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Muere Ian Brady, el asesino en serie de niños más famoso y temido de Reino Unido
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en un hospital psiquiátrico a los 79 años

Muere Ian Brady, el asesino en serie de niños más famoso y temido de Reino Unido

Junto a su novia asesinó a al menos cinco niños. Todos fueron enterrados en una pradera en Saddleworth, en Gran Manchester. Desde entonces, pasaron a ser 'Los asesinos del páramo'

Foto: El asesino en serie británico Ian Brady.
El asesino en serie británico Ian Brady.

Fue el hombre más odiado y temido de Reino Unido. Junto a su novia, Myra Hindley, Ian Brady asesinó y violó a a cinco niños británicos. Su cara de chico bueno y de no haber roto un plato encandiló a Myra, una niñera de Manchester que se enamoró de él en una fiesta de Navidad en 1961.

Por aquel entonces, Brady tenía 23 años y ya era conocido por la Policía por torturar hasta la muerte a animales. También lo intentó con varias personas, de las que antes abusaba sexualmente. Sin padre y criado por una familia adoptiva, su adolescencia fue muy complicada al sentirse abandonado por su madre. Entraba y salía de reformatorios y fue el mejor apoyo para Myra, una joven católica y brillante estudiante que cambió radicalmente cuando su mejor amigo murió con tan solo 15 años. A partir de ahí, se convirtió en alguien débil y fácil de influenciar. Y fue en ese momento personal cuando conoció a Ian Brady.

Ella era cómplice: él les violaba y mataba

Obsesionado con el sexo y la ideología nazi, Ian Brady quería más. No se conformaba con practicarlo, sino que dio un paso más y se obsesionó con el sadomasoquismo, hasta el punto de que Myra se convirtió en su rehén sexual. Pero no conforme con ello, el 12 de junio de 1963 todo cambió. Siguiendo las órdenes de Brady, Myra buscó por la zona una chica para satisfacer los deseos de su pareja. Su nombre era Pauline Reade, de 16 años, a la que convenció para que le acompañara hasta una pradera en Saddleworth, en Gran Manchester. Brady les seguía en moto, para no perderlas de vista. Una vez allí, violó, mató y luego enterró el cuerpo de Pauline. Myra se convirtió en cómplice del primer asesinato de Ian Brady.

Cuatro meses después volvió a matar. En esta ocasión la víctima fue un niño de 12 años, John Kilbride. Y Myra, de nuevo fue cómplice. Le buscó, le convenció y le llevó a la misma pradera, donde les esperaba Ian Brady. Allí le violó en repetidas ocasiones. Sin embargo, un error lo precipitó todo ya que el arma que iba a utilizar para matarle no funcionó, así que optó por estrangularle. Era el 23 de noviembre de 1963.

Desde este segundo asesinato, todas las alarmas se activaron en la zona. Sus siguientes planes tuvieron que esperar hasta el 16 de junio de 1964, cuando Ian Brady cometió su tercer asesinato. En esta ocasión la víctima, Keith Bennett, de 12 años, fue engañado por ambos y llevado de nuevo a la ya famosa pradera, donde fue violado, asesinado y enterrado. Aunque ambos confesaron el crimen y señalaron la zona de enterramiento, su cuerpo nunca se encontró.

Tras dos niños, Brady optó en el cuarto crimen por una niña y por su víctima más joven: tenía tan solo 10 años. Lesley Ann Downey fue secuestrada por la pareja en un parque de atracciones. Pero este asesinato fue distinto a los anteriores. Brady y Myra se recrearon y crearon una especie de ritual. Le quitaron la ropa y fue fotografiada desnuda desde distintos ángulos. Después, Myra grabó los gritos de la niña mientras era violada. Tras asesinarla, no fue enterrada el mismo día de su muerte, sino al día siguiente en esa misma pradera de Saddleworth. Tanto las fotos como la grabación fueron guardadas en una maleta, que años después fue encontrada por la Policía.

Delatados por su cuñado: cadena perpetua

Y así lo hizo. Les ayudó a cargar con el cadáver de Edward Evans pero al terminar se marchó prometiéndoles volver. Lo que no sabían ni Ian ni Myra es que Smith iba a acudir a la Policía a delatarles. Detenidos y acusados de asesinato, ninguno intentó huir.

El 21 de abril de 1966 tuvo lugar el juicio, del que estuvo pendiente todo Reino Unido. Ambos se enfrentaban a la pena máxima, la cadena perpetua, ya que dos meses antes de su detención se suprimió la pena de muerte en el país. El 6 de mayo fueron condenados a permanecer el resto de sus vidas en prisión. Durante el juicio se escucharon las grabaciones de los gritos de Lesley Ann Downey pidiendo clemencia y se visionaron las fotografías de su cuerpo desnudo y maniatado mientras Brady la violaba. También el nombre de John Kilbride escrito en un cuaderno y una fotografía de Myra sobre su tumba les delataron. Ian no confesó ser el autor de algunos crímenes hasta 20 años después, cuando admitió ser el asesino de Pauline Reade y Keith Bennet.

Un enfermo mental que intentó morir de hambre

Durante su estancia en prisión, Myra culpó a Ian Brady de todo y dijo que había estado sometida durante años. En 1998 solicitó la libertad condicional, que le fue denegada en varias ocasiones. Dos años después, un ataque al corazón acabó con la vida de la mujer más odiada del país.Nadie reclamó su cuerpo y fue enterrada en una fosa común.

La agonía de Brady fue más larga. Tras pasar 19 años en prisión, en 1985 fue declarado enfermo mental y enviado a un hospital psiquiátrico de máxima seguridad. Intentó acabar con su vida en varias ocasiones y pasó 17 años en huelga de hambre. Ante esto, el juez obligó a los médicos a alimentarle a través de una sonda gástrica para mantenerle con vida. El 15 de mayo de 2017 apareció muerto en su celda a los 79 años.

Fue el hombre más odiado y temido de Reino Unido. Junto a su novia, Myra Hindley, Ian Brady asesinó y violó a a cinco niños británicos. Su cara de chico bueno y de no haber roto un plato encandiló a Myra, una niñera de Manchester que se enamoró de él en una fiesta de Navidad en 1961.

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