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Expulsiones rápidas, más policía y más cámaras: Merkel contraataca tras Colonia
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las consecuencias políticas de las agresiones

Expulsiones rápidas, más policía y más cámaras: Merkel contraataca tras Colonia

Berlín prepara un paquete urgente de medidas para responder a la enorme conmoción social que han causado los hechos de la pasada Nochevieja, en los que se registraron unas 150 agresiones sexuales

Foto: Alemanas con carteles en los que exigen a Merkel que reaccione ante las agresiones, en Colonia, el 5 de enero de 2016 (Reuters).
Alemanas con carteles en los que exigen a Merkel que reaccione ante las agresiones, en Colonia, el 5 de enero de 2016 (Reuters).

El escándalo de las agresiones sexuales múltiples en la Nochevieja de Colonia ha entrado en una nueva fase, la de las consecuencias políticas. La confirmación del Gobierno alemán de que, entre la treintena de personas identificadas en la estación central, había 18 solicitantes de asilo ha llevado a Angela Merkel al contraataque. Consciente de que este caso puede dar la puntilla definitiva al cada vez menor apoyo social a su política de puertas abiertas en la crisis de los refugiados, quizá su mayor apuesta en tres legislaturas, la canciller está tratando de recuperar la iniciativa en unos incidentes que, con unas 150 denuncias por agresiones sexuales en apenas unas horas, han tomado por asalto portadas y noticieros en Alemania. En breve, el país contará con un procedimiento de expulsión más duro y rápido. Habrá más policías. Y más cámaras de vigilancia.

La jefa del Gobierno alemán, una política con un fino instinto para colocarse del lado de la opinión pública, ha empezado a dar las primeras puntadas de su estrategia. Y sabe que entre los militantes y votantes de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), el endurecimiento de los castigos suele ser acogido positivamente. Especialmente por el ala más conservadora, la más molesta además con su política migratoria. En opinión de Merkel, se dan las condiciones "para que se deban dar cambios" legales, como aseguró ayer en el arranque de la tradicional reunión de principios de año de la dirección de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

"¿Cuándo pierde alguien sus derechos como invitado en nuestro país?", se preguntó ante los medios la canciller, que invitó a la reflexión. "Creo que los ciudadanos esperan de nosotros que eso que queremos del Estado de Derecho, nuestra voluntad política, se aplique también en la práctica", añadió Merkel tras señalar que en el pasado no ha sido posible en muchas ocasiones expulsar a los extranjeros que habían violado las leyes alemanas.

Los analistas dan por hecho, tras la lluvia fina de declaraciones de esta semana, que este encuentro de dos días de los líderes de la CDU concluirá exigiendo una reforma legal inmediata para perfeccionar y acelerar los procesos de expulsión de inmigrantes que sean condenados. El jefe del grupo parlamentario de la CDU en el Bundestag, Volker Kauder, avanza este sábado en declaraciones al Rhein Zeitung por dónde van los tiros. "Creo que los extranjeros que cometan delitos intencionados por los que sean condenados a al menos un año de libertad vigilada podrían ser deportados". Esto significaría un notable endurecimiento de la actual normativa, que prevé sólo la expulsión de aquellos inmigrantes a los que se les sentencia a una pena de al menos dos años de cárcel.

Más policías, más cámaras

Por su parte, varios primeros espadas de la CDU, como el ministro de Interior, Thomas de Maizière, han abogado públicamente en los últimos días por aumentar también el número de agentes de policía en las calles -que en los últimos 15 años, diez de los cuales con Merkel al timón, ha sufrido un recorte de personal del 5 por ciento- y multiplicar el número de cámaras de seguridad en lugares públicos y emplazamientos sensibles.

Con la absoluta alarma social que han generado los incidentes de Colonia, por los que la policía alemana ya ha recibido más de 200 denuncias (unas 150 son por agresiones sexuales, varias decenas por robos, otras por insultos y al menos dos violación), el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), socio minoritario en la gran coalición de Merkel, ha optado en este asunto por no dispararse en un pie y apoyar punto por punto las propuestas de los conservadores. "Si es necesario cambiar las leyes, lo haremos. Los delincuentes extranjeros no tienen nada que hacer en Alemania", indicó ayer el presidente del SPD y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, de visita en Cuba.

Gabriel había asegurado poco antes al tabloide "Bild" que el procedimiento de expulsión debe mejorarse para que sea más rápido y eficiente. Gabriel se mostró dispuesto a presionar a aquellos países -como algunos africanos- que suelen rechazar las devoluciones de nacionales delincuentes o a tratar de que los extranjeros condenados en Alemania cumplan condena en las prisiones de su país de origen, algo que, a su juicio, les asustará más. Además, apostó por aumentar el número de agentes y fiscales en Alemania para garantizar la seguridad.

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Un acuerdo rápido

De hecho, el conservador De Maizière y el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, se reunieron ayer en nombre de sus partidos para consensuar posturas de cara a la respuesta del Ejecutivo al escándalo de la Nochevieja de Colonia. "Tenemos la intención de ponernos de acuerdo muy rápido", aseguró De Maizière tras este encuentro. En cuanto la CDU y el SPD se pongan de acuerdo, el Consejo de Ministros aprobará el paquete y este, sin apenas trámites ni titubeos será respaldado por el Bundestag, donde la gran coalición suma el 80 por ciento de los escaños. Merkel trata así de recuperar la iniciativa y lograr mantenerse, como en múltiples ocasiones en el pasado, sobre las aguas -enlodadas- de los escándalos políticos de Alemania. La situación tiene en esta ocasión un cariz especial, ya que la canciller se ha expuesto como en pocas ocasiones en la crisis de los refugiados, algo que ha defraudado a parte de sus bases, dañando levemente la intención de voto sobre su partido, y disparado los apoyos del partido ultraconservador Alternativa para Alemania (AfD). El año pasado el país recibió 1,1 millones de peticionarios de asilo, en su mayoría procedentes de Siria, Irak, Afganistán, Irán y Eritrea, y de varios países de los Balcanes. Primera destitución

En el ámbito también político ayer tuvo lugar la destitución del presidente de la policía de Colonia, Wolfgang Albers. La medida era "necesaria" para tratar de recuperar la confianza de la opinión pública alemana en las fuerzas de seguridad, argumentó Ralf Jäger, responsable de Interior en Renania del Norte-Westfalia, el Land en que se encuentra Colonia.

Poco antes, la alcaldesa de la ciudad, Henriette Reker, le había afeado públicamente al mando policial la omisión intencionada de información clave del caso, como que los agentes habían identificado a peticionarios de asilo en el lugar de los hechos, algo que ella puso en duda en sus primeras reacciones. Reker, una independiente respaldada por la CDU y activa defensora de la política de puertas abiertas de Merkel, ha querido de esta forma contener las críticas que también se han dirigido contra su persona.

Las informaciones sobre el escándalo dejan entrever que la gestión de la dirección de la policía de Colonia tanto durante los incidentes como posteriormente fue nefasta. Albers denegó una petición de refuerzo del personal y luego trató de ocultar los hechos. En la nota de prensa de resumen del dispositivo de Nochevieja calificó el ambiente en la plaza frente a la estación central de "tranquilo". Solo las investigaciones de los medios locales y las filtraciones de policías particulares han obligado a Albers reconocer sus contradicciones.

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Sin detenciones

Mientras tanto, para desesperación de la clase política, las fuerzas de seguridad apenas están siendo capaces de presentar avances en la investigación. La detención ayer de dos jóvenes, un marroquí de 16 años y un tunecino de 23, que se vendió a bombo y platillo, quedó en nada. Apenas unas horas después del arresto ambos quedaron en libertad, a pesar de que se filtró que ambos jóvenes tenían grabaciones de los sucesos en sus teléfonos móviles, que fueron incautados por las autoridades. A estos sospechosos se les encontraron folios en los que habían traducido del árabe al alemán frases como "Quiero follar" y "Te voy a matar".

Hasta ahora, lo poco que ha trascendido de las pesquisas es que, de los alrededor de mil hombres de aspecto "árabe y norteafricano" que la policía de Colonia estima que se congregaron en la estación central de la ciudad y sus alrededores durante las celebraciones de Nochevieja -y entre los que se supone que están quienes cometieron las agresiones sexuales y los robos- al menos 16 han logrado ser identificados mediante las imágenes de varias cámaras de seguridad, aunque se desconoce su filiación y nacionalidad.

Además, las fuerzas de seguridad alemanas identificaron durante aquella noche a unas 110 personas. Alrededor de 80 identidades fueron registradas por la policía de Colonia, según informó el sindicato GdP, y otras 31 (nueve argelinos, ocho marroquíes, cuatro sirios, cinco iraníes, un iraquí, un serbio, un estadounidense y dos alemanes) por la policía federal, según el Ministerio de Interior.

Por su parte, la edición del semanario Der Spiegel publicada afirma que el seguimiento por triangulación de la señal de varios de los teléfonos móviles robados en Nochevieja en la estación central de Colonia se pierden en los alrededores de varios albergues de refugiados.

El escándalo de las agresiones sexuales múltiples en la Nochevieja de Colonia ha entrado en una nueva fase, la de las consecuencias políticas. La confirmación del Gobierno alemán de que, entre la treintena de personas identificadas en la estación central, había 18 solicitantes de asilo ha llevado a Angela Merkel al contraataque. Consciente de que este caso puede dar la puntilla definitiva al cada vez menor apoyo social a su política de puertas abiertas en la crisis de los refugiados, quizá su mayor apuesta en tres legislaturas, la canciller está tratando de recuperar la iniciativa en unos incidentes que, con unas 150 denuncias por agresiones sexuales en apenas unas horas, han tomado por asalto portadas y noticieros en Alemania. En breve, el país contará con un procedimiento de expulsión más duro y rápido. Habrá más policías. Y más cámaras de vigilancia.

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