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La esperanza comercial de la Unión Europea
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ANTE el proteccionismo estadounidense

La esperanza comercial de la Unión Europea

Bruselas busca cerrar un acuerdo de libre comercio este año con Tokio ante el proteccionismo de EEUU. Las negociaciones "están en una etapa decisiva", pero quedan flecos por atar

Foto: El primer ministro japonés Shinzo Abe se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (R), y el presidente del Consejo de la UE,Donald Tusk, ayer en la sede de la UE en Bruselas, Bélgica. (Reuters)
El primer ministro japonés Shinzo Abe se reunió con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (R), y el presidente del Consejo de la UE,Donald Tusk, ayer en la sede de la UE en Bruselas, Bélgica. (Reuters)

El pasado fin de semana, la ciudad termal de Baden Baden fue testigo de una situación insólita. La delegación estadounidense exigió hacer desaparecer una frase del texto de conclusiones del G20: “Resistir a todas las formas de proteccionismo”. Y lo logró, pese a la fuerte resistencia de Francia y, quién lo hubiera dicho hace no tanto, China. Lo que puede parecer una anécdota es en realidad una declaración de intenciones. Con la llegada de Donald Trump al poder, Estados Unidos se retira de la primera línea de defensa del libre comercio. El TTIP se queda en barbecho. Y la Unión Europea ha comprendido que tiene que actuar.

La visita este martes del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a Bruselas es un paso más en esa dirección. El objetivo: impulsar las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio y el acuerdo de asociación estratégica que ambas partes negocian en paralelo. La UE y Japón se encuentran entre las cuatro mayores economías del mundo -juntas suman un tercio del PIB mundial-, por lo que la apertura recíprocas de mercados podría suponer un importante impulso para ambas economías. Pero el acuerdo va más allá de los números, ya que supone también apostar por una filosofía, la del librecambismo, en un momento en el que crecen las llamadas al proteccionismo. “Creemos que este acuerdo es necesario, necesario porque creemos en un comercio libre, justo y basado en reglas. Y vamos a seguir mirando hacia fuera, hacia el mundo, en lugar de regresar al aislacionismo”, ha asegurado el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en presencia de Abe.

Objetivo: cerrar el acuerdo en 2017

El encuentro entre el jefe de la institución que tiene el poder de negociar los acuerdos de comercio internacional en la UE y el primer ministro nipón ha permitido marcar a los negociadores de ambas partes la línea política que deben seguir. El objetivo es cerrar ambos acuerdo “muy pronto”, en palabras del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también presente. “Nuestras negociaciones con Japón están ahora en una etapa decisiva y, esperemos que también final”, ha dicho por su parte Juncker.

No obstante, aún quedan flecos por atar. “Y como sucede a menudo en las negociaciones, estas últimas cuestiones son las más difíciles de resolver”, según Juncker. Se trata de temas tan delicados como la exigencia de Tokio de eliminar aranceles sobre los automóviles y componentes nipones, mientras Bruselas exige que se abran las licitaciones de obras públicas a empresas europeas y se rebajen las tarifas sobre los productos agrícolas en un país donde la protección del arroz es casi una tradición. No obstante, el presidente de la CE mostró su confianza en que las negociaciones comerciales den sus frutos antes de finales de año.

Foto: Caídas en la bolsa de Tokio, arrastrada por el proteccionismo decretado por el presidente Trump, el pasado 24 de enero de 2017 (EFE)

De México a Singapur: otros socios

Con este acuerdo, la UE daría un paso adelante en Asia, en un momento en el que la la retirada anunciada por Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP) ha dejado un importante vacío. Y la UE ya ha sellado pactos comerciales con tres de los socios del TTP, Canadá, Vietnam y Singapur -que se mantienen pendientes en diferentes etapas de su aprobación final- y mantiene negociaciones con otro miembro, México, para actualizar su acuerdo de asociación económica, concertación política y cooperación.

Tanto en el caso mexicano, como en el de las negociaciones con el bloque Mercosur, hay una “ventana de oportunidad” para la UE, según el ministro español de Economía, Luis de Guindos. El titular español, que este martes se encontraba también en Bruselas, asegura que ha comentado con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, la necesidad de impulsar estas relaciones. “Se está produciendo un vacío, y Europa tiene muchísimo que decir”, asegura De Guindos. Por el momento, están previstas nuevas rondas de negociaciones, este mismo mes en Argentina en el caso de Mercosur y en abril en México.

China

Japón no es el único socio asiático que los europeos se plantean cortejar. El proteccionismo estadounidense también amenaza con empujar a China, la segunda mayor potencia económica, a buscar nuevos mercados para sus productos. Y pese a las disputas que mantienen Bruselas y China a cuenta del dumping en sectores como la siderurgia o las renovables, el gigante asiático “es definitivamente un socio en el que hay que confiar, pero sin ser naíf” explica a El Confidencial Guntram Wolff, director del ThinkTank económico Bruegel. A la hora de negociar con Pekín, es necesario que se resuelvan primero cuestiones como la participación estatal en empresas chinas que las ponen en una situación ventajosa -con un mejor acceso a financiación, por ejemplo- a la hora de competir con las compañías europeas. Pero la actitud de China está cambiando, lentamente pero de manera constante, en los últimos años y puede convertirse en un aliado clave para los europeos, incluso en campos tan insospechados como la lucha contra el cambio climático.

Pero en cualquier caso, para abrir unas negociaciones comerciales con China la UE tendría que lograr primero cerrar el acuerdo de inversión que negocia desde 2013 con Pekin. Y lograr que éste incluya unos “estándares regulatorios elevados”, tal y como recalca Wolff, lo que sentaría un buen precedente.

El pasado fin de semana, la ciudad termal de Baden Baden fue testigo de una situación insólita. La delegación estadounidense exigió hacer desaparecer una frase del texto de conclusiones del G20: “Resistir a todas las formas de proteccionismo”. Y lo logró, pese a la fuerte resistencia de Francia y, quién lo hubiera dicho hace no tanto, China. Lo que puede parecer una anécdota es en realidad una declaración de intenciones. Con la llegada de Donald Trump al poder, Estados Unidos se retira de la primera línea de defensa del libre comercio. El TTIP se queda en barbecho. Y la Unión Europea ha comprendido que tiene que actuar.

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