Cuba: ¿Peligra el acercamiento con EEUU? Así se ven las elecciones desde la isla
Ninguno de los candidatos estadounidenses despierta entusiasmo entre los cubanos: Clinton representa continuidad en un proceso con pocos avances, y Trump podría hacerlo descarrilar del todo
“Qué fula [malo] si sale Donald Trump, ¿no? ¡Ese hombre está loco!”, dice una mujer en una clínica dental. “La Clinton tampoco es que sea una maravilla. Gane quien gane estamos 'embarcaos'”, comenta un joven con sus amigos. Conversaciones escuchadas al azar por este reportero en la calle cubana, comentarios de 'Radio Bemba' -como se denomina en Cuba al cotilleo vecinal- que representan climas de opinión generalizados en la isla antillana. Muchos cubanos sienten interés porlas elecciones que se celebran este martes en Estados Unidos, y al observador externo le sorprende un poco que, con algunas excepciones, la cobertura sea tan escasa en los medios nacionales.
Una de esas excepciones es el certero espacio “La esquina”, del periodista y analista Reinaldo Taladrid, dentro de “Mesa Redonda”, el que, dicen, es el programa favorito de Fidel Castro. “Desde 2008 se ha empezado a dar una cobertura más completa, más objetiva y analítica. Se habla de todo lo que tenga que ver con nosotros en esos procesos. Todo lo relativo a Cuba en el proceso electoral yo lo pongo en pantalla, tanto lo positivo como lo negativo”, dice Taladrid. “La gente ha entendido que, para bien o para mal, lo que suceda allí va a tener relación con sus vidas: los viajes, las remesas familiares, las inversiones, la diplomacia…”, explica a El Confidencial.
“Se esperaría que quienquiera que sea el próximo Presidente de EEUU actúe en correspondencia con el sentir de la inmensa mayoría de la opinión pública de EEUU, que por amplísimo margen apoya el curso actual de la política hacia Cuba”, declaró en julio Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos en la Cancillería [ministerio de Exteriores] de Cuba y máxima responsable de las negociaciones con Washington, en una entrevista con el diario oficialista 'Granma'. Las expectativas cubanas, pues, son que gane quien gane, el proceso de acercamiento iniciado por Barack Obama continúe. Algo que, sin embargo, está lejos de estar garantizado.
"Un año después del restablecimiento de relaciones diplomáticas formales, las relaciones entre Washington y La Habana se han movido muy rápido, mucho más rápido del ritmo normal de cambio diplomático", sostiene William LeoGrande, especialista en América Latina de la American University en Washington. No obstante, "el ritmo del cambio puede ralentizarse de algún modo, porque el nuevo presidente tendrá sus propias prioridades", explica en una entrevista con la agencia AFP. Algo especialmente cierto en el caso de Trump.
The people of Cuba have struggled too long. Will reverse Obama's Executive Orders and concessions towards Cuba until freedoms are restored.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 12 de octubre de 2016
“A Cuba siempre le va a convenir una Administración Demócrata, porque ahí es donde han venido siempre los cambios. Así fue con Jimmy Carter, y con Bill Clinton no lo fue del todo porque no lo permitió la coyuntura histórica. La Administración Bush fue la peor, la que ha tenido un enfrentamiento más frontal”, opina Enrique Torres, periodista de la radio de Santa Clara. “Creo que a Cuba le convendría Clinton, pero Trump es un hombre de negocios y sabe que aquí podría haber un filón. Hay que ver si le interesa mantener el apoyo del núcleo de Miami”, dice, en referencia a los representantes de la comunidad cubanoamericana, rabiosamente anticastristas y contrarios a cualquier gesto conciliador hacia el régimen cubano.
El Rubicón ya se ha cruzado
¿Representaría una victoria de Clinton la continuidad en la apertura iniciada por el actual presidente demócrata a finales de 2013? “Obama cruzó el Rubicón, hizo lo que nadie se había atrevido a hacer hasta entonces. Creo que si de él dependiera personalmente, eliminaría totalmente el embargo, porque lo ha dicho. Pero al contrario a lo que se piensa, un presidente estadounidense no tiene poder absoluto. A veces no puede hacer que se apruebe un ley, aunque sin duda podría hacer más de manera ejecutiva”, indica Taladrid. “Él dijo al principio, en 2008, que iba a tender la mano a los adversarios. Hay quien dice que cuando ya no se jugaba nada porque terminaba su segundo mandato y vio que el gobierno de EEUU se había vuelto disfuncional, se decidió a actuar de forma ejecutiva. Quizá el caso de Cuba es un ejemplo de eso”.
En teoría, un triunfo demócrata supondría el mantenimiento de las políticas de acercamiento promovidas por el partido. La página oficial de Clinton incluye un resumen del “expediente del apoyo de Hillary al pueblo cubano”, en la que se reseñan las diferentes iniciativas tomadas por la ex Secretaria de Estado para facilitar la apertura hacia la isla. “El embargo tiene que acabar de una vez”, dijo en 2015. Sin embargo, en esta campaña no ha dudado en declarar que “exigirá más” al gobierno cubano en el proceso.
En opinión de Taladrid, Clinton sí proseguiría con las políticas iniciadas por Obama. “Es cierto que ha dicho que será más dura que él, pero en una campaña electoral estadounidense se puede decir una cosa en una ciudad y otra diferente en otro estado, y luego en el gobierno hacer otra. Sería un error creer que los políticos son esclavos de lo que se diga en campaña, donde se habla en distintos auditorios y a cada uno se le dice lo que quiere oír”, cree este analista. “Sin embargo, las encuestas dicen que el 63% de los cubanoamericanos del condado de Miami-Wade están a favor del final del embargo y de la libertad de viajar a Cuba. Casi un 70% apoya lo que ha hecho Obama. El problema está en que ese cambio generacional y de opinión no se refleja todavía en los medios de Miami, sea en español o en inglés, ni en los programas de los políticos electos. El único político que se ha expresado de forma diferente ha sido Patrick Murphy, el rival de Marco Rubio en la candidatura al Senado, que se pronunció a favor de las acciones de Obama. Es la primera vez que eso ocurre. Pero el resto de candidatos tienen el mismo discurso que hace 50 años”.
“Con Trump nunca se sabe. Al parecer, para él lo más importante es llegar al poder como sea. Durante la campaña ha cambiado de postura sobre 11 temas diferentes, y también sobre Cuba”, comenta Taladrid. “Primero dijo que estaba de acuerdo con lo que había hecho Obama, aunque él buscaría un mejor acuerdo. Después, cuando su candidatura se volvió competitiva en Florida, cambió y asumió la misma retórica de 'guerra fría' de hace medio siglo”.
Es en esta última postura en la que parece finalmente enrocado el candidato republicano, en el punto de mira, además, después de que una investigación de 'Newsweek' revelase que una compañía del magnate violó el embargo a Cuba en 1998. Para compensar estos reveses, a finales de este octubre Trump realizó una visita en la Pequeña Habana de Miami a miembros de la llamada Brigada 2506, una organización anticastrista que participó en la invasión de Bahía de Cochinos, donde prometió endurecer el trato de EEUU hacia Cuba. “Los Estados Unidos no deben proteger al régimen cubano ni económica ni políticamente como ha hecho [Barack] Obama y como planea hacerlo Hillary Clinton. Ellos no saben cómo hacer un buen acuerdo. Ella sería tan mala como él, si no peor”, aseguró el magnate.
Campo de batalla: Florida
“En las tres últimas elecciones, Cuba ha sido un tema menor, sin mucha relevancia pero que han tenido que tratar los candidatos, sobre todo cuando tratan de ganar la Florida, que es el estado pendular más importante del país. Los cubanos americanos son solamente el 6% de los electores de Florida, y solo el 3% de los hispanos en el país. Pero por otras razones, han logrado la sobrerrepresentación política más grande de la historia de EEUU, con tres senadores y cuatro representantes de la Cámara”, señala Taladrid. “Hay dos millones de personas censadas como cubanoamericanos, pero el término comprende por igual a los que salieron de Cuba hace un año que a los nacidos allí que no hablan español y jamás han pisado Cuba. Los nacidos en la isla son un millón aproximadamente. Hay quien considera que no es un término correcto porque representa a dos grupos de personas diferentes en su sociología, y en su forma de pensar y de actuar”.
En Cuba, sin embargo, destaca la sensación generalizada de decepción con la apertura estadounidense, que a la hora de la verdad no se ha materializado en una mejora significativa en la vida de los cubanos de a pie. Una de las promesas de Obama que más impacto positivo podría haber tenido en la economía de la isla, la de que se permitiría que la isla utilizase el dólar en sus transacciones internacionales, ha quedado en nada. Y aunque el presidente no puede eliminar unilateralmente el embargo a Cuba -que depende de un Congreso controlado por los republicanos, formalmente hostiles a este paso-, sí optó el pasado septiembre por renovar de forma ejecutiva la llamada “Ley de Comercio con el Enemigo”, uno de los puntales de la medida de bloqueo.
“Los estadounidenses han seguido una estrategia de 'quid pro quo', dando pasos a cambio de que el gobierno cubano haga cosas. Eso no va a llevar a ningún lado, porque el gobierno de Cuba ha dicho que son asuntos internos de los cubanos, y que Cuba no le pide nada a EEUU a cambio de nada. Por otra parte, se aprueban medidas que benefician a pequeños sectores, pero que podrían beneficiar a millones si se permitieran sin condicionamientos. El libre comercio tal y como lo definen los pensadores de derechas, sin trabas ni regulaciones ni condiciones, eso no es lo que están viendo Cuba ni los cubanos”, afirma Taladrid. “Por último, aunque se niegue, y se ha negado públicamente, el objetivo final es cambiar el sistema político y social de Cuba”, asegura.
Tal vez por ello, en estos días las autoridades cubanas han orquestado varias campañas a la vieja usanza, de claro signo antiestadounidense, denunciando la permanencia del bloqueo, el incumplimiento de las promesas de Washington, y, lo más llamativo, la existencia del programa de becas World Learning ofrecido por EEUU, dirigido a formar a jóvenes como futuros líderes favorables a la economía de libre mercado y al gran vecino del norte. En los últimos dos meses, la televisión cubana ha mostrado reiteradamente numerosas manifestaciones y protestas de representantes de la juventud cubana contra el carácter “subversivo” de dichas becas. “Estas campañas son una concesión del gobierno al núcleo duro del régimen, y también una forma de preparar a la opinión pública cubana para un colapso de las negociaciones en caso de una victoria de Trump”, opina un analista cubano independiente consultado por El Confidencial.
¿Cómo afectaría, entonces, a Cuba la victoria de un candidato u otro? “Especular es complicado”, responde Taladrid. Probablemente es imposible determinar cómo reaccionaría una Administración Trump, enfrentada a la disyuntiva de hacer concesiones al núcleo duro cubanoamericano de Miami o ceder ante las presiones de los productores estadounidenses deseosos de hacer negocios en Cuba. Con Hillary las dudas son menores, aunque una presidencia de Clinton tampoco está exenta de incógnitas: “De momento Clinton ha dicho que va a continuar [con el legado de Obama], aunque algunos expertos creen que la oposición la va a someter a tal acoso que va a tener que estar demostrando constantemente que es fuerte y dura”, comenta Taladrid. “Si gana, ojalá haga lo mejor para los pueblos de EEUU y Cuba”.
“Qué fula [malo] si sale Donald Trump, ¿no? ¡Ese hombre está loco!”, dice una mujer en una clínica dental. “La Clinton tampoco es que sea una maravilla. Gane quien gane estamos 'embarcaos'”, comenta un joven con sus amigos. Conversaciones escuchadas al azar por este reportero en la calle cubana, comentarios de 'Radio Bemba' -como se denomina en Cuba al cotilleo vecinal- que representan climas de opinión generalizados en la isla antillana. Muchos cubanos sienten interés porlas elecciones que se celebran este martes en Estados Unidos, y al observador externo le sorprende un poco que, con algunas excepciones, la cobertura sea tan escasa en los medios nacionales.
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