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El ecologista Van der Bellen vence al ultraderechista Hofer en Austria
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el Partido Liberal reconoce su derrota

El ecologista Van der Bellen vence al ultraderechista Hofer en Austria

La Unión Europea respira con alivio. Entre los bandos antagónicos -europeísta frente a ultranacionalista-, los austriacos se han decantado por el ecologista Alexander Van der Bellen

Foto: Carteles de los dos candidatos austríacos. (Reuters)
Carteles de los dos candidatos austríacos. (Reuters)

La Unión Europea respira con alivio. Entre dos bandos antagónicos -europeísta frente a ultranacionalista-, los austriacos se han decantado por el ecologista Alexander Van der Bellen. El candidato progresista ha vencido este domingo en las elecciones presidenciales de Austria a su rival Norbert Hofer, del partido ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), que con su mensaje antimigratorio y antiislamista había logrado liderar las encuestas en las últimas semanas.

Los primeros resultados, difundidos por la televisión pública ORF, otorgan un 53,6% de los votos a Van der Bellen, economista de 72 años y exportavoz de Los Verdes, frente al 46,4% para Hofer. Las estimaciones precisan que el candidato ultranacionalista obtuvo en torno a 1,9 millones de votos, frente a más de 2 millones de Van der Bellen.

El FPÖ reconoce su derrota

Este domingo, mientras los austriacos acudían a las urnas, líderes de la derecha populista de Francia, Alemania, Bélgica y Holanda -como el holandés Geert Wilders o el portavoz de Alternativa para Alemania, Christian Luth- deseaban suerte a Hofer. Sus deseos han caído en saco roto. Hofer ya ha reconocido su derrota.

"Felicito a Alexander Van der Bellen por su éxito y pido a todos los austríacos que sigan unidos y trabajen juntos. Todos somos austríaco, no importa cómo hayamos decidido en las urnas. Os doy las gracias, me habéis apoyado de forma maravillosa y estoy infinitamente triste de que no haya funcionado esta vez. Me hubiese encantado cuidar de nuestra Austria", escribió Hofer, quien ha prometido que se presentará a las presidenciales en 2022, en un mensaje en su Facebook. "Que viva nuestra patria, Austria", añadió.

"Hofer ha rendido de forma inhumana, no fue una situación fácil, ya que fue uno contra todos. Esto no es el final de la historia. El sistema ha logrado una última vez frenar el cambio", dijo por su parte Herbert Kickl, jefe de la campaña de Hofer, quien también vaticinó que "el Gobierno (formado por socialdemócratas y democristianos) no va a aguantar mucho más". "Mi objetivo es aportar lo mío para (lograr) un buen resultado del FPÖ" en las próximas elecciones, en las que pretende presentarse como segundo en la lista de su formación, tras su líder, Heinz-Christian Strache.

La situación del Ejecutivo en Viena es precaria. La política de puertas abiertas ante la crisis de los refugiados se llevó el pasado mayo por delante al entonces canciller, el socialdemócrata Werner Faymann. Su sucesor, Christian Kern, se encuentra en una situación de debilidad pese a haber endurecido la política de asilo. Sabe que deberá convocar elecciones anticipadas, previsiblemente el año que viene, para consolidar su posición. Imagen de archivo del candidato verde Alexander Van der Bellen. (EFE)

Por su parte, la jefa de Los Verdes, Eva Glawischnig, -del partido que Van der Bellen dirigió durante años- habló de un "día histórico" tras conocer los resultados. En todas las circunscripciones escrutadas, el candidato ecologista aumentó su porcentaje de voto con respecto al registrado en las elecciones del 22 de mayo pasado, invalidadas por la Justicia. Las presidenciales austríacas tuvieron que ser repetidas hoy después de que Hofer y el Partido Liberal impugnaran en mayo pasado los comicios, que ganó Van der Bellen por una diferencia mínima: solo 31.000 votos. El Tribunal Constitucional austríaco invalidó dichas elecciones y ordenó una repetición por haber registrado irregularidades formales en el recuento del voto por correo.

Un intelectual con Fischer como modelo

Antiguo decano de la Facultad de Ciencia Económicas de Viena, el nuevo jefe del Estado de Austria siempre ha tenido una buena valoración entre el electorado por su honestidad. Padre de dos hijos y casado desde este año en segundas nupcias, Van der Bellen, que entró en política a los 50 años, no encaja del todo dentro de los estereotipos de un ecologista clásico. Nunca se le ha visto andar en bicicleta, ha declarado su amor por los coches de gran cilindrada y hasta hoy sigue siendo un fumador empedernido.

Europeísta convencido y antiguo militante socialista, Van der Bellen habla de Heinz Fischer, presidente austríaco hasta julio de este año, como de su modelo a seguir por tratarse de un jefe de Estado que representa dignamente al país en el extranjero y que internamente media, de forma discreta pero firme, entre las fuerzas políticas de un país profundamente polarizado, como demuestran los resultados de mayo.

Al igual que Hofer ha explotado la crisis de los refugiados y el temor a la islamización del país, Van der Bellen convirtió en uno de sus principales argumentos la advertencia de que su rival impulsaría un referéndum sobre la permanencia en la UE

Var de Bellen ha superado así la ola populista que parecía apuntalar el mensaje contrario a la Unión Europea y la globalización de Hofer, tras el triunfo del Brexit y la victoria de Donald Trump en EEUU. Una ola que obligó a Van der Bellen a presentarse no solo como un progresista experimentado, sino también como un patriota, con fuertes raíces en su Tirol natal.

Al igual que Hofer ha explotado en campaña la crisis de los refugiados -"Austria y los austríacos primero", fue uno de sus lemas- y el temor a la supuesta islamización del país, Van der Bellen convirtió en uno de sus principales argumentos la advertencia de que su rival impulsaría un referéndum sobre la permanencia en la UE. Tras conocerse el resultado electoral, el líder del FPÖ ha cargado contra "el sistema" por su "masiva campaña del miedo" en contra del candidato ultranacionalista. "El miedo a Hofer, quien era el candidato del cambio, tuvo su resultado (...) No puede ser que un 46 o 47 por ciento de la población esté relacionada con el régimen criminal (los nazis). Esto tiene que acabar", dijo Heinz-Christian Strache sobre el supuesto extremismo de su partido, que surgió de la efímera Federación de Independientes, creada tras la Segunda Guerra Mundial por antiguos nazis que habían perdido su derecho al voto en 1956.

Van der Bellen insistió durante la campaña en que estas elecciones no se decidía únicamente qué persona ocuparía la presidencia del Estado, un cargo eminentemente protocolario, sino el futuro rumbo de Austria: integrada en la UE o donde se levanten de nuevo fronteras. El ya presidente electo austríaco también ha entrado durante la campaña en algunas de las que serán sus competencias. Promete, por ejemplo, que no ratificará con su firma el TTIP, el futuro acuerdo de libre comercio que aún negocian Estados Unidos y la UE y que con la victoria de Trump se ha quedado en punto muerto, incluso aunque sea aprobado en el Parlamento austríaco.

La Unión Europea respira con alivio. Entre dos bandos antagónicos -europeísta frente a ultranacionalista-, los austriacos se han decantado por el ecologista Alexander Van der Bellen. El candidato progresista ha vencido este domingo en las elecciones presidenciales de Austria a su rival Norbert Hofer, del partido ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), que con su mensaje antimigratorio y antiislamista había logrado liderar las encuestas en las últimas semanas.

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