'Brexit muy duro': la industria alemana se pertrecha ante el peor de los escenarios
La Asociación de la Industria Alemana (BDI), uno de los think-tanks más influyentes de Europa y con peso en Berlín, advierte a las empresas alemanas que asuman que puede no haber acuerdo
La industria alemana acaba de alertar sobre un nuevo tipo de Brexit. El "muy duro". Su poderoso lobby anima a todos sus miembros a prepararse para una ruptura muy dolorosa económicamente entre Reino Unido y la UE ante la falta de avances en la negociación y la falta de definición por parte de Londres. La economía alemana va a sufrir con la salida británica por sus intensos vínculos comerciales, pero está dispuesta a hacer sacrificios por motivos políticos. Está totalmente alineada con Berlín.
"Las empresas alemanas deben tomar medidas preventivas para la seria posibilidad de una salida muy dura" de Reino Unido de la UE, ha advertido Joachim Lang, director general de la influyente Asociación de la Industria Alemana (BDI), una organización que representa a unas 100.000 empresas con unos ocho millones de empleos, incluidos todos los gigantes del "Made in Germany". El peor escenario, el de una salida sin ningún tipo de acuerdo, está sobre la mesa. "Cualquier otra posición sería ingenua", ha agregado Lang.
En su opinión hay dos motivos para dar la voz de alarma. La primera es la falta de avances en las negociaciones, que entran ya en su quinta ronda sin progresos perceptibles. Todavía no hay un acuerdo en torno a los dos temas esenciales previos al núcleo de las conversaciones: los derechos futuros de los ciudadanos comunitarios en Reino Unido tras la separación (y viceversa) y el monto de la factura del divorcio. Mientras tanto, el reloj sigue avanzando y cada vez queda menos tiempo para abordar la ingente tarea de negociar las relaciones futuras. Pase lo que pase, el Brexit debe formalizarse en marzo de 2019.
La segunda razón tras este aviso de la industria alemana es el aparente caos que reina en la parte británica. "Al Gobierno británico, a pesar de tantas palabras, la falta un concepto claro", ha lamentado el director general de la BDI. La primera ministra, Theresa May, no ha conseguido apartar la imagen de debilidad y falta de control sobre su partido en el reciente congreso de los conservadores. Más bien al contrario, tras un discurso gafado. Y la batalla interna en la formación -y dentro del propio gobierno- sigue adelante y sin visos de abatir entre los que querrían permanecer en la UE, los que quieren un Brexit lo más suave posible y los que abogan por dar un portazo para "recuperar el control" con todas sus consecuencias.
Sin "garantías" de un acuerdo
La situación es crítica. A juicio de Lang, "no hay ninguna garantía" de que las negociaciones entre Bruselas y Londres lleguen a buen puerto. No se puede dar por sentado que al final de los dos años de conversaciones previstos haya "un pacto final sobre las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido" o siquiera las bases de un "acuerdo temporal de transición" que permita prolongar con más calma el diálogo, ha indicado el director general de la BDI.
"El Brexit, sea de la forma que fuere, suscita un número no desdeñable de cuestiones legales, de política económica y de gestión empresarial", ha asegurado Lang en referencia a las repercusiones que tendrá el divorcio para las empresas alemanas que quieran seguir operando en Reino Unido tras el Brexit. Y añadió: "La industria alemana se prepara para cualquier escenario".
Su advertencia es todo un aldabonazo. La BDI es uno de los lobbys mejor conectados de Alemania y de la UE. Saben de lo que hablan. Recientemente los dos responsables del departamento que se encarga del Brexit en el Ministerio de Asuntos Exteriores se reunieron por cuarta vez con representantes de los empresarios para informarles del avance de las conversaciones.
Un Brexit muy duro es una pesadilla para la industria alemana, que mantiene unos fuertes vínculos comerciales con Reino Unido. Un documento de trabajo interno del Ministerio de Finanzas alemán filtrado por el rotativo Handelsblatt habla de "graves consecuencias económicas y sistémicas" tanto para el sector financiero como para la economía real en su conjunto a causa de la marcha de Reino Unido.
Un reciente informe de la consultora Deloitte apuntaba que cinco sectores productivos alemanes se verían especialmente afectados por la separación. El estudio, que analizaba la situación de 160 empresas alemanas con filiales de al menos cien empleados en Reino Unido, alertaba sobre las consecuencias del Brexit para la industria automovilística, las eléctricas, los servicios financieros y los sectores logístico y comercial.
"Prioridad" a la política
Sin embargo, la BDI tiene muy claro con quién está en esta partida de ajedrez. Con Berlín, siempre. Aunque a veces duela. "La industria alemana aspira a una relación futura muy estrecha con Reino Unido. Pero algo debe estar claro: damos prioridad al buen funcionamiento futuro de la UE", subrayó Lang, subrayando su perfecta sintonía con el Gobierno alemán. Esta unidad de acción no es nueva. La BDI ya apoyó sin fisuras a Berlín con las sanciones a Rusia, pese a las repercusiones económicas. Luego, a cambio, tiene acceso directo a las más altas esferas del Ejecutivo y el Legislativo.
El Gobierno alemán, por su parte, ha reiterado en múltiples ocasiones su postura. Quiere mantener a Reino Unido lo más cerca posible de la UE tras el Brexit. Desea una estrecha cooperación futura con Londres en seguridad y defensa, y unas relaciones económicas fluidas a través del Canal de la Mancha. Pero no a cualquier precio. Porque, como ha subrayado Angela Merkel, las cuatro libertades fundamentales del bloque van de la mano. Si Londres quiere limitar la entrada de comunitarios en el Reino Unido, la canciller exigirá restricciones en el comercio.
Merkel explicó su razonamiento este año en un encuentro con empresarios. "Si resulta finalmente posible [para Reino Unido] tener acceso completo al mercado único, si se pueden elegir algunas cosas [y dejar otras de lado], entonces el mercado común como tal se verá rápidamente en peligro. Porque todos los países querrán elegir qué les interesa", explicó la canciller.
La comprensión inicial de Berlín con Reino Unido en los días posteriores al referéndum se ha evaporado. Merkel veía entonces "absolutamente comprensible" que el Gobierno de May, recién nombrada primera ministra, pidiese "tiempo" para "reflexionar". Argumentaba que era "importante" concedérselo para poder diseñar una nueva relación. Pero la situación ha cambiado mucho en los últimos meses. Lo esencial, ahora, es mantener unidos a los restantes 27, como explicó el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble al Financial Times: "No tenemos ningún interés en castigar a Reino Unido, pero tampoco tenemos ningún interés en poner en peligro la integración europea por Reino Unido".
El Gobierno alemán envió este año un documento interno a todos sus altos cargos resumiendo su postura oficial con respecto al Brexit en el que se recalcaba, según publicó la agencia Bloomberg, que para Reino Unido debe haber una diferencia entre pertenecer a la UE y firmar un acuerdo de libre comercio con el bloque. Independientemente del tipo de relación que se establezca tras la marcha británica, "Brexit significará menos cooperación e integración económica que la pertenencia a la UE", un "paso atrás", afirmaba el texto. Reino Unido, concluía el documento, será un "país tercero".
La industria alemana acaba de alertar sobre un nuevo tipo de Brexit. El "muy duro". Su poderoso lobby anima a todos sus miembros a prepararse para una ruptura muy dolorosa económicamente entre Reino Unido y la UE ante la falta de avances en la negociación y la falta de definición por parte de Londres. La economía alemana va a sufrir con la salida británica por sus intensos vínculos comerciales, pero está dispuesta a hacer sacrificios por motivos políticos. Está totalmente alineada con Berlín.