"O te vas de Delhi o morirás": el ejecutivo que venció a la contaminación
Cuando a Kamal le diagnosticaron una grave enfermedad pulmonar, tuvo que elegir entre dejar Delhi o morir en poco tiempo. Escogió una tercera opción: "Creé mi propio espacio saludable"
Delhi es sinónimo de tráfico, humo, polvo y polución. Incluso antes de llegar a la capital india, el pasajero ya puede apreciar desde el avión cómo se adentra en una inmensa nube de color marrón. Es el preludio que anuncia que va a aterrizar en la ciudad más contaminada del mundo, según clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe de 2014, desplazando del puesto a Pekín.
El motivo: la cantidad de partículas en suspensión (PM) de 2,5 y de 10 micras alcanza niveles medios anuales por metro cúbico de 153 y de 286, respectivamente, cuando la OMS recomienda que no sobrepasen los 25 y los 50. Por ello, se estima que cada año se producen en la capital más de 3.000 muertes prematuras por enfermedades relacionadas con la polución del aire.
Con estos datos sobre la mesa, se hace necesaria la existencia de un lugar como Paharpur Business Center (PBC). Al abrir sus puertas, un aire húmedo y limpio recibe al invitado. Situado en Nehru Place, una de las zonas comerciales y de negocios más grandes del sur de Nueva Delhi, es un auténtico oasis de aire limpio en la ciudad. “Dentro del edificio conseguimos reducir un 99% las partículas PM 2,5 en comparación con el exterior”, explica Smruti Sweta. ¿El truco? Un sistema tan simple como eficaz: usar plantas como purificador natural del aire.
Cuestión de vida o muerte
Todo empezó por una necesidad personal. Kamal Meattle, CEO de PBC, comenzó a sufrir una grave enfermedad pulmonar a principios de los noventa. “Me convertí en alérgico al aire de Delhi”, resume en su oficina del edificio durante una fría (y contaminada) mañana de invierno. Los médicos le dieron dos opciones: o salía de la ciudad y se iba a vivir al campo, o moriría en poco tiempo. “No quería dejar Delhi, aquí estaba mi trabajo, mi familia, así que tuve que crear mi propio espacio saludable”.
'Con esas bombas situadas en el techo se recoge el aire que van generando y se reparte por todo el edificio a través de los conductos de ventilación', explica Smruti
Después de revisar varios estudios, incluido uno de la NASA, sobre las cualidades de distintas plantas domésticas para purificar el aire, llegó a la conclusión de que tenía que rodearse de tres especies en concreto: palmera areca, 'Apipremnum aureum' (llamada 'money plant' en India y poto en España) y la sansevieria, también conocida como cola de lagarto o lengua de suegra. “Son plantas baratas, fáciles de conseguir y sobre todo de mantener en las condiciones climáticas que ofrece esta ciudad”, explica Meattle a El Confidencial. Así que dotó al edificio de 1.200 ejemplares, de los que 400 se sitúan en un invernadero en la planta superior.
“Este es el pulmón del edificio”, califica Smruti. Aquí crecen separadas por secciones, y cuatro jardineros se afanan a diario por mantener los niveles de luz y agua que necesitan. “Con esas bombas situadas en el techo, se recoge el aire que van generando y se reparte por todo el edificio a través de los conductos de ventilación”, continúa Smruti.
Además de las que se encuentran en el tejado, otras 800 más están repartidas por los pasillos, descansillos y espacios comunes, lo que permite mantener la calidad del aire siempre en niveles saludables. “Cada día se realizan varias mediciones, tanto dentro como fuera del edifico, para poder comparar”, explica Smruti. En la mañana en la que visitamos PBC, la cantidad de PM 2,5 es de 234 en el exterior y 11 en el interior, y la de PM10, de 250 fuera y 24 dentro.
Un aumento del 20% en la productividad
PBC ofrece además espacios de trabajo a otras 35 empresas que han alquilado oficinas dentro de este edificio que el Consejo Central del Control de Polución y el Ministerio de Ambiente, entre otros, han catalogado como “el más saludable” de Nueva Delhi.
Yogesh Solanki trabaja para la compañía informática Veritas y lleva 10 años viniendo cada mañana a este lugar. “Trabajando aquí, me siento más relajado y con mucha más energía”, cuenta con una amplia sonrisa. Y afirma que aunque el alquiler sea más caro que en otros lugares, compensa pagar la diferencia. “Son tantos los beneficios, que hasta estoy pensando en instalar este sistema en mi propia casa”.
Basados en estudios realizados durante varios años, desde PBC aseguran que con este sistema los dolores de cabeza se reducen un 24%, los problemas respiratorios un 34% y la irritación de los ojos un 52%. Además, aseguran que la productividad de los trabajadores aumenta un 20%.
“Solía tener virus estacionales, pero desde que trabajo aquí he notado que mi salud ha mejorado”, explica a El Confidencial Skalzang Youdon, administradora de la Fundación Paul Hamlyn. Ella fue la encargada de buscar las oficinas donde instalarse cuando la fundación británica decidió abrir sucursal en India. “En cuanto entré en este edificio lo tuve claro, tenía que ser aquí”, afirma, pues le sorprendió mucho que existiese un lugar como este en Delhi.
"Ahora sé que no estoy respirando esto"
“Si ha sido posible mejorar los niveles de calidad del aire en un edificio, ¿por qué no en otros también?”, se preguntaron en PBC. Así, en 2013 nació Breathe Easy, con la intención de instalar estos sistemas en casas particulares. Desde entonces, 1.700 hogares en Delhi ya cuentan con este sistema.
El de Neesha Singh es uno de ellos. Hace unos seis meses que esta actriz nacida en Mumbai tiene en su casa varias lenguas de suegra, una especie con una peculiaridad: son de las pocas plantas del mundo que dan oxígeno por la noche (en vez de dióxido de carbono, como la mayoría), por lo que son idóneas para colocar en las habitaciones.
En Breathe Easy han calculado que para mantener la calidad del aire interior idónea, hacen falta entre seis y ocho ejemplares de una altura mínima de un metro, pero como son conscientes de que la mayoría de la gente no tiene ese espacio en su casa, incluyen la instalación de un sistema de purificadores de aire.
“Esta mañana he cambiado los filtros. Mira”, dice Neesha, mientras enseña un amasijo de pelusas y restos de polvo gris que se acumula en la tela que ha sacado del purificador. “Al menos ahora se que ya no estoy respirando esto”, y afirma que ya no se despierta en mitad de la noche con ganas de beber agua para aliviar la sequedad de su boca y garganta.
Un asesino silencioso
De vuelta a PBC, la conversación sigue con Meattle. “Pasamos más del 90% de nuestro tiempo en el interior, y la mayoría lo hace en el puesto de trabajo”. Asegura que si una persona pasa más de 10 horas al día en un ambiente con el aire limpio, después de dos meses su nivel de oxígeno en la sangre aumenta un 1%.
“Todo el mundo habla del problema, pero nadie se centra en buscar soluciones”, y añade que, en Delhi en particular, la acumulación de ozono es entre tres y cuatro veces superior de lo normal, y que esto hace que los pulmones tengan mayor absorción de PM 2,5, “por eso la combinación de ambas sustancias es terrible”.
Si es una solución tan simple, ¿por qué su instalación no está más generalizada en India? Meattle apunta directamente hacia una falta de consciencia: “La gente me ha llegado a decir que la contaminación no le afecta porque al haber nacido aquí son inmunes. Otros tipos de contaminación, como el del agua, son más rápidamente perceptibles, pero el aire no, sus daños se sienten a muy largo plazo. Es un asesino silencioso”.
Delhi es sinónimo de tráfico, humo, polvo y polución. Incluso antes de llegar a la capital india, el pasajero ya puede apreciar desde el avión cómo se adentra en una inmensa nube de color marrón. Es el preludio que anuncia que va a aterrizar en la ciudad más contaminada del mundo, según clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe de 2014, desplazando del puesto a Pekín.
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