La UE y Reino Unido se meten en harina: claves de la tercera ronda del Brexit
Los encuentros de esta semana tratarán, principalmente, sobre los derechos de los ciudadanos europeos que viven en Reino Unido y la frontera de Irlanda e Irlanda del Norte
Dicen que a la tercera, va la vencida, pero en los pantanosos terrenos del Brexit no hay certezas. Tras dos primeros careos en los que los negociadores de la Unión Europea y del Reino Unido poco más que se tomaron la medida y acordaron cómo organizar las negociaciones, esta semana arranca una nueva tanda en la que se espera que ambas partes entren en sustancia. No obstante, está por ver si se logran verdaderos avances.
A menos de 72 horas del supuesto comienzo de las negociaciones, los europeos y los británicos eran incapaces de ponerse de acuerdo en si las retrasarían al martes o no. ¿El motivo? Este lunes es festivo en Reino Unido, y los británicos no tenían claro si trabajar esa jornada. Un detalle que da cuenta de la falta de sincronización entre uno y otro lado del Canal de la Mancha.
Manos a la obra
“Si no se logran avances, no es por la falta de tiempo, sino por la falta de sustancia”, ha afirmado un cargo comunitario. El dardo no carece de motivos: mientras la UE ha ido haciendo sus deberes de manera puntual, Reino Unido sigue arrastrando los pies. La convocatoria de elecciones y el terremoto político que siguió al recuento de votos ya retrasaron el inicio de las negociaciones, pero parece que Londres aún no ha sido capaz de sacudirse el desconcierto.
Theresa May marca su posición en asuntos clave, que incluyen desde el intercambio y protección de datos hasta la gestión de materiales nucleares
Al menos, en esta ronda, a diferencia de la de julio, los negociadores británicos podrán poner también papeles sobre la mesa. El Gobierno de Theresa May ha presentado hasta el momento once documentos en los que marca su posición en asuntos clave, que incluyen desde el intercambio y protección de datos hasta la gestión de materiales nucleares.
El diablo está en los detalles
Dos de ellos cubren dos delicadas cuestiones que la Unión Europea considera prioritarias: los derechos de los ciudadanos europeos que viven en Reino Unido y la frontera de Irlanda e Irlanda del Norte. Ambas cuestiones estarán sobre la mesa de las negociaciones esta semana, y en ambos aspectos Bruselas quiere más claridad y más compromiso.
Los negociadores europeos han mostrado su preocupación por que en la posición británica aparezca mencionado el Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin en 1998 al Conflicto de Irlanda del Norte y articuló su vínculo con su vecina Irlanda, en relación al espinoso asunto de cómo reinstaurar la frontera entre ambas partes cuando Reino Unido ya no siga en la UE. “Es muy importante que el proceso de paz no se convierta en objeto de regateo durante las discusiones”, según el cargo comunitario.
Londres pagará, pero no dice cuánto
El dinero, cómo no, sigue siendo motivo de controversia. Reino Unido ha dado un paso atrás al admitir que tendrá que pagar al resto de sus socios los gastos que se había comprometido a asumir –para financiar programas agrícolas, científicos o becas, por ejemplo–, pero no está dispuesto a aceptar la cifra de 100.000 millones que ha circulado. “Por supuesto que vamos a cumplir con nuestras obligaciones […] No pagaremos un penique más, ni menos, de lo que creemos que son nuestras obligaciones legales”, ha asegurado Boris Johnson, secretario de Exteriores británico.
Bruselas espera repasar en esta ronda con Reino Unido su interpretación legal sobre qué factura del Brexit considera que debe asumir
El jefe de los negociadores europeos, Michael Barnier, por su parte, exige a Londres que deje claro de una vez qué es lo que quiere pagar. “La confianza [en las negociaciones] es clave, y asegurar que Reino Unido va a cumplir con sus obligaciones es una piedra angular”, en palabras del cargo europeo. Bruselas espera repasar en esta ronda con Reino Unido su interpretación legal sobre qué factura del Brexit considera que debe asumir. En cualquier caso, al final de la semana no se espera que haya un número concreto.
Avances insuficientes
Con el verano a punto de terminar, los progresos logrados son muy limitados. Y, salga lo que salga de esta nueva ronda, en Bruselas se ha extendido la idea de que será complicado que para octubre se haya logrado el “progreso suficiente” que los líderes europeos exigían para dar su visto bueno al arranque, en paralelo, de las negociaciones que determinarán el nuevo acuerdo que articulará las relaciones entre Reino Unido y sus antiguos socios una vez que abandone el bloque comunitario en marzo de 2019.
Esto sería una contrariedad para Londres, que considera prioritario ir negociando algún tipo de acuerdo que vaya dando forma al futuro tras el divorcio. Pero la UE ya dejó claro que no darán ese paso hasta que no se aclaren los términos de la separación.
Dicen que a la tercera, va la vencida, pero en los pantanosos terrenos del Brexit no hay certezas. Tras dos primeros careos en los que los negociadores de la Unión Europea y del Reino Unido poco más que se tomaron la medida y acordaron cómo organizar las negociaciones, esta semana arranca una nueva tanda en la que se espera que ambas partes entren en sustancia. No obstante, está por ver si se logran verdaderos avances.