EEUU ya no es una democracia plena, según el ranking de 'The Economist'
La Unidad de Inteligencia Económica del prestigioso semanario británico considera que la pérdida de confianza en las instituciones justifica que pase a ser considerada una "democracia con problemas"
La calidad del sistema político estadounidense acaba de sufrir un serio deterioro, hasta el punto de que el país ya no puede considerarse una democracia plena. Al menos eso es lo que asegura la Unidad de Inteligencia Económica de 'The Economist', que publica un Índice Anual de Democracia (que puede consultarse aquí) en el que este año EEUU ha descendido de categoría.
“Según el Índice de Democracia 2016, casi la mitad de los países del mundo pueden ser considerados democracias de algún tipo, pero el número de 'democracias plenas' ha descendido de 20 en 2015 a 19 en 2016. Los EEUU han sido degradados desde una 'democracia plena' a una 'democracia con problemas' debido a una creciente erosión de la confianza en el Gobierno y en los funcionarios electos aquí”, se lee en la introducción al documento. Los autores del informe definen a las 'democracias con problemas' como aquellos países que tienen elecciones libres pero también “una gobernanza débil, una cultura política subdesarrollada y bajos niveles de participación política”.
La culpa de la caída no es solo de Donald Trump. Según datos del Pew Research Center, el país viene experimentando un descenso pronunciado de la confianza pública en las autoridades gubernamentales, que ha sido constante excepto en varios períodos: el apogeo de la Administración Reagan, y un breve pico durante el Gobierno de George Bush padre, a lo que siguió un verdadero desplome. Los años de Bill Clinton en la Casa Blanca se vieron recompensados con una curva de crecimiento, que alcanzó su cénit en los primeros años de Bush hijo. Con Obama, la gráfica llegó a mínimos históricos. En suma, la confianza en el Gobierno ha pasado del 77% en 1958 al 19% en 2015.
Pero sin duda, a la debacle actual ha contribuido la campaña electoral más viciada de la historia de EEUU, en la que han abundado las mentiras, los insultos y los golpes bajos. La elección de un Presidente cuyo programa electoral se basa en medidas que, en muchos casos, son consideradas inconstitucionales por la mayoría de los expertos, amenaza con polarizar el país hasta niveles nunca vistos, y podría acabar de darle la puntilla al funcionamiento democrático normal de las instituciones.
Otros países en la lista
Y por si se lo están preguntando: sí, España está considerada una democracia plena, y se sitúa en el puesto 17 del ranking. A diferencia de Italia (puesto 21), Francia (24) o Israel (29), países todos ellos que han sufrido importantes caídas en la lista este año. Tampoco puntúan como democracias plenas -ya desde hace algún tiempo- Portugal (28), Chile (34) o Bélgica (35), por poner solo algunos ejemplos.
El informe, naturalmente, presta atención a todos estos fenómenos. “La democracia pasa por un mal momento en Occidente, en las democracias maduras de Europa occidental y en los EEUU, que ya no son ejemplos obvios para aquellos que anhelan la democracia en el mundo no democrático”, señalan sus autores.
“Los populistas están canalizando la desafección de sectores de la sociedad que han perdido la fe en los grandes partidos. Están llenando un vacío y movilizando a la gente basándose en un mensaje populista y antielite, y también apelando al deseo de ser oídos, de ser representados, de que sus ideas sean tomadas en serio”, dice el informe en otro momento. “Los partidos y políticos populistas no son a menudo especialmente coherentes, y con frecuencia no tienen respuestas convincentes para los problemas que pretenden afrontar, pero sin embargo representan un desafío al entorno político común porque conectan con gente que cree que los partidos establecidos ya no hablan en su nombre”. No en vano, el documento se titula: “La venganza de los 'deplorables'”, en referencia al famoso comentario despectivo que Hillary Clinton hizo sobre los partidarios de Donald Trump. El año que empieza será decisivo.
La calidad del sistema político estadounidense acaba de sufrir un serio deterioro, hasta el punto de que el país ya no puede considerarse una democracia plena. Al menos eso es lo que asegura la Unidad de Inteligencia Económica de 'The Economist', que publica un Índice Anual de Democracia (que puede consultarse aquí) en el que este año EEUU ha descendido de categoría.