Omran, el niño de cinco años que ha puesto cara a los bombardeos en Siria

'A priori', no hay nada demasiado diferente a las imágenes que casi cada día llegan de las castigadas urbes sirias. Civiles cubiertos de polvo y hollín, máscaras oscuras navegadas por sangre propia o ajena, rostros traumatizados. Hombres, mujeres y niños. Muchos niños. La mayoría de ellos dejan indiferente a un público que ya acepta la tragedia siria como un hecho natural.

Pero en raras ocasiones, una de estas escenas se cuela en la conciencia colectiva, rompiendo la coraza que nos hemos construido para poder seguir viviendo. El padre que grita mientras saca a su hijo muerto de los escombros de un bombardeo en Alepo. El diminuto cuerpo rojiazul de Aylan Kurdi, varado en una playa turca. O la de este jueves: Omran Daqneesh, con la mirada perdida mientras espera recibir atención médica.

La conmovedora fotografía ha dado la vuelta al mundo: un niño de cinco años, superviviente de un ataque aéreo en Alepo, sentado en la parte de atrás de una ambulancia. Sus cuatro hermanos, nos dicen, también resultaron heridos. En el vídeo, más explícito, se ve cómo los equipos de rescate le sacan de los escombros y le llevan al vehículo, donde el pequeño trata de limpiarse la frente, solo para descubrir que la tiene llena de sangre.

Omran ha sobrevivido. Otros muchos cientos, afectados por los bombardeos de las últimas semanas, no lo han hecho: tras la reciente ofensiva rebelde que ha permitido romper el cerco del régimen, Siria y su aliado ruso han intensificado los ataques aéreos contra las zonas controladas por los insurgentes en la segunda ciudad del país. Según algunas fuentes, en torno a medio millón de personas han muerto desde el inicio del conflicto. Y uno de cada 10 sirios ha fallecido o resultado herido.

Lo peor es que solo nos acordamos de ellos una vez al año, cuando una de las víctimas consigue encarnar todo ese horror.