Trump es malo para el turismo: caen las visitas a Estados Unidos en 2017
A consecuencia de las políticas de la nueva Administración no solo están llegando muchos menos visitantes, sino que la 'fuga de talentos' y la inmigración legal a EEUU también se ha desplomado
Como un desastre natural o un brote de violencia, la presidencia de Donald Trump ha recortado sustancialmente los viajes a Estados Unidos, en todos los órdenes: inmigración, turismo, matrículas universitarias. Agencias hoteleras y de viaje reconocen estar preocupadas por la “marca América”, envuelta en medidas restrictivas. Las visitas a Estados Unidos han bajado un 16% interanual en marzo, según el portal Foursquare, que traza la rutina de 93 millones de consumidores en todo el mundo. Aunque no aporta razones, el descenso empieza con la victoria del magnate en las elecciones de noviembre. La agencia Tourism Economics predice una caída de 4,3 millones de turistas extranjeros en 2017 y de 6,3 millones el año que viene.
“En muchos frentes -diplomacia, comercio, control de aduanas, política de visados- los mercados internacionales están recibiendo el mensaje de que América ya no es un destino de bienvenida”, declaró a USA Today Adam Sacks, presidente de Tourism Economics, un grupo dedicado al análisis de las tendencias de viaje en EEUU. El golpe más fuerte al flujo de personas fue el decreto que prohibía temporalmente los viajes a EEUU de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. Según Hostelling International USA, que gestiona una red de 52 hoteles en EEUU, esta ley causó inmediatamente unas 2.000 cancelaciones de viaje de europeos y canadienses. “Nunca he visto nada igual”, declaró Russ Hedge, consejero delegado de este grupo hotelero.
En febrero, la cadena de hoteles Marriott registró una caída del 30% en las reservas de clientes procedentes de Oriente Medio. La compra de billetes de avión desde los siete países inicialmente afectados bajó un 80% la semana en que se anunció el decreto, nada más empezar el mandato de Trump. Aerolíneas, cadenas y buscadores de viajes como Expedia han bajado precios para compensar la esperada caída general de la demanda. La ley fue rápidamente bloqueada por la justicia, igual que su posterior “versión aguada”, en palabras de Donald Trump. Pero el desenlace final de esta prohibición sigue pendiente y el Tribunal Supremo, de momento, ha decidido permitir parte de las restricciones a los viajes y a la acogida de refugiados.
La América de Trump es 15 puntos menos popular que la de Obama
Rumores de ansiedad sobre visados y aeropuertos recorren las comunidades inmigrantes. “Tuve dificultades para cruzar el control de aduanas al volver a Estados Unidos después de las Navidades”, explica por correo electrónico una española que prefiere no dar su nombre, ya que está en proceso de renovar su visado. “El pasaporte con el visado estadounidense está deteriorado y tiene visas de otros países. Entre ellos, Siria”. Los agentes la llevaron a una habitación contigua para examinar su caso. Otra española, en proceso de obtener el permiso de residencia, ha renunciado a visitar Dubai por cautela. “Aunque Dubai no es un país que esté en la lista ni nada de esto, y es una zona muy segura, ya sabes que puede ser que a Trump se le crucen los cables e incluya a Dubai en la lista y a cualquiera que haya pasado por ahí”, explica a este diario.
Estos problemas, reales o percibidos, inherentes, a veces, a la burocracia aduanera de Estados Unidos, vienen envueltos en una gran nube de antipatía mundial hacia Donald Trump y el país al que representa. La agencia Pew Research entrevistó a más de 40.000 personas de 37 naciones para medir la actitud global hacia EEUU, y el resultado es idéntico en todas las regiones del mundo: la América de Trump es 15 puntos menos popular que la de Obama. Especialmente entre los vecinos y aliados. Según el estudio, sólo el 30% de los mexicanos alberga una visión favorable de su vecino septentrional: menos de la mitad que hace un año, cuando gobernaba Barack Obama. La simpatía hacia EEUU en Canadá es del 22% y en Europa se da una bajada similar. El caso más extremo es el de Suecia: los suecos pasaron de ver favorablemente a Estados Unidos en un 93% a un 10% en la actualidad. 83 puntos de caída.
El Pew también midió la confianza en el presidente de EEUU y las cifras son incluso más desfavorables. Donald Trump es, a nivel global, más impopular que sus homólogos de Rusia y China: Vládimir Putin y Xi Jingping, respectivamente. Los que menos confían en el magnate son los mexicanos, sólo un 5%, y los españoles: un 7%. Las únicas dos excepciones en que Donald Trump es más popular que su antecesor Obama son dos: Israel y Rusia, donde la imagen del presidente ha mejorado del 11 al 53%. Esta tendencia general ha sido comparada al bajón de turismo durante la segunda Administración Bush. Los atentados del 11-S y las invasiones de Iraq y Afganistán revirtieron el flujo de viajeros. El antiamericanismo creció en todo el mundo, y las visitas al país de las barras y estrellas bajaron sostenidamente entre 2000 y 2006.
En 2017 han bajado también las postulaciones de extranjeros para estudiar en EEUU. Cuatro de cada diez universidades han registrado una caída en las candidaturas de fuera, sobre todo desde países de Oriente Medio. El informe, realizado por la Asociación Americana de Funcionarios de Registros y Admisiones Universitarias (AACRAO), cita la “preocupación que rodea el discurso político sobre los extranjeros en EEUU”.
Donald Trump está en proceso de aplicar su lema “Compra americano, contrata americano”. El presidente ha ordenado congelar la tramitación rápida del visado H-1B, que permite contratar a extranjeros en EEUU, y quiere revisar el proceso para evitar irregularidades. Su Gobierno calcula que ocho de cada diez visados de este tipo se otorgan a personas que reciben un salario por debajo del precio local de mercado, lo cual sería competencia desleal para los profesionales estadounidenses. Las peticiones de la visa H-1B, de las que se entregan 85.000 al año, han bajado un 15%.
La región más afectada por esta bajada en el tránsito es California, dado su fuerte vínculo con México. San Diego, por ejemplo, recibió un 10% menos de visitas en el primer trimestre del año. Los mexicanos residentes en EEUU también se lo piensan dos veces antes de volver a su país natal a ver a la familia o a ir al médico. La Cámara de Comercio de Nogales, una ciudad de México cercana a la frontera con EEUU, asegura que el número de personas que van a comprar en sus tiendas ha descendido un 40%. El recorte, de momento, es general, como si el planeta se achicase frente a una América desconocida. Mientras, los datos de Foursquare identifican al mismo tiempo un aumento significativo del gasto turístico al otro extremo del mundo, como si lo que dejara de ganar EEUU lo ganasen ellos: Asia.
Como un desastre natural o un brote de violencia, la presidencia de Donald Trump ha recortado sustancialmente los viajes a Estados Unidos, en todos los órdenes: inmigración, turismo, matrículas universitarias. Agencias hoteleras y de viaje reconocen estar preocupadas por la “marca América”, envuelta en medidas restrictivas. Las visitas a Estados Unidos han bajado un 16% interanual en marzo, según el portal Foursquare, que traza la rutina de 93 millones de consumidores en todo el mundo. Aunque no aporta razones, el descenso empieza con la victoria del magnate en las elecciones de noviembre. La agencia Tourism Economics predice una caída de 4,3 millones de turistas extranjeros en 2017 y de 6,3 millones el año que viene.
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