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Alerta policial en todo EEUU a pocos días del Orgullo Gay
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"NO SE PUEDE SEMBRAR ODIO. ESO VA POR TI, TRUMP"

Alerta policial en todo EEUU a pocos días del Orgullo Gay

La investigación de la matanza se desenvuelve entre variables diferentes: el terrorismo, la interpretación radical del islam, el acceso a rifles de asalto y el odio hacia los gais

Foto: Neoyorquinos sostienen globos durante un homenaje a las víctimas de la masacre de Orlando en el Puente de Brooklyn, el 14 de junio de 2016 (Reuters).
Neoyorquinos sostienen globos durante un homenaje a las víctimas de la masacre de Orlando en el Puente de Brooklyn, el 14 de junio de 2016 (Reuters).

“Aún no me lo creo; estoy en shock”, dice Judy Rivera, de 26 años. Rivera sostiene un cartel con los nombres de las 46 víctimas mortales identificadas en la masacre de Orlando, escritos a mano, con las edades. Aguanta la marea de gente con los brazos en alto, junto a una valla metálica. El cielo gris y el aire helado suman seriedad a las miles de personas que han venido al Greenwich Village, en Nueva York, para recordar a las víctimas de la matanza. Banderas y carteles de “El amor vence al odio” cuelgan de las fachadas y a las puertas de los negocios.

El remolino humano se concentra en el Stonewall Inn, uno de los bares de ambiente más antiguos del país y la meca del movimiento por los derechos de gais, lesbianas y transexuales en EEUU (con permiso de San Francisco). En 1969, sus clientes decidieron hacer frente a las continuas redadas de la policía. La primera manifestación fue respondida con violencia y generó un efecto dominó de protestas y nuevos grupos activistas. Dado que la “liberación” comenzó en junio, este es, desde entonces, el mes oficial de celebración de los derechos LGBT en todo el país, con desfiles y fiestas como la del club Pulse en Orlando.

Nueva York, Chicago y San Francisco también han aumentado la alerta terrorista y reforzado la vigilancia en los lugares más concurridos, los nudos de transporte y los barrios gais. La policía neoyorquina tiene a 500 agentes en el Village

“En la discoteca había personas de entre 18 y 50 años”, declara Savannah Gordon, de 25 años. “Hoy es la jornada de duelo, pero hay que comenzar a pensar en lo que ha pasado: intentar, desmenuzarlo, comprenderlo, porque está todo junto”. La investigación de la matanza se desenvuelve palmo a palmo entre variables diferentes: el terrorismo, la interpretación radical del islam, el acceso a rifles de asalto y el odio hacia los homosexuales.

Las últimas informaciones dicen que el atacante, Omar Mateen, de 29 años, que había hecho comentarios homófobos en público, era un cliente asiduo del club gay. Solía estar callado en un rincón, bebiendo, o hablando alto cuando se ponía borracho. El presunto terrorista usaba aplicaciones de contactos homosexuales, como Grindr o Adam4Adam, y según testimonios citados por los medios localeshabía hecho proposiciones románticas a otros hombres.

El tiroteo ha potenciado la alerta policial en todo el país a pocos días de la semana del Orgullo Gay. El mismo domingo, la policía detuvo en Santa Mónica (California) a un hombre de 20 años con armas y explosivos. James Howell llevaba en su coche tres rifles de asalto, cartuchos y productos químicos que se utilizan para fabricar bombas. Según la policía local, el hombre se disponía a “causar daño” en el desfile del Orgullo Gay que se iba a celebrar en un barrio vecino.

Nueva York, Chicago y San Francisco también han aumentado la alerta terrorista y reforzado la vigilancia en los lugares más concurridos, los nudos de transporte y los barrios gais. La policía neoyorquina tiene a 500 agentes en el Village, donde se ha levantado un púlpito para los políticos de la ciudad, con las palabras “Somos Orlando”.

“Tenemos más trabajo que hacer en esta ciudad, pero creemos en algo, y eso nos hace faro del mundo”, declara el alcalde, Bill de Blasio. “Creemos que la inclusión y la tolerancia y el amor y la comprensión son el camino hacia adelante para esta tierra y lo demostramos cada día en Nueva York”. El regidor asegura que, pese al nivel alto de alerta, en estos momentos no hay ninguna “amenaza creíble” en la ciudad y aprovecha para lanzar una estocada política: “No aceptamos la noción de que ninguno de nuestros líderes siembre el odio y la división, particularmente después de una tragedia, y eso va por ti, Donald Trump”.

Un joven pasa agitando una bandera del arcoíris. “¡Vota por Hillary!”, grita a la multitud. Alguien le reprocha: “¿En serio has venido aquí a esto?”.

El gobernador del estado, Andrew Cuomo, dedica su discurso a pedir un mayor control de armas a nivel federal. “Hemos prohibido los rifles de asalto en este estado. Sabemos que se puede hacer. Hasta que no tengamos una legislación nacional, ninguno de nosotros está seguro”.

Los asistentes recuerdan la “larga marcha” de la lucha contra la discriminación por razones de orientación sexual: desde las protestas del Stonewall en 1969 hasta la decisión, hace casi exactamente un año, del Tribunal Supremo de ilegalizar la prohibición de los matrimonios entre personas del mismo sexo. La ceremonia en honor a las víctimas concluye con la lectura en voz alta de sus nombres y edades, a la luz de las velas sostenidas por encima de la masa de gente.

El tiroteo más mortífero de la historia de EEUU ha despertado gestos de solidaridad en todo el país. Organizaciones de gais y lesbianas de Florida han recaudado por internet 2,7 millones de dólares para financiar los funerales de las víctimas. La compañía aérea JetBlue ofrece asientos gratis a los familiares de los muertos o heridos que viajen a Orlando a ver a sus seres queridos.

El skyline neoyorquino también recuerda las víctimas. El Empire State, que se tiñe según la ocasión con hasta 16 millones de colores diferentes, se apagó este domingo. Un poco más al sur de Manhattan, el World Trade Center One lució un arcoíris, igual que Times Square, y los edificios públicos del estado han bajado la bandera a media asta. Cuomo y de Blasio aseguran que el desfile del Orgullo Gay este año va a ser “el más grande y más seguro” de la historia.

“Aún no me lo creo; estoy en shock”, dice Judy Rivera, de 26 años. Rivera sostiene un cartel con los nombres de las 46 víctimas mortales identificadas en la masacre de Orlando, escritos a mano, con las edades. Aguanta la marea de gente con los brazos en alto, junto a una valla metálica. El cielo gris y el aire helado suman seriedad a las miles de personas que han venido al Greenwich Village, en Nueva York, para recordar a las víctimas de la matanza. Banderas y carteles de “El amor vence al odio” cuelgan de las fachadas y a las puertas de los negocios.

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