El exjefe de campaña de Trump se entrega al FBI acusado de "conspiración contra EEUU"

El 'Rusia-gate', la investigación sobre la injerencia de Rusia en la campaña de las elecciones presidenciales de EEUU, entra en una nueva fase. El antiguo jefe de campaña del presidente Donald Trump, Paul Manafort, se ha entregado hoy a las autoridades para cumplir una orden de arresto por su papel en la trama rusa. Manafort, que se convierte en el primer implicado formal en la investigación después de que un gran jurado aceptase el viernes los cargos presentados por el fiscal general Robert Mueller, se enfrenta a la acusación de "conspiración contra Estados Unidos".

Manafort se entregó hoy al FBI, según informan el diario 'The New York Times' y la cadena CNN. A primera hora del día se vio al exjefe de campaña abandonar su casa a las afueras de Washington; poco después las cámaras captaban su llegada a la sede del Buró Federal de Investigaciones (FBI). También se ha entregado a las autoridades su antiguo socio empresarial, Rick Gates, con quien Manafort ha hecho negocios desde 2005.

El escrito de acusación detalla que los cargos contra Manafort y Gates incluyen "conspiración contra EEUU" y "conspiración para lavar dinero"

El escrito de acusación hecho público este lunes detalla que los cargos contra Manafort y Gates incluyen "conspiración contra Estados Unidos" y "conspiración para lavar dinero", así como realizar "declaraciones falsas y engañosas" y no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el extranjero.

Mientras, otro antiguo asesor de campaña del ahora presidente, George Papadopoulos, se ha declarado culpable de mentir al FBI sobre sus contactos con un profesor ruso vinculado a funcionarios el Kremlin, según documentos judiciales difundidos este lunes. En concreto, Papadopoulos, exasesor de política exterior, mintió sobre una conversación en la que el citado profesor le prometió "miles de correos electrónicos" con información sensible sobre Hillary Clinton.

El presidente: "Fue hace años"

La formulación de cargos supone un giro trascendental en la investigación que lidera el fiscal especial Mueller. La revelación este viernes de que se habían formulado los primeros cargos dentro de las pesquisas sobre los contactos entre Moscú y el equipo de campaña de Trump desató todo tipo de especulaciones. Bajo la lupa de Mueller están el yerno del presidente, Jared Kushner, y el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, además del propio Manafort, quien dirigió la campaña republicana entre junio y agosto de 2016 y dimitió tras difundirse que había recibido pagos de millones de dólares de un partido político prorruso en Ucrania, el Partido de las Regiones. El fiscal general Mueller habría estado investigando los acuerdos inmobiliarios y financieros de Manafort con esta formación, apoyada por el expresidente ucraniano Viktor Yanukovich.

Tras conocerse los cargos interpuestos contra su exjefe de campaña y su antiguo socio, el presidente Trump ha asegurado que los cargos se refieren "a años atrás" y ha cargado de nuevo contra "la corrupta" Hillary Clinton y el Partido Demócrata. "Perdón, pero esto fue años atrás, antes de que Paul Manafort fuese parte de la campaña. ¿Pero por qué no están la corrupta Hillary y los Demócratas bajo el foco?", ha afirmado en su cuenta de la red social Twitter.

La investigación de Mueller analiza también las finanzas y los negocios familiares de Trump, además de si el presidente habría incurrido en obstrucción a la Justicia cuando despidió en mayo a James Comey, quien lideraba la investigación sobre Rusia. Las agencias de Inteligencia concluyeron en enero que Rusia interfirió en las elecciones en favor de Trump hackeando y difundiendo correos electrónicos comprometedores y con una campaña de propaganda en las redes sociales para desacreditar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Este fin de semana, Trump cargó contra Clinton y el Partido Demócrata acusándoles de financiar una investigación privada -obra de la firma Fusión GPS- para encontrar información que relacionara a Trump con Rusia. Dicha investigación acabó en un informe publicado en enero que detallaba suculentas ofertas de negocios en Rusia para influir en el actual presidente.

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Argemino Barro. Nueva York

Mueller, exdirector del FBI, ha buscado posibles vínculos entre asesores de Trump y gobiernos extranjeros, así como posible lavado de dinero, evasión de impuestos y otros delitos financieros, según fuentes cercanas a la investigación citadas por la agencia 'Reuters'.

Manafort y el magnate del aluminio

En el caso de Manafort, las raíces de sus vínculos con Rusia surgen de Oleg Deripaska, magnate del aluminio que sobrevivió al capitalismo gánster de la década de los 90 y a la crisis financiera de 2008, un billonario hecho a sí mismo que se las ha arreglado para permanecer siempre en el bando ganador, ya sea vinculándose a a familia del primer presidente ruso, Boris Yeltsin, o convirtiéndose en una figura imprescindible para Putin.

Según el 'Washington Post', Manafort ofreció a Deripaska proporcionarle 'briefings' personales sobre las elecciones dos semanas antes de que Trump aceptase la nominación republicana. No está claro si Deripaska llegó a recibir los informes, pero la aparente disposición de Manafort para compartir datos con un oligarca del círculo de empresarios cercanos a Putin es una de las revelaciones más concretas del 'Rusia-gate'. La relación de Deripaska con Manafort se habría iniciado alrededor de 2005, cuando era consultor para el oligarca ucraniano Rinat Akhmetov, asociado con Viktor Yanukovich.