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Primero inmigración, ahora terrorismo: la UE mantendrá los controles fronterizos
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la autorización se extenderá de 2 a 4 años

Primero inmigración, ahora terrorismo: la UE mantendrá los controles fronterizos

El grupo de países que realizan chequeos excepcionales a pesar de la zona Schengen, encabezado por Alemania y Francia, se ampara en la amenaza terrorista para buscar su normalización

Foto: Controles fronterizos en la ciudad danesa de Padborg, en enero de 2016. (Reuters)
Controles fronterizos en la ciudad danesa de Padborg, en enero de 2016. (Reuters)

Han pasado ya casi dos años desde que, a calor de la crisis de los refugiados, los controles fronterizos resucitaran en Europa. Y ahora que la UE ya no se siente desbordada por la situación, “ha llegado el momento de que dejemos de operar en el ‘modo crisis”, según el comisario europeo de Interior, Dimitris Avramopoulos. Una idea que no gusta entre los países que aún efectúan estos chequeos. Son conscientes de que las normas europeas no se lo permiten, así que lo tienen claro: hay que cambiar las reglas.

Este grupo, con París y Berlín a la cabeza, quieren ampararse en la amenaza terrorista para que les dejen aplicar controles excepcionales durante el doble de tiempo, pasando de los dos años actuales a cuatro. Así lo reflejan Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega en una carta enviada esta semana a Bruselas. En ella reconocen que es necesario encontrar un equilibrio para no hacer saltar por los aires el acuerdo Schengen, el espacio en el que los europeos pueden viajar libremente que se ha convertido en una de los principales señas de identidad de la UE.

Foto: Flores y velas para recordar a los fallecidos en el atentado de Berlín. (Reuters)

Lo entienden, pero argumentan que hacen falta mantener los controles para luchar contra el terrorismo a largo plazo. “Sabemos que el terrorismo es transfronterizo”, ha dicho el ministro galo de Interior, Gérard Collomb, a su paso por Bruselas, donde defendió ante sus colegas europeos la necesidad de los controles. El entusiasmo del resto de los socios hacia la propuesta es moderado, pero la resistencia es aún menor.

Tras los ataques de Barcelona y Turku (Finlandia) este verano, Bruselas “reconoce que hay nuevas amenazas a la seguridad que han surgido en los últimos años”, en palabras del comisario. Y, en este contexto, el código de que regula la zona de libre circulación Schengen, en la que los europeos pueden moverse libremente sin tener que enseñar el pasaporte en cada frontera, “puede no estar suficientemente adaptado para hacerles frente”, según Avramopoulos.

placeholder Una agente de policía sueca chequea pasaportes en Lernacken, en el lado sueco del estrecho de Oresund, en noviembre de 2015. (Reuters)
Una agente de policía sueca chequea pasaportes en Lernacken, en el lado sueco del estrecho de Oresund, en noviembre de 2015. (Reuters)

La necesidad de compartir información

Por eso, la Comisión Europea ultima un paquete con el que pretende “reforzar” la zona Schengen, en el que planteará una reforma de su código de fronteras. Según Collomb, la Comisión ha aceptado “suavizar” el código, aunque Avramopoulos ha dicho “no saber qué quiere decir suavizar” unas reglas que no considera “duras”. Sí ha indicado que presentará en octubre un paquete con medidas “concretas” para luchar contra el terrorismo, con el que tratará de convencer a los países de que pongan en marcha también una unidad europea de inteligencia.

“Nos hace falta confianza y una cooperación más estrecha para vencerlos. Solo uniéndonos podemos proteger a nuestros ciudadanos, para lo que la información es esencial: no solo hay que tenerla, sino también compartirla, para lo que hace falta una unidad europea de inteligencia”, ha defendido Avramopoulos. Ésta se encargará de que los datos sobre terroristas y combatientes extranjeros se compartan “inmediatamente” entre las autoridades y fuerzas de seguridad de los distintos países.

Foto: El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. (EFE)

La amenaza terrorista está tomando el relevo de la cuestión migratoria como el principal quebradero de cabeza de los responsables de Interior europeos, pero eso no quiere decir que la segunda se haya resuelto. Avramopoulos ha instado una vez más a los países a ampliar las vías de entrada legales para los inmigrantes, mientras se evitan las llegadas irregulares y se aceleran los retornos a países más allá de las fronteras comunitarias. La UE sigue considerando clave la cooperación con Libia para mantener controlada la ruta del Mediterráneo Central por la que los migrantes y refugiados llegan a las costas de Italia, pese al estado caótico del país africano y las denuncias de violaciones de derechos humanos en su territorio.

El comisario también ha insistido en que es necesario que los Estados miembros consensuen al fin la reforma del sistema de común de asilo europeo y que aquellos países que aún se niegan a cumplir con su cuota de acogida de refugiados lo hagan. En este sentido, “la sentencia de Tribunal de Justicia de la Unión Europea (que obliga a Hungría y Eslovaquia a asumir con las cuotas de acogidas asignadas) fue muy clara y su cumplimiento no es opcional”, ha recalcado Avramopoulos.

Han pasado ya casi dos años desde que, a calor de la crisis de los refugiados, los controles fronterizos resucitaran en Europa. Y ahora que la UE ya no se siente desbordada por la situación, “ha llegado el momento de que dejemos de operar en el ‘modo crisis”, según el comisario europeo de Interior, Dimitris Avramopoulos. Una idea que no gusta entre los países que aún efectúan estos chequeos. Son conscientes de que las normas europeas no se lo permiten, así que lo tienen claro: hay que cambiar las reglas.

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