Gibraltar busca seducir a la UE con viajes, trato VIP y guiños a los independentistas
La cara visible del Peñón en Bruselas, Sir Graham Watson, no se contenta con agasajar a diputados, sino que también tiene puesta la mira sobre quienes hacen el trabajo en la sombra: los asistentes
“Se puede decir que soy un embajador o un 'lobbista', como se prefiera”. Lo dice la cara visible de Gibraltar en Bruselas, Sir Graham Watson, a El Confidencial. Este viejo lobo de la política, que pasó dos décadas en la bancada liberal de la Eurocámara, se dedica a influenciar a favor de los intereses del Peñón. Y no se contenta con agasajar a los diputados europeos, sino que también tiene puesta la mira sobre los que realmente hacen el trabajo a la sombra: los asistentes parlamentarios.
Entrar por la puerta de atrás
¿Por qué se gasta Gibraltar miles de euros en financiar “viajes de estudio” de jóvenes asistentes parlamentarios a su territorio? Los asistentes son la oculta materia gris de la Eurocámara, los que llenan de contenido el trabajo de los eurodiputados, los que escriben sus discursos. Ganarse a los asistentes es un modo de asegurarse una discreta puerta de entrada a los eurodiputados.
“Conozco el caso de una diputada europea que de la noche a la mañana empezó a mostrar mucho interés por Palestina. Luego descubrimos que tenía una nueva asistente, que era muy activa con la causa”, explica un empleado parlamentario. Y Watson lo sabe perfectamente.
Más tensión con España
Todo apoyo es poco ahora que el Brexit amenaza con poner a Gibraltar, un territorio de apenas 7 kilómetros cuadrados en el que el 96% votó a favor de quedarse en la UE, en una delicada situación. Y en especial, después de que España lograra poder de veto sobre la aplicación del futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido en el Peñón, lo que creó allí un gran malestar.
Gibraltar acusa a España de promover un “apartheid” de los llanitos en las negociaciones del Brexit, según dijo su viceministro principal, Joseph Garcia, en su última visita a Bruselas. Watson lamenta, por ejemplo, los esfuerzos de los representantes españoles en las instituciones europeas para bloquear las aspiraciones del Peñón. Y lanza también una advertencia.
El 'Sir', que cuenta que David Cameron vetó a Madrid como sede olímpica como represalia por la actitud del Gobierno español con Gibraltar, lo deja claro: él es partidario del diálogo. Pero, si este no es posible, “España no puede pensar que su actitud ante Gibraltar no va a tener consecuencias”.
'Business & pleasure'
Cada año, la misión ante la UE que encabeza Watson organiza tres viajes para “concienciar de la situación de Gibraltar y sus intereses en la UE”, a los que invita a unos diez asistentes. En el último de ellos llevó a ocho jóvenes al Peñón del 29 de junio al 1 de julio. Los visitantes volaron, irónicamente, desde Bruselas a Málaga. Para su alojamiento, las autoridades locales eligieron el Eliott O’Callaghan Hotel, un cuatro estrellas con piscina en la azotea y vistas sobre el Peñón y la Bahía de Algeciras.
Graham Watson: "Si el diálogo no es posible, España no puede pensar que su actitud ante Gibraltar no va a tener consecuencias"
La visita, en la que Gibraltar corre con todos los gastos, incluye un encuentro con el propio Joseph Garcia. Después, prosigue con visitas a lugares estratégicos. Uno de ellos es el aeropuerto que ocupa el controvertido istmo de tierra que separa al territorio de España. Otro, la frontera. Tampoco falta una vuelta en barco por las aguas que rodean a 'la Roca', escenario de constantes escaramuzas entre las fuerzas de seguridad gibraltareñas y las españolas.
El segundo día está dedicado en exclusiva a mostrar los encantos del Peñón, con un 'Tour VIP' por las profundidades de 'la Roca'. Y, aunque desde la Misión de Gibraltar niegan que ninguna actividad se desarrolle en suelo español, una fuente conocedora de estos viajes asegura que en alguna ocasión han acabado de copas por Marbella.
Un muro de silencio
Las visitas de eurodiputados al Peñón suelen ir acompañadas de mucho ruido. Que se lo digan a Cecilia Wikström, vicepresidenta de la Comisión de Peticiones del PE, cuya visita causó malestar en las filas españolas. Pero los “viajes de estudio” para asistentes pasan desapercibidos y son desconocidos, incluso entre los eurodiputados españoles, que no son objetivo de las atenciones de los llanitos. Y los participantes consultados por El Confidencial optan por guardar silencio.
¿Qué interés tiene Gibraltar en Transportes? Uno clave para la conexión del remoto territorio con el resto del continente: la batalla por el 'Cielo Único'
Johannes Hintemaier, Laurin Sepoetro, Jules Lobry y Anne-Rieke Stuhlmann son algunos de ellos, y todos tienen algo en común: trabajan o trabajaban para un miembro de la Comisión de Transportes del PE. En concreto, los dos primeros asistían al socialista alemán Ismail Ertug, el tercero al conservador francés Franck Proust y la cuarta al también alemán Knut Fleckstein, vicepresidente del Grupo de Socialistas y Demócratas.
¿Qué interés tiene Gibraltar en Transportes? Uno clave para la conexión del remoto territorio con el resto del continente: la batalla por el Cielo Único. España logró dejar fuera de este proyecto –que reorganiza los de espacios aéreos nacionales en áreas transnacionales diseñadas, administradas y reguladas directamente por la UE– al aeropuerto de Gibraltar. Este se encuentra en el istmo que une la colonia con el territorio español, zona que que no estaba incluida en el Tratado de Utrecht, por el que se cedió el control de Peñón a Londres en 1713.
Una práctica controvertida, pero legal
Otras áreas que despiertan el interés de los llanitos son la Comisión de Asuntos Legales –que se encarga de cuestiones como las fronteras, algo que ha cobrado aún más relevancia con el Brexit–, y las que se dedican, cómo no, a cuestiones fiscales. Un tema que, como reconoce Watson a El Confidencial, es “conflictivo”, aunque defiende que Gibraltar, como territorio de pequeño tamaño, tiene que “encontrar un modo de sobrevivir”.
Pero las maneras de los gibraltareños no son bien vistas por todos. Fabio de Masi, eurodiputado alemán de Die Linke, protestó en público tras saber que Gibraltar había invitado a un viaje a varios asistentes de miembros de la comisión especial creada para investigar los amaños fiscales que algunos países concedían a grandes empresas, los conocidos como 'tax rulings'.
“Varios colegas de TAXE y yo mismo sentimos, después de recibir la invitación, que este tipo de 'lobby' va más allá de lo aceptable […] La oferta de ‘visitar la Roca y las atracciones turísticas únicas de Gibraltar’ era inapropiada, dado el deber del Parlamento Europeo de arrojar luz sobre las prácticas sistemáticas de evasión fiscal en la UE”, avisó De Masi a Watson en una carta.
Desde la ONG Corporate Europe Observatory (CEO), que se dedica a vigilar las prácticas de empresas y grupos de influencia en Bruselas, reconocen que, pese a todo, las prácticas son legales. Watson “se identifica en las invitaciones, e incluso incluye su número del registro de 'lobby', por lo que técnicamente no rompe las reglas, reconocidamente laxas, del Parlamento Europeo”, explican desde la organización.
Presupuesto opaco
Las normas sí exigen a las firmas que quieren tener acceso al edificio del Parlamento Europeo darse de alta en el Registro de Transparencia de la UE, aunque la información que se hace pública deja muchas preguntas sin responder. Bagehot, la empresa que Watson creó poco después de abandonar su escaño –en un caso claro de “puertas giratorias”, según CEO–, tiene por principal cliente al Gobierno de Gibraltar. Unos servicios por los que obtiene unos ingresos de entre 200.000 y 299.000 euros, sin IVA.
Los gastos solo de los vuelos y el alojamiento se elevan hasta al menos 5.000 o 6.500 euros por viaje, dependiendo del número de invitados
Tanto Watson como la misión de Gibraltar ante la UE eluden dar detalles sobre el presupuesto con el que cuentan para los viajes. Aunque de entrada, los gastos solo de los vuelos y el alojamiento se elevan hasta al menos 5.000 o 6.500 euros por viaje, dependiendo del número de invitados. Esto hay que multiplicarlo por tres, y sumarles el coste de todas las actividades que llevan a cabo en el Peñón. Una inversión nada despreciable. ¿Y funciona? Sí, aunque estas son inversiones que dan sus frutos a medio y largo plazo.
Ganar defensores de la causa
Isabella de Monte es un buen ejemplo. La socialista italiana, miembro de la comisión de Transporte, es una de los varios eurodiputados –nunca españoles– que también han sido invitados a conocer el territorio 'in situ'. Junto al holandés liberal Matthijs van Miltenburg pasó dos días en el Peñón el pasado mes de septiembre, en una misión a “esta maravillosa zona que es fuertemente pro-europea”, según dijo ella misma.
De Monte aprovechó para participar en las celebraciones del día grande del Peñón, desde las que deseó “feliz día de Gibraltar” a sus compañeros socialistas italianos con una foto de un gran cartel en el que, sobre la bandera llanita, se puede leer en en inglés: “La autodeterminación es nuestro derecho”.
Happy #Gibraltar national day ! @eurodeputatipd #EU pic.twitter.com/612cxfICDq
— Isabella De Monte (@IsabellaDeMonte) 10 de septiembre de 2016
Siete meses después, el pasado abril, De Monte ofreció a un medio italiano, Eunews, un artículo sobre Gibraltar. En él, critica el bloqueo que mantiene España sobre el Cielo Único –que, si se completase, permitiría tener rutas más cortas, económicas y respetuosas con el medio ambiente– y el veto que el país logró sobre la aplicación del futuro acuerdo que cierren Reino Unido y la UE tras el Brexit, y pide una actitud “menos rígida” del país.
Pero no se queda ahí. “Es importante evitar que la cuestión de Gibraltar pueda, incluso lejanamente, evocar la repetición de la experiencia de las Malvinas en Argentina, donde la ex primera ministra Margaret Thacher desencadenó una guerra para mantener la soberanía británica sobre la isla”, asegura De Monte, quien añade a renglón seguido que, pese a todo, “por ahora nada parece presagiar que se quiera ir en esta dirección”.
La “simpatía” de los independentistas catalanes
Entre sus aliados, Gibraltar puede contar con diputados catalanes partidarios de la independencia de España. “Mantenemos simpatías, más que sinergías”, asegura Watson a El Confidencial. La sintonía se plasma en las reuniones periódicas que mantienen con Ramón Tremosa (PDeCAT) y los representantes de ERC, Josep Maria Terricabras, Ernest Maragall y, desde enero en reemplazo de éste último, Jordi Solé. Pero también en hechos concretos: el pasado abril, Tremosa, Terricabras y Solé respaldaron una moción para incluir Gibraltar en la resolución del PE sobre el Brexit, que no prosperó.
“Se puede decir que soy un embajador o un 'lobbista', como se prefiera”. Lo dice la cara visible de Gibraltar en Bruselas, Sir Graham Watson, a El Confidencial. Este viejo lobo de la política, que pasó dos décadas en la bancada liberal de la Eurocámara, se dedica a influenciar a favor de los intereses del Peñón. Y no se contenta con agasajar a los diputados europeos, sino que también tiene puesta la mira sobre los que realmente hacen el trabajo a la sombra: los asistentes parlamentarios.