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Bruselas investiga a Reino Unido por alentar la elusión de impuestos a multinacionales
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SIN PALIATIVOS POR EL BREXIT

Bruselas investiga a Reino Unido por alentar la elusión de impuestos a multinacionales

La decisión que puede inflamar las iras de aquellos que ven a la UE como un ente pernicioso para los intereses de Reino Unido, dando argumentos a los defensores de un Brexit duro

Foto: La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, durante una rueda de prensa en Bruselas. (EFE)
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, durante una rueda de prensa en Bruselas. (EFE)

Theresa May no atraviesa un gran momento. En casa, no logra hacerse con las riendas de su partido, ni ganarse a la opinión pública. Y de Bruselas, hace menos de una semana se ha vuelto con una derrota y un premio de consolación. La primera fue que no logró convencer a sus socios de que abriesen ya las negociaciones sobre el futuro acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido. El segundo, la promesa de que si hay avances en las negociaciones del Brexit, serán en diciembre.

Mientras May trata de capitanear la nave del Brexit y busca la complicidad de sus socios y Bruselas para mantenerse a flote, Bruselas acaba de tomar una decisión que puede crear una nueva tormenta en el Canal de La Mancha: la Comisión Europea ha abierto una investigación a Reino Unido ante la sospecha de que alienta que las multinacionales eludan el pago de impuestos. Una decisión que puede inflamar las iras de aquellos que ven a la Unión como un ente intruso y pernicioso para los intereses de Reino Unido, dando argumentos a los defensores de un Brexit duro.

Pese al delicado momento en que llega este paso, los cargos son graves como para que Bruselas los ignore. La Comisión sospecha que -paradójicamente- el problema está en las normativas imperantes en Reino Unido contra la evasión fiscal. Estas tratan de evitar que empresas británicas utilicen una subsidiaria en un territorio con menores impuestos o directamente paraísos fiscales para no pagar tasas. Sin embargo, en 2013 se introdujo una exención que se aplica a ciertos ingresos financieros de multinacionales que operan en Reino Unido.

Foto: La primera ministra británica, Theresa May, ofrece una rueda de prensa durante la segunda jornada de la cumbre del Consejo Europeo. (EFE)

Bruselas cree que esta exención ha abierto una puerta a que las empresas recurran a las artimañas de ingeniería fiscal para pagar impuestos. Y es que precisamente este tipo de ingresos financieros suelen ser una de las fachada bajo la que se esconde la transferencia de ingresos entre una subsidiaria a otra, con el objetivo de desplazar la potencial base imponible a un territorio con menor carga impositiva. Elusión fiscal, en resumen.

La Comisión no entiende que la normativa británica haga la vista gorda justo en lo que respecta a los ingresos financieros, por lo que va a investigar ahora si es un truco para permitir a algunas empresas que no paguen tantos impuestos. “Las normas que tratan de evitar la elusión fiscal no pueden ir contra su propio propósito y tratar mejor a algunas compañías que a otras”, ha advertido la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.

La Comisión analizará ahora en profundidad el funcionamiento de las leyes británicas y sus efectos, para asegurarse de que no violan las normas europeas de ayudas de estado, que prohiben el trato de favor a unas compañías frente a otras. Y, aunque la apertura de una investigación no presupone su resultado final -como repite incansablemente Bruselas- es difícil que ésta no ponga en alerta a los británicos.

Tras la decisión de obligar a Irlanda a reclamar 13.000 millones a Apple en concepto de impuestos que el gigante norteamericano tendría que haber pagado al país y no lo hizo, Vestager se ha labrado fama de implacable. Otra de sus investigaciones estrella, la de Luxemburgo y Amazon, le ha llevado recientemente a exigir al Gran Ducado que recupere una cantidad mucho menor: 250 millones. Pero, por si alguien pensaba que se había ablandado, no dudó en llevar el mismo día a Dublín ante los tribunales por arrastrar los pies a la hora de recuperar el dinero de Apple.

Theresa May no atraviesa un gran momento. En casa, no logra hacerse con las riendas de su partido, ni ganarse a la opinión pública. Y de Bruselas, hace menos de una semana se ha vuelto con una derrota y un premio de consolación. La primera fue que no logró convencer a sus socios de que abriesen ya las negociaciones sobre el futuro acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido. El segundo, la promesa de que si hay avances en las negociaciones del Brexit, serán en diciembre.

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