Cómo la pornografía puede acabar con el islamista más radical de Indonesia

Desde su 'escondite' en Arabia Saudí, el clérigo radical indonesio Rizieq Shihab acaba de conocer que su país lo reclama como sospechoso de violar la ley contra la pornografía. Líder del grupo Frente de Defensores del Islam (FDI) y azote de la religión católica y de los musulmanes 'moderados' en sus sermones, Shihab ha sido acusado de intercambiar mensajes y fotografías de contenido sexual explícito con una mujer.

Conocido por su agresiva retórica, el imán, que desde finales de abril se encuentra en Arabia Saudí con su familia, ha ignorado en el último mes varios requerimientos para declarar ante las autoridades por violar las estrictas leyes antipornografía de Indonesia, el país con más musulmanes del mundo (202,9 millones). Se le acusa de "intercambiar pornografía" con la activista Firza Husein, esto es, imágenes en las que la mujer aparecía desnuda y conversaciones de contenido sexual.

Capturas de pantalla de sus chats y las fotografías que compartían comenzaron a circular por las redes a comienzos de este año. Poco después de que expertos en identificación confirmasen la identidad de la mujer que aparecía desnuda en las imágenes, la policía interrogó a Firza Husein, coordinadora de la fundación Solidaritas Sahabat Cendana, con conexiones con la familia del expresidente Suharto, quien gobernó el país con puño de hierro durante 32 años.

Shihab ya conoce la cárcel. Pasó siete meses en prisión en 2003 y año y medio en 2008 por incitación a la violencia y perturbar el orden público con incidentes violentos perpetrados por el Frente de Defensores del Islam. Además del posible delito por pornografía, ahora se enfrenta a varias acusaciones por difamar en sus sermones la religión católica y la ideología fundacional del Estado indonesio —denominada Pancasila y basada en cinco principios que amparan la unidad y las diferencias étnicas, culturales y religiosas del país—.

Contra el gobernador cristiano de Yakarta

Shihab fue uno de los cabecillas de las masivas protestas contra el exgobernador cristiano de Yakarta, acusado de blasfemia. Aquellas multitudinarias manifestaciones, en las que grupos islamistas radicales formaban la punta de lanza, fueron la antesala de la imputación y posterior condena a dos años de cárcel por blasfemia contra el islam de Basuki Tjahaja Purnama, más conocido como Ahok, que entró en prisión el pasado mes.

La guerra entre el clérigo Rizieq y Ahok, de etnia china y que profesa el cristianismo, marcó las elecciones a gobernador de Yakarta, aunque el enfrentamiento entre islamistas radicales y el exgobernador cristiano venía de lejos: comenzó cuando el político accedió al cargo en 2014 y se intensificó con las manifestaciones y el juicio por blasfemia. Ahok fue imputado en noviembre de 2016 por unos comentarios realizados dos meses antes en los que rechazó unas críticas de adversarios políticos basadas en el versículo 51 del Corán.

Los radicales como Rizieq utilizan a menudo el término 'kafir' (infiel) contra musulmanes moderados. Han atacado a minorías musulmanas en Indonesia

Hace una semana, el exgobernador de Yakarta anunció que renuncia a recurrir la condena de dos años de cárcel impuesta contra él. En una carta leída por su mujer, Ahok afirma: "He aprendido a aceptar esto por el bien de la nación y del país". "Creo que no es apropiado que los residentes de Yakarta sufran por los atascos que causan las manifestaciones. Creo que hay quien se aprovecha de este asunto, especialmente si hay confrontaciones con aquellos que no aprueban nuestra lucha", añade en la misiva.

El Frente de Defensores del Islam, fundado por Rizieq Shihab en 1998, tiene una considerable influencia en el panorama político de Indonesia. Es el rostro del radicalismo islámico en el país y en su currículo se incluyen protestas contra el concurso de belleza Miss Mundo —que acabó celebrándose en Bali—, la cancelación de un concierto de Lady Gaga porque sus puestas en escena son "pornográficas" o ataques contra bares que venden alcohol durante el Ramadán.

Su peligrosidad, no obstante, radica en otro aspecto: "Los clérigos radicales como Rizieq utilizan a menudo el término 'kafir' [infiel] contra musulmanes moderados cuya visión no es similar a la de estos imanes. Han atacado a minorías musulmanas en Indonesia como Ahmadiyah y Syiah", denuncia Andreas Harsono, de la organización Human Rights Watch.