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El autor del atentado en San Petersburgo podría ser un joven de Kirguistán
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el terrorismo vuelve a golpear rusia

El autor del atentado en San Petersburgo podría ser un joven de Kirguistán

Se busca a dos sospechosos. Uno de ellos es un ciudadano de Kirguistán nacionalizado ruso: Akbarjon Yalilov. Los muertos ascienden a 14. Hay medio centenar de heridos

La pista de Asia Central se abre paso en relación al atentado en la red de metro de San Petersburgo. Al menos 14 personas murieron y medio centenar resultaron heridas cuando un artefacto casero, escondido en una maleta que fue abandonada en el tercer vagón de uno de los trenes, explotó ayer entre las estaciones de Sennaya Ploshchad y Tekhnologichesky Institut, dos de las más concurridas de la segunda ciudad de Rusia. Los servicios secretos de Kirguistán aseguran que el supuesto autor del ataque -cuya imagen fue difundida ayer- sería un joven de la república centroasiática y nacionalizado ruso, de 22 años y que responde al nombre de Akbarzhon Djaliliv. Medios rusos señalan que está relacionado con el islamismo radical.

Anteriormente, el servicio de seguridad de Kazajistán informó también de que estaba trabajando activamente con el FSB ruso para localizar a los culpables del atentado. Poco después, el vicedirector de este servicio, Nurgali Bilisbekov, desmintió que el terrorista fuera el kazajo Maxim Arishev, nacido en 1996. "Esta información no se corresponde con la realidad", dijo.

Una segunda bomba

Horas después del ataque, artificieros desactivaron un segundo artefacto explosivo —una bomba casera, según el Comité Nacional Antiterrorista (CNA)— colocado en un extintor en la estación de Ploshchad Vosstania, donde se encuentra la principal estación de ferrocarril de San Petersburgo. Tenía la potencia de un kilogramo de trilita, varias veces superior a la bomba que explotó. Las primeras imágenes del interior del metro mostraron una carnicería: vagones con las puertas reventadas y cuerpos cubiertos de sangre repartidos por el andén.

Primeras imágenes del interior de la estación

Las autoridades han emitido una orden de busca y captura de dos personas por su posible participación en el atentado. Las cámaras de seguridad captaron la imagen de uno de lo supuestos terroristas, un hombre de mediana edad con barba y un gorro negro que, según medios rusos, entró en la estación de Petrogradskaya 20 minutos antes de la explosión.

“Dos personas son sospechosas de haber planeado las explosiones; creemos que una de ellas colocó el artefacto explosivo en el vagón de metro y la segunda dejó una bomba en la estación Ploshchad Vosstania”, señaló una fuente de los cuerpos de seguridad a la agencia Interfax.

Aunque por el momento el CNA no descarta ninguna versión, la Fiscalía General incoó un caso penal por terrorismo después de que el presidente Vladimir Putin, que ayer se encontraba en San Petersburgo, asegurase en público que la principal hipótesis era un atentado terrorista. No pocos políticos rusos afirmaron ayer que el hecho de que el ataque coincidiese con la visita de Putin a su ciudad natal no fue casual. “El lugar y el momento de la explosión no fueron elegidos al azar. En la ciudad se encontraba el presidente, se celebra un foro de medios de comunicación y hay muchos periodistas”, declaró el jefe del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Víctor Órezov.

La bomba, cargada con metralla, provocó que las autoridades reforzasen la seguridad en el aeropuerto de Púlkovo y en el resto de la red de transportes de San Petersburgo. También en escuelas, guarderías y los lugares más concurridos. Sucedió lo mismo en Moscú, en cuyo metro dos 'viudas negras' de origen checheno se inmolaron en 2010 matando a más de 30 personas.

Un país en la diana del terrorismo

El mundo se mostró conmocionado ante el atentado en el metro de la antigua capital de los zares. La ONU, la Unión Europea, el Gobierno de EEUU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, los líderes de estados latinoamericanos y varios países árabes enviaron sus condolencias al Kremlin y a las familias de las víctimas. "Terrible. Una cosa terrible. [Está] pasando en todo el mundo", declaró a la prensa Donald Trump, al inicio de un almuerzo a puerta cerrada con el líder egipcio, Abdelfatah al Sisi, en la Casa Blanca. Mientras, Francia, golpeada por el terrorismo yihadista los dos últimos años, reforzó con 140 efectivos las estaciones de tren, de cercanías y de metro.

Pánico en las calles de San Petersburgo tras la explosión

Los atentados terroristas no son ninguna novedad en Rusia. Durante el mandato de Putin, la red de metro de Moscú ha sido atacada en dos ocasiones por grupos islamistas radicales originarios del Cáucaso. Una explosión mató a 41 personas en 2004. Otro suicida atacó el aeropuerto Domodedovo de Moscú en 2011.

El Estado Islámico ha puesto en su diana a Rusia, siempre muy presente en la propaganda de la organización terrorista, por su intervención en Siria a favor del régimen de Bashar al Asad. A finales de 2015, la maquinaria de propaganda yihadista difundió un vídeo amenazando a los rusos con “un baño de sangre” poco después de reclamar la autoría del “atentado” contra un avión de la compañía Metrojet que dejó 224 muertos en la península de Sinaí. Miembros rusohablantes del ISIS han participado también en algunos de los más sangrientos ataques contra Turquía, incluido el atentado contra el club Reina de Estambul en Nochevieja.

Las autoridades rusas han advertido a menudo de la amenaza que representan las 9.000 personas procedentes de Rusia o del espacio de la antigua URSS que se han unido al ISIS y que podrían regresar a sus países de origen.

El maquinista “salvó vidas”

Pese a que la explosión se produjo entre dos estaciones, el maquinista decidió no detener el convoy hasta llegar a la parada, lo que permitió una rápida evacuación y salvar vidas, según los investigadores. “Actuó sensatamente en una situación complicada. Esto permitió comenzar la evacuación inmediatamente y ayudar a los heridos", dijo la portavoz del Comité de Instrucción, Svetlana Petrenko. Entre 25 y 32 heridos fueron trasladados a hospitales, de los cuales seis se encuentran en estado grave.

La pista de Asia Central se abre paso en relación al atentado en la red de metro de San Petersburgo. Al menos 14 personas murieron y medio centenar resultaron heridas cuando un artefacto casero, escondido en una maleta que fue abandonada en el tercer vagón de uno de los trenes, explotó ayer entre las estaciones de Sennaya Ploshchad y Tekhnologichesky Institut, dos de las más concurridas de la segunda ciudad de Rusia. Los servicios secretos de Kirguistán aseguran que el supuesto autor del ataque -cuya imagen fue difundida ayer- sería un joven de la república centroasiática y nacionalizado ruso, de 22 años y que responde al nombre de Akbarzhon Djaliliv. Medios rusos señalan que está relacionado con el islamismo radical.

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