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Hillary señala a Rusia y explota el 'romance' entre Trump y Putin
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hillary denuncia 'injerencia rusa en campaña'

Hillary señala a Rusia y explota el 'romance' entre Trump y Putin

En EEUU nadie podía imaginar hace 20 años que el principal amigo de Moscú en la política norteamericana sería un candidato republicano

Foto: Una mujer pasa frente a un graffiti en Vilnius (Reuters)
Una mujer pasa frente a un graffiti en Vilnius (Reuters)

En EEUU nadie podía imaginar hace 20 años que el principal amigo de Moscú en la política norteamericana sería un candidato republicano. Donald Trump tiene más en común con Vladimir Putin de lo que a algunos republicanos les gustaría: tiene un enfoque conservador de la política y una visible desconfianza sobre la globalización y los beneficios del liberalismo.

Trump rechaza las guerras que el gobierno de EEUU ha llevado a cabo en el extranjero y concibe una Norteamérica más encerrada en sí misma y menos sujeta a las alianzas o a los intereses geopolíticos que han guiado su acción exterior en las últimas décadas. Un ejemplo reciente ha sido cuando condicionó la defensa de Estonia, Letonia y Lituania ante un posible ataque armado de Rusia a la disposición de los países bálticos de acatar sus compromisos con EEUU en el marco de la OTAN. Esto supondría el fin de una alianza incondicional fraguada tras la caída de la URSS.

Más elocuente para Moscú ha sido su posición sobre Ucrania a la que fue su península hasta que se la anexionó Rusia: Crimea. Los crimeos "quieren estar en Rusia" y no en Ucrania, dijo el candidato republicano en una entrevista con la cadena ABC. Trump también ha dicho que estudiará la posibilidad de levantar las sanciones contra los rusos. Sobre si pretende reconocer la península como parte de Rusia: "Lo analizaré".

En realidad las buenas vibraciones llegaron primero de Moscú. "Es brillante, muy pintoresco, tiene mucho talento. Un líder absoluto", dijo el presidente ruso sobre el precandidato presidencial Donald Trump.

¿Tiene sentido esta posible alianza? "Algo que sucede con frecuencia con Occidente es que cree que todo forma parte de Occidente", explica el experto Alexander Baunov, miembro del Centro Carnegie de Moscú y que en el pasado trabajó para la diplomacia rusa. En este sentido, Trump más próximo a las tesis actuales del Kremlin, más partidarias del concepto de soberanía que de otras ideas que ha enarbolado Occidente como la exportación de la democracia, la globalización de determinados valores o el deber de injerencia.

Pero lo que ha revolucionado la ya de por sí convulsa campaña de Estados Unidos es la aparición de una 'pista rusa' en el hackeo de casi 20.000 correos electrónicos del partido demócrata. En realidad fue WikiLeaks la que comenzó a publicar mensajes de correo electrónico que comprometían la posición de la candidata Hillary Clinton señalándola como principal beneficiaria del favoritismo de la elite de su partido ante el proceso de primarias. Wikileaks jamás identificó la fuente, pero desde el entorno de la candidata demócrata se apuntó con el dedo a Rusia, diciendo que la liberación de los correos electrónicos robados fue pensado para ayudar a candidato republicano Donald Trump. Al fin y al cabo, ambos detestan a Clinton. En el caso de Putin, la enemistad se debe a que la considera instigadora de las manifestaciones ciudadanas contra el Kremlin en 2011.

Las buenas vibraciones llegaron primero de Moscú. "Es brillante, muy pintoresco, tiene mucho talento. Un líder absoluto", dijo Putin sobre Trump

Aunque es obvio que rusos y norteamericanos se espían, no es habitual que la información obtenida se haga pública. Y mucho menos que se use como arma arrojadiza en un momento sensible como la 'coronación' de Hillary. El FBI está trabajando para determinar la naturaleza del incidente. "Un compromiso de esta naturaleza es algo que nos tomamos muy seriamente, y el FBI continuará investigando y buscará a los responsables", ha dicho la agencia en un comunicado.

El director de la campaña de Clinton, Robby Mook, dice que no puede ser "una coincidencia que estos correos electrónicos fueran publicados en la víspera de nuestra convención, por lo que creo que eso es preocupante". Mientras tanto, el polémico magnate de EEUU se distanció de la polémica: "El último chiste que circula es que Rusia filtró los lamentables correos electrónicos de la Convención Nacional Demócrata, que nunca deberían haberse escrito, porque le gustó a Putin", escribió Trump en su cuenta en la red social Twitter.

Sorprendiendo a todos, poco después volvió a lanzarse al lodazal. Evitando condenar el ciberespionaje de Rusia al Comité Nacional Demócrata, dijo que le gustaría que ese país tuviera los correos electrónicos que borró Hillary Clinton: "Rusia, si estás escuchando, espero que seas capaz de encontrar los 30.000 emails que faltan", dijo Trump, mirando directamente a las cámaras. "Es probable que nuestra prensa te retribuya significativamente por eso", agregó con sorna.

Andrei Soldatov, experto en el ciberespacio ruso, cree "muy posible" que la 'pista rusa' hallada en la filtración (básicamente metadata y la identificación de dos grupos de hackers que habitualmente beneficiar a Rusia) sea real. Pero cree que es "muy pronto para decir que esté detrás el FSB o el GRU", principales agencias de inteligencia rusa. En todo caso, le parece más el trabajo de "mercenarios" que después pasaron los datos a terceros, "tal vez un actor estatal. Al fin y al cabo, los métodos utilizados, "son sofisticados pero tampoco son la vanguardia".

El escándalo de los emails es lluvia sobre terreno mojado. Y resbaladizo. La injerencia de Moscú en Ucrania ha llevado las relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca a su punto más bajo desde la Guerra Fría. Trump ha jugado de nuevo a la contra, adelantando por la izquierda al demócrata John Kerry, secretario de Estado de EEUU, que intenta a duras penas hilvanar con Moscú una solución para Siria. “Creo que Putin lo dijo bien, debemos mantener nuestras relaciones, sería estupendo llegar a un acuerdo con Rusia, pues eso produciría un impacto positivo en todo el planeta”, ha dicho Trump. Cree además que la cooperación entre EEUU y Rusia contribuiría a derrotar al Estado Islámico.

Gracias a Trump, Putin ha entrado de lleno en la campaña de EEUU. La posible elección del candidato presidencial estadounidense por el Partido Republicano, sería un "regalo" para el presidente ruso, según ha dicho la ex secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright.

Incluso aunque fuese cierto que Rusia está tras la filtración, sería un 'pecado' demócrata, no ruso. El multimillonario ha sugerido que las supuestas acciones de Rusia se deben a una “falta de respeto total” al presidente en ejercicio Barack Obama, un mandatario que no ha conseguido llevar a cabo el 'reinicio' del que un día habló con el antecesor de Putin, Dimitri Medvedev, pero que teme contemplar cómo tras su salida de la Casa Blanca las relaciones con Moscú entrarán, si gana Trump, en una dimensión inédita.

En EEUU nadie podía imaginar hace 20 años que el principal amigo de Moscú en la política norteamericana sería un candidato republicano. Donald Trump tiene más en común con Vladimir Putin de lo que a algunos republicanos les gustaría: tiene un enfoque conservador de la política y una visible desconfianza sobre la globalización y los beneficios del liberalismo.

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