce ningún caso semejante entre los voluntarios occidentales en la guerra contra Daesh. Tanto Doctor Delil como su compañero Agir y un tercer español conocido como Robin fueron detenidos el pasado mes de agosto por los servicios secretos del entonces Gobierno Regional del Kurdistán (KRG). Delil y Robin fueron arrestados en los aledaños de la población de Zajo, en el norte de Irak, cuando volvían desde España a Oriente Medio con la intención de reunirse nuevamente a una milicia yazidí (Unidades de Protección del Sinjar o YBS) en la que se habían enrolado para luchar, como voluntarios, contra el Estado Islámico.
Robin fue liberado en septiembre gracias a las gestiones realizadas desde la Embajada. El brigadista precisaba tratamiento médico urgente
El tercero de los españoles encarcelados en el Kurdistán de Irak -el mencionado Agir, de origen onubense- había sido arrestado una semana antes cuando viajaba de camino a Erbil, con la intención de regresar a España. El andaluz había sido expulsado de las YBS días antes por motivos no aclarados. Robin y el Doctor Delil fueron brevemente confinados en un centro de detención de Zajo, desde donde se les trasladó a Erbil. Allí terminaron coincidiendo con Agir, dando inicialmente por hecho que su arresto sería breve y que, tal y como viene sucediendo con otros voluntarios occidentales atrapados en el Kurdistán de Irak tras combatir contra Daesh, serían pronto liberados sin que pesara cargo alguno sobre ellos.
En efecto, uno de ellos -el conocido como Robin- fue liberado a finales de septiembre por razones humanitarias gracias a las gestiones realizadas desde la Embajada de Bagdad. El brigadista precisaba tratamiento médico urgente y las autoridades kurdas decidieron deportarlo desde Erbil para que pudiera ser asistido adecuadamente en España. Según explica a El Confidencial una de las dos allegadas con las que el Doctor Delil ha conseguido ponerse en contacto desde la cárcel, bien distinta ha sido la suerte de los otros dos españoles, “cuya situación es desesperada y completamente incierta, además de desconocida”.
Los tres encarcelados forman parte de un grupo de más de un centenar de voluntarios españoles que, por iniciativa personal, comenzaron a viajar a Irak y Siria a partir de agosto de 2014 con el fin de combatir al Estado Islámico en cualquiera de los 'ejércitos' que peleaban contra los yihadistas en ambos países. La mayoría se enroló en las milicias que han plantado cara a Daesh tras conocer las atrocidades cometidas contra los cristianos iraquíes y los yazidíes de Sinjar, que es justamente la zona donde tiene su base la unidad militar (YBS) de la que forman parte los arrestados.
Además de los riegos que entraña su participación en el conflicto, los voluntarios han tenido que hacer frente a menudo a problemas con la Justicia, tanto en el Kurdistán de Irak como tras su retorno a España. Los dos primeros voluntarios detenidos en nuestro país fueron dos miembros de un grupo conocido como Reconstrucción Comunista. A otros -como al gallego Arges Artiaga- se les imputaron cargos que posteriormente fueron desestimados por la Audiencia Nacional. Era también habitual que los milicianos detectados en el territorio kurdo de Barzani fueran mantenidos en custodia durante algunos días, o a veces horas, pero no existe un caso similar al del Doctor Delil o Agir. Todavía más singular es que se desconozcan las razones por las que han sido encarcelados.
“Nos han llegado informaciones contradictorias. Las versiones que dan a los familiares los diferentes funcionarios de la Embajada que han llevado el caso son distintas. Desde Asuntos Exteriores nos decían que no nos preocupáramos, que los dos estaban bien, que comían adecuadamente y que se les trata como es debido. Yo, sin embargo, conseguí ponerme en contacto con Robin tras su liberación y su versión es muy diferente. Según dice, los tienen en jaulas, como animales. Él mismo dice haber sido víctima de una paliza mientras dormía. Fue tan brutal que tuvieron que aplicarle puntos. No quiere tan siquiera recordar lo que vivió y lo único que en verdad desea es que lo dejen tranquilo”, asegura la allegada del Doctor Delil.
Las familias se enteraron de lo ocurrido gracias a lo que publicaron los compañeros de los dos voluntarios españoles en Facebook. “Al principio, decidimos mantenernos en silencio por respeto a la Embajada. Desde su detención nos venían diciendo que era solo cuestión de días que fueran finalmente liberados, pero pasaron las fiestas, y luego el referéndum de independencia (de Cataluña), y entonces nos llegó esa llamada de Delil en que nos decía, literalmente, que los kurdos no iban a dejarlos salir de allí, que lo que querían es dinero. Nos preguntábamos si nos estaba hablando en clave, pero una cosa es cierta: han pasado tres meses y aún no sabemos todavía los cargos que les imputan para mantenerlos encerrados. Ni siquiera nos consta que se haya puesto a su disposición un abogado”.
Los familiares especulan con que su detención se debe a que combatían en una unidad yazidí que se ha enfrentado a los kurdos de Barzani
Los dos detenidos tienen derecho a llamar a sus familiares cada veinte días. El doctor Delil ha utilizado esas llamadas para ponerse en contacto con su madre -de 72 años- y con la allegada mencionada en este artículo. “Son llamadas muy cortas. Se aprecian voces por detrás y se diría que se hallan coaccionados”, afirma ésta. “Aunque te cortan cuando les da la gana, por Delil sé que, a pesar de lo que dice la Embajada, no están recibiendo la asistencia médica precisa. En una de las últimas comunicaciones que hemos tenido por parte de Asuntos Exteriores, le dijeron a la madre de Delil que su hijo tenía para largo, pero que no podían explicarle las razones de su detención. Ponte ahora en el lugar de esa madre, que ni siquiera sabe las razones por las que su hijo ha sido detenido. La Embajada asegura que se está ocupando de ellos, pero ni siquiera tenían constancia de que habían emprendido una huelga de hambre. Delil nos dice, de hecho, que nadie, en verdad, les ha visitado”.
Desde Exteriores dan otra versión: "Insistimos en que tanto la Embajada como nuestro consulado honorario en Erbil siguen atentamente la situación de los dos españoles en el norte de Irak. Mantenemos contacto con ellos y con sus familias, así como con las autoridades locales para lograr su puesta en libertad y su regreso a España", ha declarado una fuente del Ministerio a El Confidencial.
El sobrenombre del Doctor Delil procedía del hecho de que prestaba sus servicios en una unidad sanitaria de las YBS. El español no era médico pero poseía conocimientos sobre medicina de combate que estaban resultando de gran utilidad en la zona de conflicto. Según su familia, cuando fue detenido de camino a Sinjar solo portaba consigo material de tipo médico, de modo que descartan que pudiera estar implicado en cualquier otra actividad legalmente punible.
Una posible razón de su largo encarcelamiento
No sé conoce ningún otro caso de milicianos occidentales que hayan sido encarcelados por la policía de Masoud Barzani, expresidente del Kurdistán, durante tan largo periodo de tiempo. Los familiares de los afectados especulan con la posibilidad de que su detención guarde alguna relación con el hecho de que combatieran en una unidad yazidí que el Gobierno de Barzani considera próxima al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada terrorista por la OTAN, Estados Unidos y otros países como España.
Tras la ocupación de Mosul por parte del Estado Islámico, en agosto de 2014, milicianos kurdos de Turquía acudieron al auxilio de la población yazidí de Sinjar. Los miembros de esta minoría fueron literalmente rescatados de una muerte segura por parte del PKK, después de que los 'peshmerga' de Barzani abandonaran la zona en una espantada. Desde entonces, las mencionadas YBS controlan ese área disputada por Barzani y ha protagonizado diversos enfrentamientos con las fuerzas militares del Kurdistán de Irak. Bien es verdad que son muchos los voluntarios occidentales que han formado parte de las YBS y no se conoce ningún otro caso precedente de un trato semejante. En lo esencial, los vínculos de las YBS con el PKK no son mayores ni más estrechos que con los milicianos kurdos de Siria (YPG) que han combatido al Daesh en coalición con Estados Unidos y en cuyas filas se han enrolado el grueso de los occidentales.
“Estamos mal, muy mal. Haced algo por nosotros porque la Embajada no va a mover un dedo y nos tienen recluidos como ratas”. Es la súplica que lanzó un brigadista español, conocido como Doctor Delil, el 19 de octubre en la primera de las dos llamadas que le permitieron hacer a uno de sus familiares desde la cárcel de Érbil (Irak), donde permanece detenido desde el 23 de agosto.
- La mentira de la gran armada cristiana contra el Estado Islámico Ferran Barber. Bakufa / Sinjar (Irak)
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