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La inadvertida escalada en Siria: misiles iraníes y tensión entre Rusia y EEUU
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MOSCÚ y WASHINGTON, en rumbo de colisión

La inadvertida escalada en Siria: misiles iraníes y tensión entre Rusia y EEUU

El domingo, un caza estadounidense derribó otro sirio, el primer combate aéreo para la USAF en más de una década. Es el quinto incidente serio para Estados Unidos en esta guerra, y el más grave

Foto: Un caza F-18 despegando, en una imagen facilitada por el Departamento de Defensa de EEUU. (EFE)
Un caza F-18 despegando, en una imagen facilitada por el Departamento de Defensa de EEUU. (EFE)

Este domingo, sin que apenas atrajese titulares, tuvo lugar el que a medio plazo podría convertirse en el incidente más relevante de la nueva fase de la guerra de Siria: un F-18 estadounidense derribó un caza sirio que estaba bombardeando a las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), la milicia kurdo-árabe respaldada por Washington en el norte del país. No solo es la primera vez que un avión de combate estadounidense derriba otra aeronave tripulada en más de una década: ahora Rusia ha amenazado con tratar a la aviación de la coalición como fuerzas agresoras y responder de forma acorde.

“Cualquier objeto volante, incluyendo aviones y drones de la coalición internacional, encontrado al oeste del río Éufrates será tomado como objetivo para las defensas aéreas de Rusia sobre el terreno y en el aire”, declaró ayer el Ministerio de Defensa de Rusia en un comunicado. “Múltiples acciones militares de la aviación de EEUU bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo contra el ejército legal de un estado miembro de la ONU son una violación flagrante de la legislación internacional y constituyen una agresión militar de facto contra la República Árabe Siria”, indica el documento, cuyo tono no admite duda y resulta mucho más contundente que en episodios anteriores.

La advertencia ha llevado a Australia a suspender sus bombardeos en Siria. No así Estados Unidos: "Vamos a hacer todo lo que podamos para proteger nuestros intereses", ha respondido el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer. "El régimen sirio tiene que entender que nos reservamos el derecho de autodefensa de las fuerzas de la coalición contra el ISIS", añadió, asegurando que Washington tratará en todo caso de mantener abiertas las líneas de comunicación con Rusia para reducir la tensión.

El general Joseph Dunford, que encabeza el Estado Mayor Conjunto de EEUU, se ha expresado en el mismo sentido. "La Federación Rusa ha indicado que su propósito en Siria, como el nuestro, es derrotar al ISIS. Y en las próximas horas veremos si eso es cierto, porque todas nuestras operaciones en y alrededor de Raqqa y el sur de Siria están diseñadas específicamente para ir a por el ISIS", indicó el lunes. "Hemos acordado anteriormente, nosotros y las fuerzas pro-régimen de la Federación Rusa, que las operaciones que la coalición estaba llevando a cabo en Siria estaban erosionando de forma efectiva las capacidades del ISIS, y trabajaremos para restaurar esa cadena de 'desconflicto' en las próximas horas", añadió. No obstante, el ejército ruso asegura que las fuerzas de la coalición "no utilizaron los canales de comunicación establecidos para prevenir incidentes en el espacio aéreo sirio". La conclusión es clara: un encontronazo de este tipo puede volver a repetirse.

Cadena de incidentes

Este no es sino el episodio más grave hasta la fecha de una peligrosa escalada que está teniendo lugar en territorio sirio, que amenaza con arrastrar a Estados Unidos a una intervención más directa en esa guerra y, en consecuencia, a un enfrentamiento con los aliados del régimen de Bashar Al Assad: Irán y Siria. Esta es la tercera ocasión, desde el bombardeo con misiles de crucero contra una base militar siria en abril, en que la aviación estadounidense ha provocado bajas mortales entre las tropas regulares de Assad o miembros de milicias afines respaldadas por Irán.

En mayo, cazas F-15 atacaron un convoy de combatientes progubernamentales que avanzaban hacia una base rebelde en Tanf, en la frontera con Jordania, en la que elementos del 5º Grupo de las Fuerzas Especiales de EEUU entrenaban a grupos de la insurgencia siria, en teoría para la lucha contra el Estado Islámico. El 6 de junio, volvieron a hacer lo mismo cuando una nueva columna siria se aproximó de nuevo a Tanf. A esto hay que sumar el ataque de un dron -probablemente iraní- contra las fuerzas especiales estadounidenses, que lo derribaron antes de que causase ninguna víctima, hace menos de dos semanas.

También Irán ha dado pasos importantes en esta escalada: el domingo, Irán lanzó varios misiles de medio alcance tierra-tierra desde su frontera occidental contra objetivos del ISIS en Deir Az Zor, como respuesta al atentado llevado a cabo presuntamente por el grupo yihadista en Teherán el pasado 7 de junio. No obstante, es la primera vez en 30 años que Irán lanza misiles contra otro país, desde la guerra con Irak.

placeholder Miembros de las fuerzas aéreas estadounidenses en una base de las SDF en el Monte Karachok, en abril de 2017. (Reuters)
Miembros de las fuerzas aéreas estadounidenses en una base de las SDF en el Monte Karachok, en abril de 2017. (Reuters)

Midiendo al rival

Tras el derribo del caza sirio, Rusia promete una respuesta seria si las cosas siguen así. “Advertimos a Washington de que no lleve a cabo nuevas acciones de este tipo en el futuro”, ha advertido el viceministro de Exteriores Serguéi Ryabkov, en declaraciones a la agencia rusa Interfax.

El Pentágono asegura que el derribo del avión se produjo horas después de que el ejército regular sirio atacase a las SDF en la localidad de Ya'Din, al suroeste de Raqqa, por lo que el mando estadounidense decidió lanzar una operación aérea de cobertura, que culminó con el enfrentamiento en los cielos de Siria. “El ataque pone de manifiesto la coordinación entre EEUU y el ISIS, y revela las malvadas intenciones de EEUU al administrar el terrorismo y pasárselo al proyecto estadounidense-sionista en la región”, ha declarado el ejército sirio en un comunicado.

No obstante, las fuerzas sirias no estaban combatiendo al Estado Islámico, sino precisamente a la milicia a la que EEUU respalda contra los yihadistas. Las SDF han advertido también de que responderán a futuras agresiones por parte del Gobierno sirio, un enfrentamiento que hasta ahora habían tratado de evitar para no complicar aún más el panorama, y que puede acabar forzando una mayor implicación norteamericana.

Lo que está de fondo en todo ello es el desencuentro ruso-estadounidense en la distribución de las llamadas zonas de seguridad y de “rebaja de tensión” en Siria, diseñadas por el Kremlin y establecidas mediante un acuerdo entre Rusia, Irán y Turquía, que excluyó a EEUU, “prohibiéndole” sobrevolar algunas de estas áreas. Moscú, y sobre todo Teherán, han tratado de expandir su control en varias de estas zonas, ante el malestar estadounidense. Así, ambos mandos parecen estar midiendo hasta dónde está dispuesto a llegar el rival. El verdadero problema puede surgir si Rusia o EEUU, dos países que hoy por hoy no cuentan con líderes demasiado dados a la contención, llegan a sentirse compelidos a “responder”, y actúan en consecuencia.

Este domingo, sin que apenas atrajese titulares, tuvo lugar el que a medio plazo podría convertirse en el incidente más relevante de la nueva fase de la guerra de Siria: un F-18 estadounidense derribó un caza sirio que estaba bombardeando a las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), la milicia kurdo-árabe respaldada por Washington en el norte del país. No solo es la primera vez que un avión de combate estadounidense derriba otra aeronave tripulada en más de una década: ahora Rusia ha amenazado con tratar a la aviación de la coalición como fuerzas agresoras y responder de forma acorde.

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