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Comerse un plátano frente a una cámara y otras prohibiciones de China
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TAMPOCO SE PODRÁ LLEVAR LIGUEROS EN ESAS RETRANSMISIONES

Comerse un plátano frente a una cámara y otras prohibiciones de China

Este tipo de restricciones para "mantener la actitud moral" suponen un retroceso en la lenta pero continua apertura del país desde los años 80

Foto: Uno de los vídeos censurados.
Uno de los vídeos censurados.

China ha prohibido comerse un plátano de manera “sugerente” si la acción se lleva a cabo mientras decenas, cientos o miles de usuarios asisten como espectadores a la misma a través de una de las muchas aplicaciones que se han popularizado en China para que los usuarios retransmitan vídeos en directo. Esta prohibición, que viene acompañada de otra que penaliza el llevar medias o ligueros durante las citadas emisiones, supone el enésimo intento del ejecutivo chino de, según sus palabras, “mantener la rectitud moral” en la época de Internet.

La prohibición de comerse un plátano frente a la cámara viene después de que el Ministerio de Cultura chino lanzara una investigación sobre el creciente número de aplicaciones móviles que ofrecían estos servicios de retransmisión en directo, ya que se sospechaba, según el propio ministerio, que en ellos se podrían llevar a cabo “actividades violentas o pornográficas que dañarían la moral de la sociedad”.

Según el diario 'The New Express Daily', las conclusiones a las que han llegado las autoridades es que los usuarios de estas redes, en su mayoría, “son mujeres, en ocasiones menores de 18 años, que buscan entretener a un público predominantemente masculino cantando canciones chinas o interactuando con su público”.

Los usuarios, acostumbrados a este tipo de restricciones, se han tomado con humor la prohibición y, en comentarios publicados en la red social Weibo, similar a Twitter, y recogidos por la BBC, se han preguntado si “los hombres podrán seguir comiendo plátanos delante de la cámara” o han apuntado que si la fruta está censurada, “la gente comerá pepinos”.

Más allá de la anécdota, este tipo de restricciones dan continuidad a la política emprendida por el gobierno que encabeza Xi Jinping y que, según apuntan varios expertos, ha supuesto un retroceso en la lenta pero progresiva apertura que China venía experimentando desde los años 80.

“Xi Jinping ha impuesto la regla de tolerancia cero contra todo aquello que, según el Partido Comunista, se desvíe mínimamente del código moral o ético de China. En una época en la que China debe apoyarse en el resto de países para mantener su estatus económico, nos hemos encontrado con menos libertad, más censura y mayores trabas para llevar a cabo esa transición necesaria”, comenta a El Confidencial Xu Mingming, socióloga de la Universidad de Pekín.

Esta lucha contra la falta de moralidad o contra los contenidos que, según el ejecutivo chino, puedan ser perjudiciales para los intereses del país, ha encontrado su mayor campo de batalla en internet. A las ya conocidas censuras de Facebook, Youtube, Twitter o Google, se han unido en los últimos años otras como las de las aplicaciones Instagram, Snapchat o Tinder.

Los usuarios se han tomado con humor la prohibición y se han preguntado si “los hombres podrán seguir comiendo plátanos delante de la cámara”

“Siempre hay un componente ideológico detrás, pero no es lo único. Mientras que Facebook, Twitter o Youtube fueron bloqueadas después de los disturbios en Tíbet y Xinjiang, e Instagram lo hizo por las manifestaciones estudiantiles de Hong Kong, otras se encuentran con trabas para permitir el crecimiento y la expansión en el mercado chino de empresas nacionales. Es un tipo de proteccionismo encubierto”, apunta Xu.

En este último grupo se encontraría Apple. El gigante tecnológico se enfrenta a una época de desafíos en China por la caída de su cuota de mercado ante el auge de las marcas nacionales y, desde el pasado mes de abril, por la censura de su tienda de libros electrónicos y películas, ahora inaccesibles para el público chino.

Sin embargo, el aparato censor no se ha limitado a Internet y otros campos, como la televisión o la arquitectura, también se han visto afectados por nuevas normativas “en defensa de la moralidad”.

Una serie sobre brujas o en la cual aparezcan reencarnaciones. Una en la que dos de los personajes tengan una relación homosexual (considerada como “vulgar, inmoral e insalubre” por la censura) o una trama que presente un matrimonio con problemas y que estos sean ahogados en alcohol. Todo esto ha sido prohibido recientemente en las series de televisión chinas.

Pero hay más.

Las relaciones extramatrimoniales, el consumo de drogas más allá del alcohol o el tabaco, o cualquier comportamiento considerado “inapropiado” por los censores chinos tampoco tienen cabida en las series de televisión chinas.

A pesar de todo, hay un tema cuya prohibición dolió especialmente a los espectadores: los viajes en el tiempo.

“No entiendo las razones que llevaron a prohibir estas series. 'La perla sagrada', 'Palacio' o la coreana 'Viajeros de los nueve tiempos' eran muy populares en China y, de un día para otro, desaparecieron de la televisión, los cines e incluso de Internet”, comenta Wang Ting, abogada de 32 años.

La prohibición, según la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión, llegó porque “los productores y guionistas trataban los episodios históricos de una manera frívola, creando mitos, monstruos y extrañas líneas argumentales”, incluso, añadía el comunicado, “se permiten promover el feudalismo, la superstición, el fatalismo y la reencarnación”.

Hay una prohibición que dolió especialmente: los viajes en el tiempo. Series como 'Palacio' eran muy populares en China y desaparecieron de la televisión

Fuera de las pantallas de televisión y de los móviles, la censura se extiende por otros ámbitos como las apuestas, sólo permitidas en la lotería estatal o en los casinos de la Región Administrativa Especial de Macao; por la literatura, donde además de muchas obras relacionadas con China hay otras prohibidas como 'Alicia en el país de las maravillas', en su caso porque los animales de la obra de Lewis Carroll hablan y eso “sitúa a los hombres y a los animales al mismo nivel”, o la denominada “arquitectura extraña”.

En febrero de este año, el Gobierno central emitió una orden a las autoridades provinciales para que estas aprobaran sólo edificios que fueran “apropiados, sostenibles y agradables a la vista”, en un intento por poner fin a la larga lista de despropósitos urbanísticos que habían florecido a lo largo de todo el país con el crecimiento de la burbuja inmobiliaria.

Estas nuevas prohibiciones han pasado a engrosar una lista en la que destacan también festividades extranjeras como el 'April Fools' Day', el equivalente en países como Reino Unido, Polonia o Rumanía al Día de los Inocentes, vetado en China por, según la agencia estatal de noticias Xinhua, “no ser consistente con la tradición cultural del país o con los valores socialistas”. Sin embargo, otras fechas señaladas como el Día de San Valentín, la Navidad u otras de índole comercial, caso del Black Friday, son celebradas en el país asiático.

“Deng Xiaoping dijo una vez que si se abrían las ventanas, junto al aire fresco entrarían también moscas. China está construyendo un muro de ladrillo para dejar a las moscas fuera, pero esto también impide que el aire pase. En el pasado a China se le conocía como un país con una larga lista de grandes avances tecnológicos. Si seguimos así, pronto seremos el país con la lista más larga de cosas censuradas”, concluye Xu.

China ha prohibido comerse un plátano de manera “sugerente” si la acción se lleva a cabo mientras decenas, cientos o miles de usuarios asisten como espectadores a la misma a través de una de las muchas aplicaciones que se han popularizado en China para que los usuarios retransmitan vídeos en directo. Esta prohibición, que viene acompañada de otra que penaliza el llevar medias o ligueros durante las citadas emisiones, supone el enésimo intento del ejecutivo chino de, según sus palabras, “mantener la rectitud moral” en la época de Internet.

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