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La situación en Portugal es "difícil" y varios aviones antiincendios no pueden actuar
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debido al humo y a las condiciones meteorológicas

La situación en Portugal es "difícil" y varios aviones antiincendios no pueden actuar

España, Francia e Italia han enviado varios aviones antiincendios para luchar contra un fuego que se ha cobrado la vida de 64 personas. Los gestos de solidaridad desbordan las previsiones

España, Francia e Italia han enviado varios aviones antiincendios para luchar contra el fuego que este lunes permanece activo en el centro de Portugal y que ha causado hasta ahora 64 muertos y 62 heridos, en tanto que Lisboa ha solicitado a sus socios de la Unión Europea que también envíen bomberos cuanto antes. En este momento, afecta a los distritos de Leira, Coimbra y Castelo Branco.

[Álbum: las imágenes de la catástrofe en Portugal]

La lucha contra el fuego continúa siendo "difícil" por las complejas condiciones meteorológicas de la zona, aunque "evoluciona favorablemente". De hecho, dichas condiciones están impidiendo que algunos medios aéreos, varios internacionales, no puedan actuar en todas las zonas. De ahí la importancia que tienen ahora mismo los medios terrestres: cerca de 2.000 bomberos están desplegados en la zona. Por ahora son nueve los focos que están activos.

La UE activó este domingo el mecanismo comunitario de protección civil, que coordina la proporción de asistencia por parte de los países en casos de emergencias, después de que Portugal solicitase el envío de aviones antiincendios. Francia se comprometió a enviar tres aparatos, mientras que España e Italia enviarán dos aviones cada uno en el marco de este mecanismo que se desplegarán en las zonas afectadas, como Vila Real, Coimbra y Leiria. España proporcionará en total, también a través de cooperación bilateral, seis aviones, 200 militares y 25 bomberos para participar en las tareas de extinción del trágico incendio que se desató cerca del municipio de Pedrógão Grande.

“No me queda nada”

“Nada, no me queda absolutamente nada”, sostenía un vecino de Pedrógão Grande tras ver cómo su casa había sido consumida por el fuego. A las tres de la tarde del sábado, la aldea de Escalos Fundeiros se convirtió en un infierno. El mercurio había superado los 30 grados los últimos días y el viento ayudó a propagar las llamas. Los medios locales señalan a los eucaliptos de los bosques —suponen el 90% de su composición— por la rápida expansión del incendio. Apenas 12 horas después, el primer ministro portugués, António Costa, comparecía ante los medios informando de que el número de muertos había alcanzado ya los 24. La cifra siguió avanzando el domingo hasta los 62, aunque el mandatario alerta de que la cifra seguirá incrementándose “muy probablemente”.

El lunes, el número de víctimas mortales del incendio aumentó a 64, según el último balance provisional de las autoridades, que informaron de que el 70% del fuego está dominado. El presidente de la Liga de los Bomberos portugueses, Jaime Marta Soares, había confirmado una nueva víctima mortal, un bombero de 40 años que estaba hospitalizado en estado muy grave, tras intentar salvar a varios civiles atrapados en un vehículo en llamas. A esta víctima se unió un hombre que fue encontrado muerto en una de las aldeas afectadas por las llamas.

“Esta es, seguramente, la mayor tragedia que hemos vivido”, lamentó Costa en la sede de Protección Civil de Carnaxide, aún de madrugada. Del total de fallecidos, al menos 30 perecieron en sus coches en una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria, donde "familias enteras" quedaron atrapadas por el avance de las llamas. Otras 17 personas fueron halladas en zonas aledañas a carreteras y 10 más en el "ambiente rural" que rodea a estas vías. Hay también 62 heridos, cuatro de ellos graves.

El fuego obligó a realojar a 150 personas, aunque los medios portugueses advierten de que podrían aumentar a 250. Una de ellas es Filomena Vilar. El diario portugués 'Público' recoge su testimonio tras no lograr acceder a su pueblo por las llamas. Todavía no ha podido comunicarse con sus padres. "Estoy aquí desde las 22:00 horas [del sábado]. No nos dicen nada, nos han cortado el camino y tuvimos que pasar aquí la noche. Espero que alguien de Protección Civil o de las autoridades nos dé alguna información", lamenta.

"Nunca he visto nada así", añade Amélia Pires, una señora de 80 años que se lleva las manos a la cabeza ante el desastre forestal que azotó el distrito de Leiria. En la misma línea se expresó Jaime Marta Soares, presidente de la Liga de Bomberos, que agrupa todos los efectivos del país. "Es algo descomunal, nunca visto. Inimaginable", recoge Rádio Renascença.

Un hombre de 33 años, del municipio de Figueiró dos Vinhos, dice al diario portugués que su casa quedó "totalmente destruida" por el incendio. "Me he quedado sin nada". "Temí por la vida de todos, pensé que toda la familia nos quedábamos ahí", recuerda. "Nunca vi algo comparable", reconoce el hombre tras lograr escapar de la catástrofe. “Las llamas estaban a kilómetros, un segundo después las teníamos ya encima”. Henrique Carmo, otro vecino de Pedrógão Grande, logró sobrevivir a pesar de ver cómo su hogar era reducido a cenizas. “Ahora todo es negro”, dice en un paraje consumido por el fuego. “Aún no he ido a la cama. No puedo, tengo miedo de que vuelva el infierno”, añade otra vecina de la aldea de Chaos.

El director de la Policía Judiciaria, José Maria de Almeida Rodríguez, señala que la causa del incendio es natural. "Encontramos un árbol que fue golpeado por un rayo", aclaró, descartando así cualquier indicio de origen criminal. “Hemos conseguido determinar que el origen del incendio fue provocado por tormentas secas”, confirmó. Un ex administrador forestal escribe en una columna en 'Público' que, además de las adversas condiciones atmosféricas, la propagación de las llamas tiene que ver también con “las malas condiciones de limpieza de la maleza en los bosques”.

"Me he quedado sin nada. Temí por la vida de todos, pensé que toda la familia nos quedábamos ahí", señala un superviviente del incendio

De momento, siguen activos un total de cuatro frentes, sobre los que trabajan hasta más de 700 bomberos, varios cientos de vehículos y numerosos medios aéreos, algunos de ellos llegados de España o de Francia. Costa declaró que existen zonas del terreno que todavía son inaccesibles debido a la violencia del incendio.

Los equipos que han conseguido acceder a la vía describen un "escenario horrible", indicó el secretario de Estado de Administración Interna del Gobierno luso, João Gomes. También se han desplegado equipos de psicólogos para atender a los supervivientes, que se encuentran "en estado de 'shock" y que en muchos casos han perdido a familiares en la tragedia. Los pronósticos para los bomberos no son buenos. Los vientos cruzados que predominan en la región seguirán a lo largo de las próximas horas, por lo que se espera que las llamas sigan extendiéndose a gran velocidad, según ha informado el presidente de la Liga dos Bombeiros.

El fuego se ha extendido a lo largo de la región montañosa, que se encuentra a unos 200 kilómetros de la capital, Lisboa, debido a los fuertes vientos registrados en la zona. La mayoría de las víctimas se han visto rodeadas por las llamas cuando se encontraban en sus vehículos. Según ha informado Protección Civil, actualmente hay unos 1.537 bomberos trabajando en todo el país para sofocar una decena de incendios que continúan activos. Cerca de 900 bomberos y 300 vehículos están dedicados solo al que ha causado más de 60 víctimas. El Gobierno ha decretado tres días de luto oficial por los fallecidos.

Solidaridad con las víctimas y con Portugal

Desde que se conociera el terrible balance de victimas, varios han sido los Gobierno que han expresado su solidaridad con el país luso así como con los familiares de las víctimas.

De hecho, la solidaridad se ha disparado con las víctimas del incendio de Pedrógão Grande, a las que se busca ayudar a través de cuentas bancarias solidarias o del envío de alimentos básicos, cuya magnitud ha llegado a causar problemas logísticos. Menos de 48 horas después de que se declarase el fuego las autoridades han tenido que pedir a la población que deje de enviar alimentos a la zona, donde se registra "exceso de alimentación".

Además de países de la UE como Bélgica, Francia o Alemania, también España ha querido dar las condolencias a Porugal. La Casa Real española ha expresado el "sobrecogimiento" de los Reyes por el incendio y ha enviado un telegrama de condolencias a las autoridades portuguesas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compartió el dolor de las víctimas ofreciendo la "solidaridad, apoyo y cariño" de España.

Lo mismo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que desde el 39º Congreso Federal del PSOE mostró su preocupación por el incendio de Pedrógão Grande.

O el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

España, Francia e Italia han enviado varios aviones antiincendios para luchar contra el fuego que este lunes permanece activo en el centro de Portugal y que ha causado hasta ahora 64 muertos y 62 heridos, en tanto que Lisboa ha solicitado a sus socios de la Unión Europea que también envíen bomberos cuanto antes. En este momento, afecta a los distritos de Leira, Coimbra y Castelo Branco.

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