Se disparan las muertes a manos de policías en Río: los protectores, parte del problema

"Los Juegos serán un gran catalizador de mejoras de largo plazo en los sistemas de seguridad de la ciudad de Río de Janeiro". Con estas palabras, la ciudad brasileña defendía su candidatura a los Juegos Olímpicos de 2016. Pero a falta de 35 días para que el evento dé su pistoletazo de salida, el número de personas muertas a manos de la policía en Río de Janeiro ha aumentado un 135%. La mayoría de las víctimas son varones jóvenes y negros.

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"Quienes vivimos aquí somos todos sospechosos y eso no es justo. Le podía haber pasado a cualquiera, pero me pasó a mí. Y me destrozaron la vida", explica Vitor Santiago Borges, un brasileño que vive en las favelas de Maré y al que dispararon las fuerzas de seguridad cuando volvía a casa. No murió, pero perdió parte de una pierna y quedó perapléjico. Pedro Ivo, brasileño de 19 años, no tuvo tanta suerte. El 17 de julio de 2014 estaba hablando con un amigo en la favela de Acari cuando llegaron policías militares disparando y le acribillaron a balazos: murió. Ni Vitor ni Pedro habían cometido delito alguno.

Según el Instituto de Segurança Pública (ISP), en el mes mayo la policía ha matado a 40 personas en Río de Janeiro, frente a las 17 muertes del mismo periodo de 2015. En la totalidad del estado, la cifra ascendió de 44 a 84, es decir, un 90%. "Es algo que ya hemos visto antes. En 2014, año en que Brasil organizó la Copa Mundial de Fútbol, los homicidios policiales en el estado de Río de Janeiro se dispararon en un 40%", advierte Amnistía Internacional en su página web. "Los preparativos de Río para los Juegos Olímpicos de este verano podrían desencadenar otra oleada de violencia policial contra manifestantes y residentes de favelas", añade.

El secretario de Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, declaró en mayo que desplegarían en torno a 65.000 policías y hasta 20.000 soldados durante los Juegos. De todos modos, debidos a los últimos recortes en el presupuesto, ha reconocido que se reducirá el número de efectivos y no hay confirmación oficial de cuál será finalmente la cifra exacta. Lo que sí se sabe con seguridad es que gran parte de la policía se desplegará en las favelas. "Esto suscita preocupación por la posibilidad de que se cometan violaciones de derechos humanos", asegura Amnistía Internacional.