La justicia británica permite a una niña de 14 años ser crionizada tras morir de cáncer

Una joven de 14 años ha conseguido en los tribunales que después de morir su cuerpo sea preservado mediante el método de la crionización a la espera de que los investigadores encuentren una cura para su enfermedad. La niña, de la que no has trascendido su identidad, padecía desde hacía tiempo un tipo raro de cáncer y antes de fallecer el pasado octubre comunicó a sus padres -que están divorciados- este deseo. "No quiero ser enterrada bajo tierra. Quiero vivir más tiempo y creo que en el futuro encontrarán una cura para mi cáncer", escribió en su alegato a los jueces antes de morir.

Según publican varios medios británicos, cuando los médicos le comunicaron que no había curación y que su final estaba cerca, la menor buscó en internet qué era la criogenización. Fue en ese momento cuando propuso a sus padres esta opción, siendo solo su madre la que la apoyó en esta decisión. "Creo que ser criogenizada me dará la oportunidad de ser curada y despertar, aunque sea dentro de cientos de años", explicó ella. Desde este momento, la batalla legal comenzó aunque no por dar luz verde a la decisión de la menor sino para dar una solución al desencuentro de sus progenitores ya que el padre -con el que no tenía contacto desde hace seis años- paralizó el procedimiento de criogenización de su hija.

Crionizada en EEUU por 43.000 euros

Por ello, el juez Peter Jackson, encargado del caso, decidió acudir en varias ocasiones al hospital en el que la menor estaba siendo tratada. Tras las visitas decidió cumplir con sus deseos, lo que hizo que el padre de la joven cambiara de parecer a pesar de ser escéptico con la idea de que su hija pueda volver a la vida. "Estuve en contra porque, aunque la traigan de nuevo a la vida en 200 años o los que sean, no recordará nada y no tendrá ningún familiar", ha explicado, lamentando que en un futuro "mi hija de solo 14 años estará sola en Estados Unidos".

Es precisamente allí donde el cuerpo de la menor será traladado próximamente después de que antes de fallecer prepararan su cuerpo para la criogenización. En concreto en el Alcor Life Extension Foundation, una compañía sin ánimo de lucro situada en Arizona que llevó a cabo su primera criopreservación humana en 1976. Este procedimiento podría haber costado a la familia cerca de 43.000 euros.

"No quiero morir. Pido que me den la oportunidad"

Antes de que el alto tribunal de Reino Unido permitira la crionización, la menor escribió una carta en la que explicaba el motivo de su deseo. "Se me ha pedido que explique por qué quiero hacer esta cosa tan inusual. Tengo solo 14 años y no quiero morir, pero sé que voy a hacerlo. Pido que me den esta oportunidad porque es mi deseo", relató apelando a la posibilidad de que en el futuro haya una cura para su enfermedad.

La joven falleció en octubre sabiendo que su cuerpo sería preservado aunque el juez ha confirmado a 'The Guardian' que hubo problemas con el procedimiento de crionización el día de su muerte, ya que personal del centro hospitalario denunció que durante la preparación de su cuerpo este había sido manipulado.

Metheryn, la más joven en ser crionizada

El caso de esta joven no es, en absoluto, el primer caso de crionización en el mundo. Uno de los más polémicos ocurrió a principios de 2015 cuando una niña tailandesa de solo dos años, Matheryn Noavaratpong, falleció de un tumor cerebral. Tras varias operaciones quirúrquicas y una calidad de vida prácticamente nula, sus padres -ambos médicos- decidieron quitarle el soporte vital. Ante de dar este paso, se pusieron en contacto con Alcor Life Fundation.

Una vez aceptada como paciente, el cerebro de Matheryn fue extraído y conservado al vacío en un contenedor de acero inoxidable lleno de nitrógeno líquido en Arizona (Estados Unidos). Su cuerpo se llevó a un criorefrigerador donde permanece a bajísima temperatura a la espera de que se encuentre una cura para su cáncer y un sistema que permita regenerar su organismo. De esta manera, esta niña tailandesa se ha convertido en la persona más joven en ser crionizada.