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¿Causó una nevera el incendio de Londres? Las teorías que investigan los expertos
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"TIRABAN A LOS NIÑOS PARA INTENTAR SALVARLOS"

¿Causó una nevera el incendio de Londres? Las teorías que investigan los expertos

Los bomberos están complemente abatidos. Se han confirmado 17 muertos, pero los vecinos creen que habrá más. "Los que vivían más allá del piso 13 no han podido salvarse"

Foto: Columnas de humo y llamas mientras los bomberos luchan contra el fuego en la torre residencial de Grenfell, en Londres. (Reuters)
Columnas de humo y llamas mientras los bomberos luchan contra el fuego en la torre residencial de Grenfell, en Londres. (Reuters)

"Predijimos que una catástrofe como esta era inevitable y solo era cuestión de tiempo". El mensaje procede del Grupo de Acción de Grenfell, que vela por los edificios de protección oficial y los servicios públicos en el barrio londinense de Kensington y Chelsea. Mientras la cifra de muertos en el incendio que devoró la torre Grenfell, una mole de 24 plantas en el oeste de la capital británica, ha aumentado a 17 mientras hay medio centenar de hospitalizados, el Gobierno anunciaba que inspeccionará edificios similares para evitar que se repita una tragedia de la que todavía se desconocen las causas.

Según el secretario de Estado de Policía y Bomberos del Reino Unido, Nick Hurd, quien rehusó comentar si las autoridades locales habían recibido avisos sobre los sistemas contra incendios de la torre Grenfell, el Ejecutivo iniciará un proceso para identificar inmuebles de características parecidas que "hayan podido pasar por un proceso de rehabilitación similar" al del edificio londinense.

Mientras Sadiq Khan, alcalde de la capital, afirmaba que “deben hallarse respuestas a las preguntas [sobre las causas de la tragedia] lo más pronto posible”, los expertos presentaban varias teorías sobre el origen del fuego. En primer lugar, pudo tratarse de una explosión de gas: los inquilinos afirman que recientemente se habían realizado trabajos de restauración en el sistema de suministro de gas. Nicky Paramasivan, un vecino que se encontraba en el séptimo piso con su mujer y su hijo, aseguró que tras evacuar la torre, pudo ver llamas azules en las explosiones, lo que sugiere que había gas.

Otros testigos afirman que escucharon cómo un inquilino consternado contaba a otros vecinos que su nevera, estropeada, había provocado el fuego. “Cuando llegué al lugar, [el hombre] estaba entre las personas que observaban la escena. Pude escucharle decir que había llamado inmediatamente a los servicios de emergencia, que le tranquilizaron asegurándole que pronto todo estaría bajo control”, declaró Samira Lamrani, una londinense que vive en el cercano Hurstway Walk, a la Press Association.

El Grupo de Acción de Grenfell, por su parte, clamaba desde hace tiempo del peligro que suponía el pésimo estado del edificio. Había puesto el foco en la instalación eléctrica y llevaba años advirtiendo de los riesgos: “Creemos que la Organización de Gestión de Inquilinos de Kensington y Chelsea (KCTMO) evitó por poco un enorme desastre en la torre Grenfell en 2013 cuando los inquilinos experimentaron un periodo de terroríficas subidas de tensión que fueron provocadas por el defectos en el cableado”.

"Tiraban a los niños para intentar salvarlos"

“¿Cómo tienes que estar de desesperado para lanzar a tus hijos desde el balcón? Dime, ¿cómo tienes que estar? No me lo puedo imaginar”. Hulya no para de llorar mientras agarra con fuerza a sus gemelos de cinco años. “Yo soy madre y no me puedo imaginar lo que debe pasar por tu cabeza cuando tienes que sopesar las oportunidades que tienes de salvar la vida a tus hijos. Esa mujer veía cómo el fuego les estaba comiendo. Tu cabeza te dice que quizá lanzándolos por el balcón tienen más posibilidades de sobrevivir, pero ¿tus tripas? ¿Cómo puede ser el momento de tener que lanzar a tus hijos por el balcón?”.

Las escenas que se vivieron este miércoles en la londinense torre residencial de Grenfell son desgarradoras. El humo sigue saliendo del edificio calcinado y los vecinos de las zonas aledañas han sido desalojados ante la posibilidad de que la mole de 27 plantas se derrumbe en cualquier momento.

¿Dónde están mi hija y mis nietos? Por favor, ayúdenme”, grita una mujer a un policía que intenta consolarla. "No me dicen nada en los hospitales, por favor, ayúdenme”, chilla una y otra vez. Una de las voluntarias mete a la mujer dentro de la Iglesia convertida en campamento base para ayudar a las víctimas. Las mezquitas, los colegios, los centros sociales, las casas particulares... Todos han abierto sus puertas para intentar ayudar en lo que puedan. Comienzan a ponerse carteles para que la gente no traiga de momento más mantas ni comida. Están completamente desbordados.

Clara, de siete años, mira todo con atención. Ha traído varios muñecos para dárselos a los otros niños. Su madre la mira con ternura. “No podía obligarla a ir hoy al colegio. Ha sido una noche muy larga”, explica. Muchos de los niños que vivían en el edificio todavía van en pijama. Fueron evacuados de sus casas y aún no les dejan volver hasta que estructuralmente el bloque afectado no sea controlado.

La mayoría de las personas que corren ahora de un sitio para otro son vecinos de los bloques cercanos, que fueron desalojados sobre las tres de la mañana. Todos repiten la misma palabra: impotencia. “Era horrible, horrible. Escuchabas los gritos pero no podías hacer nada. Veíamos cómo la gente tiraba cosas por las ventanas y luego saltaba. Otros utilizaban sábanas y toallas para poder salir. Te pedían ayuda, pero tú no podías hacer nada. Y cuando empezaron a tirar a los niños para poder salvarlos, fue lo peor. Horrible, horrible. Es una gran impotencia. No podía hacer nada por ellos, era todo fuego”, asegura otra vecina.

“¿Sabes algo de Nadia?”, pregunta otra mujer. “Lo último que me han dicho es que hablaron con ella de madrugada y se despidió. Vivía en el piso 20, no creo que lo haya conseguido”, le responde llorando una amiga. Nadia era la profesora de un colegio de al lado. Vivía con su marido, su madre y sus tres hijos. “¿Cómo voy a decir a los niños que no verán más a su profe?”.

En la comunidad, todo el mundo se conocía. “No sabes la vida de todos, pero las caras son familiares y cuando te describen ahora los que estaban viviendo allí, te entran escalofríos”, asegura un hombre de Turquía.

Mansiones lujosas y pisos de protección oficial

El barrio de North Kensington se encuentra a escasos metros de las mansiones de Notting Hill. Pertenece al exclusivo distrito de Kensignton y Chelsea, pero en Londres, precisamente para evitar guetos, las zonas más ricas están mezcladas con las más pobres y las lujosas casas de 10 millones de libras —donde viven entre otros el ex primer ministro David Cameron o George Osborne, el que fuera su ministro de Economía— convergen con altos pisos de protección oficial habitados por gente de escasos recursos. La torre Grenfell era uno de ellos.

La comunidad es una de las más multiculturales de la capital británica. Conviven tucos, somalíes, marroquíes, caribeños... “Lo hemos perdido todo, lo hemos perdido todo”, repite un hombre. “¿Qué vamos a hacer ahora?”. Las frases son desgarradoras. Y mientras, continúa saliendo humo.

Pasa una brigada de bomberos para dar relevo a sus compañeros y la gente comienza a aplaudir. Realmente emotivo. Las caras de los bomberos lo dicen todo: están completamente abatidos.

Algunos vecinos de los edificios de al lado comentan que en el bloque calcinado no había salidas de incendios suficientes. “Se gastaron mucho dinero hace años, pero solo fue un lavado de cara. Por dentro, todas las instalaciones eran muy viejas y la gente se quejaba de que había muchos problemas eléctricos”, dice uno de los vecinos.

Por su parte, una mujer asegura que esta es “la excusa que van a utilizar ahora los políticos para echarnos de aquí”. “Desde hace tiempo, quieren desmantelar esta zona. Al lado hay casas de mucho dinero. Las inmobiliarias saben que pueden ganar dinero si construyen aquí. El futuro de nuestros bloques siempre ha estado en el aire. Ahora seguro que van a decir que son inseguros y hay que movernos a otro lado, ¿qué vamos a hacer?”.

Las autoridades han confirmado 12 víctimas mortales, pero aquí están seguros de que el número será mayor. “No creo que los que vivían más allá del piso 13 pudieran salvarse. Había muchas llamas. Eran escenas de verdadero terror. Aún tengo los gritos metidos en la cabeza”.

"Predijimos que una catástrofe como esta era inevitable y solo era cuestión de tiempo". El mensaje procede del Grupo de Acción de Grenfell, que vela por los edificios de protección oficial y los servicios públicos en el barrio londinense de Kensington y Chelsea. Mientras la cifra de muertos en el incendio que devoró la torre Grenfell, una mole de 24 plantas en el oeste de la capital británica, ha aumentado a 17 mientras hay medio centenar de hospitalizados, el Gobierno anunciaba que inspeccionará edificios similares para evitar que se repita una tragedia de la que todavía se desconocen las causas.

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