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"El terrorista de Niza no mataba por el ISIS, quería purificarse. Era imposible de evitar"
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entrevista con el psicólogo patrick amoyel

"El terrorista de Niza no mataba por el ISIS, quería purificarse. Era imposible de evitar"

El psicólogo Patrick Amoyel, especialista en radicalismo islámico, vive en Niza y conoce muy bien el entorno del que surgió Mohamed Lahouaiej-Bouhlel

Foto: Patrick Amoyel, Vicepresidente de la Sociedad Mediterránea de Psiquiatría
Patrick Amoyel, Vicepresidente de la Sociedad Mediterránea de Psiquiatría

El psicólogo Patrick Amoyel es director de investigación sobre Freud en la Universidad de Niza y Vicepresidente de la Sociedad Mediterránea de Psiquiatría, Psiquiatría Infantil y Psicología Clínica. Durante años ha trabajado en círculos interculturales en los barrios musulmanes de Niza. Conocido por su trabajo sobre el fenómeno de la radicalización, nos da su análisis general en el caso de Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, quien la semana pasada asesinó a 84 personas e hirió a varias decenas más con un camión en Niza.

Pregunta: ¿Quién era Mohamed Lahouaiej-Bouhlel: un loco o un terrorista?

Respuesta: En primer lugar, quiero asociarme con el dolor de las víctimas, sus familias, todos los de Niza y más allá. Para responder a su pregunta, podemos decir que puede ser ambas cosas. En este caso es las dos cosas pero en términos de psiquiatría, no está tan loco, es más un psicópata que un psicótico. El psicótico es el loco clásico, que se cree Napoleón, por ejemplo, y vive fuera de la realidad. En cambio, los psicópatas tienen una vida normal y viven en la realidad, pero están desquiciados. En última instancia, es la ideología, el marco mental, lo que estructura el camino del terrorista.

P: ¿Cómo pueden radicalizarse y pasar a la acción de forma tan rápida?

R: Ese no es el caso de Mohamed Lahouaiej-Bouhlel. Se preparó durante semanas e incluso meses, según las últimas informaciones hechas públicas por el fiscal general de la República. Por otra parte, sale de un entorno islámico particularmente fuerte en la ciudad tunecina de M'saken de donde era originario. Muchos tunecinos de Niza vienen de esta localidad. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel fue criado con biberón islamista, por así decirlo. Su padre era un miembro prominente del partido islamista Ennahda de esta localidad. Según algunas fuentes, era también un habitual de páginas de Facebook de redes comunitarias como los "Indígenas de la República" [un movimiento de derechos y justicia para los franceses descencientes de los nativos de las antiguas colonias].

Mohamed Lahouaiej-Bouhlel vivía de manera impía y le dominaba un sentimiento de culpabilidad, se sentía obligado a lavar “la montaña de sus pecados”

Mohamed Lahouaiej-Bouhlel vivía de manera impía, y en último término le dominaba un sentimiento de culpabilidad, se sentía obligado a lavar “la montaña de sus pecados”. Por eso, un regreso a la observancia de los cinco pilares del islam no podía bastarle, tenía que morir como mártir para ir directamente al Paraíso. Lo decidió súbitamente.

Pero el estado de su espíritu, lo que revela su mentalidad, es que ya se había convertido en lo que podemos llamar 'el sentimiento de ser un terrorista potencial'; lo que yo llamo “el ser terrorista”. Durante los años 60 había muchos “seres terroristas”, por otras ideologías el islamismo, pero fueron muy pocos los que pasaron a la acción.

placeholder Policías franceses custodian el área donde el camión fue detenido a tiros, el 15 de julio de 2016 (Reuters)
Policías franceses custodian el área donde el camión fue detenido a tiros, el 15 de julio de 2016 (Reuters)

P: Por lo que la persona que se encuentra en la fase de “ser terrorista” todavía tiene que dar el paso. ¿Dónde y cómo?

R: El paso a la acción depende de todo un conjunto de circunstancias: cambios bruscos en su vida, divorcios y pérdidas de empleo, etc. Y, por supuesto, la policía no puede realizar un seguimiento de estos indicadores. En la actualidad, la policía sigue algunos indicadores clásicos, como la compra de materiales potencialmente letales y las llamadas telefónicas y los contactos en internet que indican la preparación de una acción [terrorista].

Sin embargo habría sido posible identificar algo, ver que era un terrorista potencial. Pero, repito, es imposible identificar cuándo alguien está en pleno proceso de pasar a la acción. Solo cuando hay un equipo de profesionales de la salud mental concentrados en esa persona se puede detectar. La policía no tenía ninguna posibilidad de preverlo, aunque tuviera todos los elementos a su alcance.

Es imposible identificar cuándo alguien está en proceso de pasar a la acción terrorista. Solo un equipo de profesionales de la salud mental concentrados en esa persona puede hacerlo

P: En la situación en Niza, ¿hay alguna característica específica que facilite la creación de un Mohamed Lahouaiej-Bouhlel?

R: Esto podría haber ocurrido en cualquier lugar. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel habría podido actuar en cualquier parte, pero siendo de Niza tuvo una ocasión propicia para actuar en una concentración de masas durante el 14 de julio, el símbolo por excelencia. Así que no es el número de radicales en Niza -muy real- lo que explica por qué ocurrió así.

P: En los barrios de mayoría musulmana, ¿cree que podemos mantener el diálogo intercultural sin caer en la separación de comunidades?

R: Ya no es posible, y lo lamento. Al principio me decía que era mi culpa, que mi actitud no era la adecuada. Pero al final, se trataba de una ola de fondo en todo el mundo musulmán. Hay una radicalidad identitaria, y muchas personas están perdidas con la ruptura y ya no quieren pensar en la integración. Están en una identidad musulmana de ruptura que yo llamaría “musulmanidad” que es antes étnico-cultural que religiosa.

Aquí hay dos perfiles diferentes. Un individuo puede entrar en el radicalismo político de dos formas: por el camino étnico-cultural que se extrae de la religión, o por la religiosidad que se radicaliza y acaba politizada. La tradición hanbalí [del islam] trae a escena el aspecto político, tomando los pasajes políticos del Corán y exacerbándolos hacia el radicalismo.

P: ¿Hay muchos Mohamed Lahouaiej-Bouhlel en Niza y Francia?

R: Candidatos, probablemente muchos, del orden de unos pocos miles. Aquellos que son capaces de pasar a la acción son unas pocas docenas.

P: ¿Qué debemos hacer hoy?

R: Necesitamos formar al máximo número posible de personas en este análisis complejo. Es la comprensión de este proceso lo que permitirá detectar a los candidatos a pasar a la acción. Los salafistas 'quietistas' [opuestos a la acción política y gubernamental] no son el principal objetivo, hay que mirar a los takfiríes [partidarios de la persecución violenta de musulmanes moderados, a los que acusan de falsos creyentes], y en el seno de éstos, a los takfiríes yihadistas.

Creo que hay que formar a la gente para estudiar las actitudes, los signos y los discursos. Tenemos que hacer todo lo posible para hacer emerger este nuevo tipo de nuevos en la lucha [antiterrorista]. También hay que formar a todos los cargos electos, para que comprendan la complejidad del fenómeno. Hay muchos parámetros, Y hay que aceptar que los parámetros invisibles seguirán fuera de nuestro alcance, por ejemplo en qué momento se desata ese paso a la acción.

P: En lugar de terrorismo, usted ha hablado de 'martirismo', es decir, la práctica del martirio. ¿Cuál es la diferencia?

R. En primer lugar, el terrorismo consiste en aterrorizar a la población civil para lograr un resultado político. Organizaciones como el ISIS y Al Qaeda son claramente terroristas. Sin embargo, algunos individuos que cometen actos de terrorismo no están buscando un efecto político, sino borrar sus pecados personales.

Hay una convergencia de objetivos. El individuo de este tipo es antes un mártir que un soldado del Califato

Hay una convergencia de objetivos. El individuo es antes un mártir que un soldado del Califato. Eso es lo que explica Orlando y Niza. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel y Omar Mateen no eran soldados del ISIS en esencia, sino que han convergido hacia los objetivos del Daesh por razones personales, es decir, su propia purificación espiritual.

P: Usted señala que el padre del asesino de Niza era un líder local de Ennahda, el movimiento popular político islamista en Túnez. ¿Son realmente tan radicales?

R: Participan en la política de Túnez y se llaman a sí mismos moderados, sobre todo desde su última Convención. Pero debemos tener en cuenta sus palabras y doctrina de la yihad, en el que la muerte es algo positivo. Ennahda de Túnez es la rama tunecina de los Hermanos Musulmanes, cuyo lema es: "Alá es nuestro dios, Mahoma es nuestro guía, la Sharía es nuestra constitución, el yihad es nuestro camino, y la muerte como mártir es nuestro mayor deseo". Esto también está en su emblema: además de las dos espadas, tiene la palabra Waïdou, que significa "preparado", pero que en realidad es la palabra clave de la Sura 8, verso 60, que aboga por prepararse para aterrorizar a los infieles. Aterrorizar es una palabra que existe en árabe. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel se crió en este entorno, y ése era su sistema mental.

Este artículo apareció originalmente en la publicación francesa Opinion Internationale

El psicólogo Patrick Amoyel es director de investigación sobre Freud en la Universidad de Niza y Vicepresidente de la Sociedad Mediterránea de Psiquiatría, Psiquiatría Infantil y Psicología Clínica. Durante años ha trabajado en círculos interculturales en los barrios musulmanes de Niza. Conocido por su trabajo sobre el fenómeno de la radicalización, nos da su análisis general en el caso de Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, quien la semana pasada asesinó a 84 personas e hirió a varias decenas más con un camión en Niza.

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